
Pastora Vega en una imagen reciente. /
Pastora Vega en una imagen reciente. /
Ha hecho cine, teatro, televisión y todo lo ha hecho bien. Pastora Vega acaba de estrenar la película Palacio Estilistas, dirigida por Moisés Martín. Una alocada película con tintes de thriller, donde comparte reparto como Goya Toledo , Lolita Flores y Carlos Hipólito. Cuando realizamos esta entrevista la actriz estaba pasando por un mal momento, porque su padre, Curro Vega , estaba muy enfermo, y tristemente falleció el pasado mes de noviembre.
Pastora Vega, con enorme profesionalidad, cumplió con todos los compromisos promocionales, pues la fecha inicial del estreno era otra, pero finalmente esta divertidísima comedia ha llegado a los cines este mes de enero. Los fans de la artista van a descubrir en ella una faceta nueva y, sin duda, van a pasarlo muy bien no solo con ellas, sino con las peripecias de los personajes que pasan por el salón de belleza.
La posibilidad de hacer un personaje que no había hecho nunca, un poco lo opuesto a mí, en clave de comedia, además, que hacía mucho que no hacía. Además, tuve muy buen feeling el primer día que conocí a Moisés. Es muy importante que hables el mismo idioma con el director. Por supuesto, es una primera película, un primer guion, arriesgada. Ya la he visto, está muy bien y me ha sorprendido, porque hay que tener en cuenta ese elemento, es su opera prima.
Sí, pero eso son prejuicios que al final limitan porque una actriz por lo que se debe caracterizar es por la capacidad camaleónica de sacar todo lo que lleva dentro. Es verdad que el físico te condiciona mucho. La edad es la que es, pero siempre puedes alcanzar un abanico de distintos momentos. Son asociaciones que ya están establecidas en la creencia colectiva de que esta mujer tiene cara de hacer tragedia. Está muy bien tener la posibilidad de demostrar que se pueden hacer muchas cosas distintas.
Está cambiando muchísimo… De hecho el otro día vi una publicidad de Candice Bergen, también a Maggie Smith y pensé que ya era hora de que las mujeres tengamos visibilidad. Basta ya con el machismo y el edadismo, que se da con las mujeres, pero no con los hombres, porque están en activo hasta que están viejos pellejos. Hay una visión muy machista de la mujer en todos los terrenos, pero afortunadamente eso está cambiando y además hay que seguir peleando para que una mujer a partir de los 45 o los 50 sea alguien interesante, atractiva. Son palabras que abarcan muchas cosas no solo lo sexual, lo sensual o lo físico. Tú puedes contar un montón de cosas en primera persona de una señora de 70 años. Además, con el tiempo, cuanto más experiencia tienes mucho más puedes aportar no solo como persona, sino como actriz. El mundo también está envejeciendo y hay que hacer cosas para el público mayor. A mí me gusta ver cosas de todo tipo, evidentemente, pero me gusta identificarme con lo que veo y ver a gente de mi edad a la que le pasan cosas.
Claro. Con todas las cosas que estamos oyendo, como por ejemplo, que dicen que ha nacido ya la generación que va a vivir 150 años. ¿Qué va a pasar con toda esa gente cuando alcance los 60 o 70 años y les quede por delante casi la mitad? ¿Qué le ofreces a ese público mayor entre comillas? Es algo que nos estamos empezando a plantear ahora, que era impensable en la época de mi abuela. Aun así, aunque está habiendo cambios, sigo sintiendo que necesitan que la prota tenga 30 años.
Era un bombón de función y de personaje, que te llegan en la vida muy pocas veces. Hace dos días estuve viendo a Lolita en Poncia, que es más o menos de mi edad, y pensé que era una maravilla, porque dramáticamente una actriz joven no podría hacer ese personaje. Hay un componente de azar muy grande en este trabajo. Por eso es una profesión con mucha incertidumbre y es tremendo lidiar con eso. Si a eso le añades que eres mujer y tienes una edad se va poniendo a veces muy desesperante. Por eso hay mucha gente en nuestra profesión que a veces se plantea dejarlo, pero luego es tan bonita que a los que nos gusta mucho… A mí me ha encantado encontrarme con Moisés y con Lolita en esta película. Nos conocemos desde pequeñas porque nuestras familias son casi familia entre ellas. Ha sido un gusto trabajar con Goya, con Carlos Hipólito, a quien conozco hace mil años y con quien ya había trabajado, con Álex Peral, que es íntimo amigo de mi hijo pequeño… Ha sido un rodaje muy familiar y muy agradable. Cuando estás así tan a gusto es una gozada.
Siempre estoy aprendiendo de ellos y ellos de mí, es un toma y daca. Soy muy distintos entre sí y tienen una relación con la profesión muy diferente. Jon se parece más a mí en cuanto al vínculo que tiene y Dani más a Imanol y a cómo lo entiende o como lo gestiona. Tenemos una relación estupenda.
Con los años vas cambiando y te vas dando cuenta de qué tipo de amor quieres. Yo por lo menos quiero un amor sano, consciente, correspondido, recíproco, que al mismo tiempo me de mi lugar y que tenga mi espacio. No me gustan las relaciones absorbentes y posesivas, ni tampoco ese amor líquido, que se llama ahora, de vivamos el presente y no nos comprometemos. El no compromiso es muy difícil. La conclusiones que saco después de muchos años es que las relaciones de pareja son difíciles, es un trabajo. Si te fijas, ahora que la mujer está cada vez más empoderada, aunque odio esta palabra, que sabe lo que quiere, lo que no, cómo quiere que la quieran, cómo quiere amar y tener ese tipo de relaciones y románticas de pareja, a partir de una edad hay cada vez más mujeres solas.
Sigue habiendo una mirada muy distinta del amor de los hombres y las mujeres. Encuentro que somos muy diferentes. Estamos hablando en general, con todas las excepciones del mundo… Las mujeres somos cuidadoras de la gente que queremos, los hombres no. Eso, por ejemplo, genera ahí un problema cuando vienen mal dadas las situaciones. Cómo reacciona una mujer, la capacidad que tiene de comprometerse… Las mujeres solemos contarlo todo, aunque hay mujeres muy herméticas que no sabes lo que piensan y hombres transparentes como el agua… Esos rasgos hacen que las relaciones se compliquen y que te vayas haciendo cada vez más exigente.
Exacto, de la falta de compromiso y del miedo no sé a qué… No sé qué miedos ocultos hay a comprometerse si estás a gusto con ese alguien, a trabajar ese vínculo. Si hay crisis rehacerlo. Como pasa a veces con los amigos, que la vida nos distancia de ellos por cosas, porque cambias de ciudad o de trabajo, pero cuando hay una amistad verdadera puedes estar dos años sin ver a una persona y el cariño no desaparece. Quitando esas cosas que descubres con los años, cuando te enamoras es siempre igual, con 20, con 30, con 50, con 60 y con 120… La ilusión, las mariposas en el estómago, toda esa primera parte del enamoramiento que es maravillosa es atemporal.
Pastora Vega en un fotograma de su nueva película Palacio Estilistas. / /
Ahora estoy en un momento muy especial porque ya tengo una edad, no tengo la responsabilidad de mis hijos, cada uno vuela por su cuenta. Hago lo que me apetece en cada momento. Por supuesto, cuido de mi familia y de mis amigos y ellos de mí, pero ahora tengo un espacio de libertad que no tenía hace 10 años. Cada etapa de la vida te ofrece una oportunidad y la tienes que abrazar, aceptar y disfrutar. Depende de cómo lo vivas así va a ser tu nivel de bienestar, de estar a gusto. Hay gente que vive el nido vacío como un drama, por la soledad y yo lo vivo como una cosa maravillosa y diferente.
Para eso he estado muchos años nada más que pendiente de mis niños y también sacrificando mucho mi trayectoria y mis elecciones porque quería estar al lado de ellos y de mi familia porque consideré que ese era mi sitio. Ahora digo que sí a casi todo, aunque antes estuve diciendo no a muchas cosas porque estaba cuidando de mi madre o de mis hijos. Para mí han estado por delante los afectos, la familia, el amor, por encima de mi carrera profesional. Lo he podido hacer porque hay gente que prefiere estar con sus hijos y no puede porque no tiene para comer. Yo, pudiendo hacerlo, he renunciado siempre a estar con mi familia, que me necesitaba y que yo quería estar ahí. No quería perderme la infancia de mis dos hijos y de hecho no me la he perdido, que esta profesión es así a veces, que no te deja. Ahora me toca otra cosa. Me encanta mi trabajo en sus distintas facetas y lo vivo feliz, pero siempre he priorizado lo personal. Hay gente que lo hace al revés. Lo he hecho así intuitivamente desde que empecé con 20 años y lo sigo haciendo ahora, lo seguiré haciendo siempre.
Volvemos a lo de las mujeres cuidadoras. Lo veo muchísimo en amigos, en amigas… Quienes tienen padres muy mayores, cómo los cuidan unos y otras. No tiene nada que ver. Está a años luz. Cuando son viejitos se convierten en nuestros bebés. Por supuesto que hay muchas excepciones, que nadie se sienta señalado, pero hay un plus de atención que las mujeres, al menos las de mi familia, prestamos. Igual es que somos cuidadoras en exceso -dice con humor.
Ahora estoy colaborando con TVE haciendo unos reportajes en Aquí la tierra, donde tengo una sección, Trocitos de mi Madrid. Estoy encantada, me lo paso genial, me divierto… Ahora me acaban de proponer una película, pero ya veremos si sale. Tengo un podcast que se está cocinando. Lo empezamos antes de la pandemia, se paró…. Y tengo mucho audiolibro. Cada tanto estoy cerrada en un cuarto leyendo y me encanta.