Quién es Karla Sofía Gascón, por qué la han echado de los Oscar y cómo ha conseguido volver a colarse en la ceremonia

«Crecí en un lugar llamado Alcobendas donde este sueño no era muy realista», dijo Penélope Cruz en 2009, al recibir su Oscar a la mejor actriz de reparto por 'Vicky, Cristina, Barcelona', de Woody Allen. ¿Cuántas posibilidades había de que otra actriz de Alcobendas pudiera llevarse un Oscar? Infinitesimales. Infinitesimales para la estadística y la lógica, pero no para Hollywood, el lugar donde los sueños se hacen realidad. Pe está convocada a entregar un Oscar en la ceremonia de mañana y, como todos sabemos, una de las nominadas es Karla Sofía Gascón (52 años), nacida en Alcobendas dos años antes que Penélope.

Los planetas se alinearon con Karla Sofía con esa nominación de la Academia de Cine, donde no debió pasar inadvertida la posibilidad de conseguir uno de esos momentos para la Historia en una gala de los Oscar necesitada de emoción y relevancia. No solo por contemplar a dos mujeres de la lejana Alcobendas mano a mano, sino por convertir a la protagonista de Emilia Pérez en la primera actriz trans que logra una estatuilla. Un momento histórico, además perfecto para contestar las políticas contra la diversidad de Donald Trump .

Aún necesitamos un apunte más para entender la brutal cancelación operada contra Karla Sofía Gascón y, sobre todo, el desenlace que se comienza a intuir. Porque el contexto en el que se ha producido toda la polémica que rodea a la de Alcobendas no es cualquiera, sino el de las potentes campañas de productoras para conseguir el ansiado premio Oscar. Harvey Weinstein, encarcelado por agresión sexual , fue el pionero en diseñar todo tipo de estratagemas (visionados vip, filtraciones a la prensa, narrativas orquestadas) para que una película de Miramax arrasara. Así lo hizo, en 1999, Shakespeare in Love.

El año pasado, las campañas de las productoras encontraron en los memes un aliado inesperado: la viralidad inventó Barbenheimer (por Barbie y Oppenheimer) y la genialidad neutralizó cualquier otra narrativa. Este año, quizá contagiándose del ambiente general, no han sido originales memes, sino agrias polémicas las que han querido defender unas cintas hundiendo a otras. Además de la cancelación a Karla Sofía Gascón, también hubo una «mano inocente» que repasó la trayectoria de la brasileña Fernanda Torres, también nominada al Oscar a la Mejor Actriz Protagonista, para desacreditarla.

Hace 20 años, Torres se pintó la cara de negro para interpretar a una mujer racializada en un 'sketch' de televisión. Entonces aún no se había censurado socialmente lo que hoy conocemos como blackface y consideramos mayoritariamente una práctica denigrante y racista. «Lo lamento profundamente. Es importante para mí abordar esto rápidamente para evitar más dolor y confusión», se apresuró a comunicar Fernanda, protagonista de la película de Walter Salles I'm Still Here. De hecho, el pasado enero se convirtió en la primera actriz brasileña en ganar un Globo de Oro por su interpretación.

La rapidez de Fernanda Torres y su manera de pedir perdón neutralizaron este ataque nada inocente. No ocurrió lo mismo con Karla Sofía Gascón, desafortunada en sus primeras palabras tras conocerse los tuits que generaron una fulminante cancelación. Sonaban, suenan a barra de bar. «Hitler creía que su pueblo era divino porque pertenecía a una raza superior. Todos acabaron con él, ahora la esvástica siquiera puede reproducirse. La iglesia, el islam, etc, etc. han causado millones de muertes más a lo largo de la humanidad y ahí siguen. Da qué pensar», escribió en 2019, cuando aún no era famosa global ni aspiraba a premios .

«Realmente creo que a muy pocos les importó nunca George Floyd, un drogata estafador, pero su muerte ha servido para volver a poner de manifiesto que hay quienes todavía consideran a los negros monos sin derechos y quiénes consideran que la policía es asesina. Todos errados», tuiteó Karla Sofía, solo un mes después del asesinato de Floyd.

«Cuántas veces más la historia tendrá que expulsar a los moros de España… Todavía no nos hemos dado cuenta de lo que significa esta amenaza de civilizaciones que constantemente ataca a la libertad y coherencia del individuo. No se trata de racismo, se trata del islam», escribió. El islam es blanco de varios tuits: «El mayor atraso de derechos está en el islamismo». O «Cada vez que voy a recoger a mi hija al colegio hay más hembras con el pelo tapado y el faldón hasta los talones. Lo mismo el año que viene en vez de inglés tenemos que dar árabe… y un cordero».

El mismo 31 de enero, solo unas horas después, Gascón se disculpó de la siguiente manera: «Quiero reconocer la conversación en torno a mis publicaciones anteriores en las redes sociales que han causado dolor. Como miembro de una comunidad marginada, conozco muy bien este sufrimiento y lamento profundamente haber causado dolor. Toda mi vida he luchado por un mundo mejor. Creo que la luz siempre triunfará sobre la oscuridad». La protagonista de Emilia Pérez había aprovechado la promoción de la película para denunciar la violencia que sufren las personas trans, cosa que lógicamente empeoró aún más la recepción de sus tuits y su pobre disculpa.

Al evitar pedir perdón claramente, la bola de indignación se hizo cada vez más grande en una viralidad que busca naturalmente el conflicto. Gascón, además, echaba balones fuera con declaraciones que no mostraban arrepentimiento alguno. «Qué casualidad que llevo nueve meses intentando mandar un mensaje de esperanza al mundo y justo hace tres días, casualmente, soy la peor persona del mundo», escribió en sus redes. Además, concedió una entrevista a CNN sin el consentimiento del equipo de relaciones públicas. Con 13 nominaciones, Emilia Pérez es la película con más candidaturas del año.

Al final, los valedores de Karla Sofía se fueron retirando uno a uno de su lado. Sus compañeras de reparto, Zoe Saldaña y Selena Gomez, dejaron de mencionarla; el director, Jacques Audiard, fue el más duro: le pidió que dejara de hablar porque estaba perjudicando las posibilidades de la película. Netflix dejó de contar con ella en la promoción: no acudió el almuerzo de los premios AFI, los premios Critics Choice, los premios del Sindicato de Directores de Estados Unidos, los premios del Sindicato de Productores de Estados Unidos y el Festival Internacional de Cine de Santa Bárbara…

La cancelación brutal de Gascón, perpetrada precisamente por sus empleadores, quiso responder a una viralidad fuera de sí y alentada por fuerzas que jamás lograremos discernir, aunque a los efectos da igual si fueron trolls espontáneos o pagados. Lo cierto es que el espectáculo terminó resultando algo muy parecido a una lapidación simbólica que quizá no se hubiera producido de la misma forma con un actor consagrado o una actriz británica, por ejemplo. Convengamos que las mujeres trans, latinas a los efectos estadounidenses, son ahora un blanco más que fácil.

La crueldad que rezumó la tormenta de insultos dirigidos a Gascón terminó produciendo el efecto inverso: algunas personas relevantes salieron en defensa de Karla Sofía. Alejandro Amenábar o Isabella Rossellini confirmaron que la habían votado. Al recoger su galardón en los Critics' Choice Awards, Demi Moore dijo en su discurso que lamentaba que Karla no estuviera allí. En la última gala de los Goya, C. Tangana pidió al recoger su premio: «Seamos comprensivos y perdonemos». Los productores de Emilia Pérez que recogieron el Goya a la Mejor Película Europea dijeron: «Ante el odio y el escarnio, más cine y más cultura».

En los recientes Premios BAFTA, Jacques Audiard también dio a entender que perdón y redención estaban a la vuelta de la esquina. Tras agradecer a todo su equipo, añadió: «También a ti, mi querida Karla Sofía, a la que le mando un beso». Poco después, Netflix anunció que pagaría los gastos para que Gascón acudiera a Los Ángeles para participar en la gala de los Oscar. No la vimos, sin embargo, en la cena de nominados con Demi Moore . Fernanda Torres y Mikey Madison . Zoe Saldaña, también nominada como actriz de reparto, dijo: «Me parece importante que terminemos este capítulo en equipo, como empezó el proyecto desde el inicio, y después que cada quien siga el camino que le toque atravesar. Si es de redención, de redención».