PREMIOS GOYA 2023 Marina Foïs, nominada al Goya a Mejor Actriz Protagonista por 'As Bestas': «Mi personaje da una lección de humanidad y una solución al mundo, porque elige un camino diferente al del odio»

Marina Foïs (Boulogne-Billancourt, 1970) forma parte de la aristocracia del cine francés. La maestra de ceremonias de la gala de los César en 2021 tiene una filmografía engrosada por 85 títulos, donde ha alternado el drama y la comedia. Ahora, está nominada al Goya en la categoría de Mejor Actriz Protagonista por su papel en 'As Bestas'.

La actriz mantiene una amistad de más de una década con el diseñador de Louis Vuitton , Nicolas Ghesquière, y un idilio tanto con el público, tras su participación en programas televisivos de humor, como con la crítica, por sus papeles bajo las órdenes de Laurent Cantet, François Ozon y Christophe Honoré. A pesar de sus galones, cuando su representante la llamó con la oferta de un papel en el nuevo proyecto de Rodrigo Sorogoyen, la estrella le hizo repetírselo, incrédula.

En verano de 2016, había ido al cine a ver un thriller que la dejó impactada. Era Que Dios nos perdone, la tercera película del director español. Aquella turbia trama sobre un violador de ancianas en el contexto del 11-M y la visita del Papa «era demasiado buena». Le había recordado a la crónica de un asesino en serie relatada por Bong Joon-ho en Memories of Murder (2013).

«Me encantó su transformación del género, que estuviera ambientada en el verano de Madrid. A partir de ahí, he visto toda su filmografía. Le hubiera dicho que sí sin leer el guion», asegura la hoy protagonista de As bestas, la mañana siguiente de su visita a Zaragoza para la gala de los Premios Feroz , donde estaba nominada. Laia Costa se alzó finalmente con el galardón.

Este sábado 11 de febrero, Foïs volverá a competir con la protagonista de Cinco lobitos en los Goya. Sea la elegida o no, el reconocimiento ya le ha llegado en forma de mensajes entusiastas por parte de Catherine Deneuve e Isabelle Huppert, y en la calle, en la conversación con personas anónimas que le han transmitido el eco profundo de este drama sobre una pareja de franceses que, al instalarse en un pueblo gallego, se enfrentan a la hostilidad de los lugareños. «El cine tiene la virtud de educar y esta película hace política a través de historias y personas, plasmando el absurdo de la violencia y el rechazo y la necesidad de vivir juntos».

Mujerhoy. ¿Cómo se siente una gran estrella del cine francés nominada a los grandes premios del cine español?

Marina Foïs. En mi país soy muy famosa, lo cual es genial, pero te limita, porque la gente te conoce y tiene una idea preconcebida de ti. Los actores célebres en Francia tienen mucho poder, y eso no es necesariamente interesante en los sets. Más bien es peligroso. El hecho de rodar en un país donde nadie me conoce es una oportunidad, no siempre muy cómoda, pero que me permite reinventarme y ser otra persona.

MH. Da la impresión de que en Francia no se conoce el cine español más allá de Almódovar.

El cine español es muy querido en mi país. El año pasado fui a ver El buen patrón. Ha funcionado muy bien, como también Competencia oficial. Cuando fui jurado de la sección Una cierta mirada en el Festival de Cannes le dimos un premio a Óliver Laxe por Lo que arde. Albert Serra ha recibido 10 nominaciones a los premios César y Sorogoyen es muy popular entre la gente de la industria. Cuando comenté que iba a rodar con él, me dijeron: «¡Qué suerte!». Y As bestas ha arrasado en la cartelera.

MH. Empezó a hacer teatro a los siete años. ¿Era un juego o ya sabía entonces que quería ser actriz?

Quería ser actriz. Qué extraño, ¿verdad? Porque, además, mis padres eran hippies y en mi casa no había televisión. Para entretenernos, ya estaban los libros. Eso sí, iban mucho al cine, veía películas de autor, cine japonés, indio... Y como mi padre era italiano, la primera película que vi fue La strada, de Fellini. No recuerdo haber querido dedicarme a otra cosa. Menos mal que lo he conseguido, sino ahora sería asesina en serie o algo así [risas].

MH. Pero desearlo no es suficiente, ni siguiera teniendo talento. ¿Se acuerda de la Marina adolescente, acariciando este sueño?

Cada vez que estoy en un set de rodaje. Este oficio es una combinación de suerte y encuentros, pero después hay que trabajar mucho. Es un compromiso. Gérard Depardieu dice que es un trabajo que te vuelve estúpido, así que debes tener cuidado.

MH. Este año ha hecho cinco películas. ¿No necesita vacaciones?

Es que me encanta mi trabajo. Si el proyecto es interesante, no sé decir que no. Necesito parar, pero no sé cómo. Es una lastima, porque corro el riesgo de saturar al público. He de dejar a los espectadores descansar, que se olviden un poco de mí.

MH. ¿Qué le ha aportado As bestas a un nivel más personal?

Mas allá del trasfondo político y social, lo que me ha conmovido ha sido la historia de amor y el hecho de que no sea una película de venganza. Hay toda una categoría de filmes del rencor. François Truffaut decía que detestaba las películas de venganza, y a mí me pasa igual. No me gusta la idea de que un día nos suceda algo y volquemos toda nuestra energía y nuestro tiempo en encontrar la forma de hacerlo pagar.

MH. ¿Por qué no quiso ver a la mujer que inspiró su personaje?

Margo Pool no es alguien que haya buscado la luz, solo usó los micrófonos y las cámaras como un arma para saber la verdad sobre la muerte de su marido. No me parecía apropiado acercarme a ella y robarle su privacidad para una película. Rodrigo fue a su casa y tengo entendido que le ha gustado mucho.

MH. ¿Qué poso le ha dejado?

Margo es una heroína. En todo el mundo hay muchas mujeres que, como ella, luchan por la justicia, por la paz y por la libertad. No tendrán una estatua en una plaza de Madrid ni de París, pero me parece hermoso aferrarse a estas personas como guías. Son una lección de humanidad y una solución para el mundo, ya que eligen otros caminos diferentes al del odio.

MH. También se abordan otros temas del presente, como la transición energética o la tendencia del éxodo urbano al entorno rural.

El que más me interesa es el de la lucha de clases. Los dos hermanos que nacieron allí no tienen opción, están condenados a quedarse, mientras que el francés y su pareja provienen de un entorno acomodado, son maestros, tienen más recursos y, sobre todo, si lo quisieran, podrían irse. Hay algo postcolonial en ellos: este vamos a llegar y te vamos a explicar lo que puedes hacer con tu tierra. Yo me volvería loca. Por que practiquen la agricultura orgánica no tienen la razón. Lo interesante de As bestas es que defiende muchos puntos de vista diferentes.

MH. Usted venía de la comedia, aunque aquí la hayamos visto en un registro dramático. ¿Ha temido alguna vez quedarse encasillada?

Los grandes actores cómicos tienen potencial dramático. A menudo son los directores o los productores quienes carecen de imaginación para percatarse. En mi caso, hubo una directora, Christine Carrière, que en 2007 me dio la oportunidad. Me sobra calidad, pero a mi edad, tras tantas películas, sé que no te conviertes en un gran actor sin un gran director.

MH. Ha hablado de la edad. Para las actrices en su país no parece un problema cumplir años en esta profesión.

Creo que es gracias a Catherine Deneuve, Isabelle Huppert y Fanny Ardant. Estas mujeres, con su curiosidad, su cinefilia y su energía han hecho que el cine no pueda prescindir de ellas, de modo que la generación posterior hemos aprovechado las puertas que nos han abierto. Nuestro trabajo no ha terminado. En los César, a diferencia de en los premios Feroz y Goya, no hay directoras nominadas, por ejemplo.