Nacho Dean con su carrito en los Andes. /
En 2016 terminó de dar la vuelta al mundo a pie, y dos años después cruzó a nado los cinco continentes. Miles de kilómetros después, Nacho Dean sigue explorando el mundo con la misma pasión incansable. Pero más allá de sus récords, su viaje ha sido un desafío interior.
En esta entrevista, nos invita a descubrir nuevos horizontes mientras redefinimos nuestro rumbo y nos ofrece una mirada alternativa sobre la exploración: empieza cuando damos el primer paso, pero no termina al llegar a la meta.
¿Por qué hace falta irse lejos para encontrarse a uno mismo?
Hay varios factores. Uno es el tiempo que estás lejos de tu hogar. Según vas alejándote, vas conociendo nuevas realidades. Por otro lado, cada paso que das está lleno de pensamientos. Es muy interesante cómo el término 'vagar', que significa 'caminar', está comprendido dentro del término 'divagar' (pensar). No es casualidad que sea caminando cuando tienes las mejores reflexiones. Y también hay un punto de esfuerzo y sacrificio, que es donde está el crecimiento. Afrontar adversidades como racionar la comida, el frío o la altitud te hace crecer y te reta.
El explorador Nacho Dean. /
Alejarse tanto también significa dejar atrás a quienes quieres y casi todo lo que importa. ¿Es esa distancia también la clave para un viaje más profundo?
He estado tres años viviendo con lo que cabe en un carrito. Te das cuenta de que ni tu paz ni tu felicidad dependen de lo que tienes, sino de lo que haces, de tener un propósito. El desprendimiento de lo material es un gran salto mental, aunque también lo es desprenderte de tus miedos o alejarte de tus seres queridos, que es una de las partes más difíciles.
Viajar sin compañía también implica mucha soledad. ¿Cómo se convive con ella?
Cuando decides vivir alineado con tus sentimientos, ideas y actos, ya no estás solo. Después de haber atravesado muchos países y culturas, puedo confirmar que en todos los sitios hay gente buena. He conocido personas de países muy humildes que lo han compartido todo conmigo. Si el mundo solo fuera como muestran las noticias, no hubiera llegado ni a Francia.
Nacho Dean con su libro Libre y salvaje. /
Para ti es muy importante la conexión con la naturaleza…
Hay un turismo sostenible que consiste en minimizar nuestro impacto en lo que se refiere a la huella de carbono o los residuos. Pero hay un paso más allá, que es el turismo regenerativo, que se enfoca en lo positivo. Por ejemplo, trabajar por las comunidades de los lugares que visitas, realizar limpiezas de playas, esforzarte por hablar el idioma, consumir productos locales… En definitiva, dejar el lugar que visitamos mejor de lo que estaba.
Hoy cualquiera puede moverse por el mundo, pero entonces, ¿qué es realmente viajar?
Yo respeto todas las motivaciones: desconectar, pasarlo bien, conocer culturas, conocerse a uno mismo… Viajar al final es salir de tu entorno, del lugar en el que estás cómodo y seguro. Pero, sobre todo, tiene que ser respetuoso y con mentalidad a largo plazo, pensando que esos lugares nosotros los hemos heredado de generaciones anteriores, y hay que preservarlos para las venideras.
Nacho dean en uno de sus viajes. /
Habiéndolo visto prácticamente todo, ¿qué sigue sorprendiéndote?
Al principio, cuando empecé a caminar, todo me sorprendía. Pero cuando llevaba ya seis meses, tenía que ver cosas realmente sorprendentes para que sacara la cámara de fotos. Y cuando alcanzas ese punto, lo que verdaderamente te llena son los pequeños placeres de la vida cotidiana: jugar con tus hijas, un helado, una puesta de sol, desconectar el móvil y dar un paseo por el bosque…
El próximo reto de Nacho Dean es una campaña oceanográfica en Portugal. /
¿Hacia dónde te diriges ahora?
Estoy preparando una nueva campaña oceanográfica en Portugal, que empezamos a finales de marzo y concluimos a finales de julio. También quiero seguir divulgando y transmitiendo los aprendizajes y mensajes de motivación que la vida me está dando, para lo que he puesto en marcha un programa de formación y liderazgo. Y estoy haciendo viajes de autor con un pequeño grupo de viajeros.