Crimen sin resolver ¿Quién mató a Jill Dando? El true crime de Netflix sobre el asesinato de la presentadora a la que comparaban con Diana de Gales

La miniserie de tres episodios, que ya podemos encontrar en la plataforma de streaming, trata de arrojar luz sobre uno de los homicidios más comentados y misteriosos de Reino Unido desde 1999.

Jill Dando, la presentadora de la BBC que fue asesinada en 1999. / netflix

Aloña Fdez. Larrechi
Aloña Fdez. Larrechi

Que la ficción no deja de inspirarse en crímenes reales ya lo comentamos aquí, pero ese no es el único género con el que la realidad llega a las plataformas. Y es que las docuseries también tienen una vertiente homicida que los suscriptores reciben con entusiasmo, porque la maldad humana es infinita y nuestras ganas de sorprendernos también. Tal y como sucede con ¿Quién mató a Jill Dando?: el true crime de Netflix sobre el asesinato de la presentadora que comparaban con Diana de Gales.

Fue el 26 de abril de 1999 cuando Jill Dando se disponía a entrar en su casa, en el londinense barrio de Fulham, y fue asesinada de un disparo. No hubo testigos, en la escena del crimen apenas se encontraron pistas que pudieran resultar trascendentales para el caso y tuvo que pasar un año para que se realizase un arresto. Toda una historia que los medios británicos publicaron minuto a minuto, asustados porque hubiesen matado a una de las suyas.

Dando tenía 38 años cuando murió. Desde 1985 trabajaba en diversos programas de radio y televisión de la cadena británica, BBC. Entre ellos Crimewatch, que trataba de arrojar luz sobre casos no resueltos y del que era copresentadora cuando fue asesinada.

La Diana de Gales de la televisión pública

Antes de presentar esa especie de ¿Quién sabe dónde? criminal, Dando pasó por los programas matinales más populares y los informativos del ente público. El día después de su asesinato iba a presentar las noticias de las seis de la tarde y, por ello, la mítica revista televisiva Radio Times le dedicaba su portada esa misma semana.

Era un rostro conocido, y querido por la audiencia, y muchos no dudaban en compararla, por su físico y su forma de vestir, con la por entonces ya desaparecida Diana de Gales. Pero ese no era el único nexo que el entorno de la periodista tuvo con la Casa Real británica. Tres meses antes de ser asesinada Jill Dando había anunciado su compromiso con el ginecólogo Alan Farthing, que en 2008 fue nombrado cirujano obstetra de la reina Isabel II.

Jill Dando en una imagen perteneciente a su familia, que 24 años después sigue buscando respuestas. / netflix

En el momento de su muerte Dando se encontraba entre las caras más conocidas de la BBC y en 1997 había sido nombrada personalidad del año de la cadena. Una popularidad que ayudó a descartar una de las posibles teorías sobre su asesinato, que la habían matado por error. Todo el mundo en Reino Unido sabía quién era Jill Dando, aunque fuese de espaldas, como se produjo su encuentro con el criminal.

Con la boda a la vuelta de la esquina, Dando y Farthing vivían ya en el piso de él, pero esa mañana la reportera quiso pasar a recoger algunas cosas por su casa. Al llegar a la puerta alguien la agarró del cuello, la tiró al suelo y le pegó un tiro en la cabeza. Un vecino la oyó hablar antes, pero no el disparo, y posteriormente vio a un hombre que se alejaba de la casa de la mujer, muy probablemente su asesino.

La mayor investigación desde el destripador de Yorkshire

Con los medios de comunicación presionando, y publicando sus propias teorías cada semana, tras el asesinato se organizó la mayor investigación criminal desde el infame destripador de Yorkshire. En los seis primeros meses el equipo de investigación había hablado con más de dos mil personas y tomado más de mil declaraciones. Sin embargo hubo que esperar casi un año para la primera detención, la de Barry George, que vivía muy cerca de Dando.

Jill, a la derecha, en una imagen familiar junto a su hermano Nigel. / netflix

Dos décadas después del crimen, sin embargo, nadie ha sido encontrado culpable de la muerte de la periodista. Su hermano, Nigel, una de las principales voces de la docuserie de Netflix, ve improbable que la policía pueda atrapar a alguien ahora pero no pierde la esperanza de que la producción dedicada a su hermana sirva para «sacudir la memoria a alguien». «O a lo mejor quien lo hizo se diga que ya ha vivido mucho tiempo con este terrible secreto y es hora de ir a algún lado a contar lo que pasó», ha comentado esperanzado.