respuestas al misterio Sabemos por qué los hombres no dejan de pensar en el Imperio romano

Lo que comenzó como un comentario inocente en las redes sociales se ha convertido en un tema que nos ha generado muchas preguntas acerca de la mente masculina.

El pasado está muy presente en la ciudad de Roma, y en sus hombres, al igual que en la mente masculina / María Dolores Vázquez/Unsplash

Aloña Fdez. Larrechi
Aloña Fdez. Larrechi

Nos encanta descubrir cómo funciona el mundo, ya sea conociendo las razones por las que la gastronomía británica es horrible o las claves que necesitas para vivir con menos ruido . Hoy, siguiendo la corriente de las redes sociales, nos hemos propuesto desentrañar uno de los grandes misterios de este mes. ¿Por qué los hombres no dejan de pensar en el Imperio romano? Y lo hemos descubierto.

Todo comenzó en Twitter, cuando un usuario comentó lo muchísimo que los hombres piensan en el Imperio romano e invitaba a quienes lo leían que preguntasen en su entorno. En Instagram una usuaria recogió la propuesta, hizo la prueba con su novio y el resultado fue sorprendente. «Todos los días», contestó.

A partir de entonces, en un enlace temporal sin precedentes, lo nuevo y lo viejo, las redes sociales y el imperio romano, se han retroalimentado, uniendo fuerzas para recordarnos que no se vive solo de influencers. Y en pleno siglo XXI no podemos parar de preguntarnos por qué una de las civilizaciones más antiguas está tan presente en nuestro día a día. O en sus cabezas.

Julio César en la cola del supermercado

Roma Aeterna es el podcast en el que, desde 2020, Iban Martín «explica la historia desde el principio, a nivel cronológico, como si fuese una serie de Netflix». Con casi un centenar de programas, podemos encontrarlo en la plataforma Ivoox, y el éxito ha sido tal que también organiza eventos en directo, y ahora ha publicado con La Esfera de los Libros Roma Aeterna. El ascenso de la República.

En este libro «plasma el espíritu del podcast», que abarca «desde la proclamación de la República hasta el final de la Tercera Guerra Púnica«. Para explicar el proceso que llevó a Roma de ser una desconocida a una potencia, Martín recurre a las fuentes primarias, siendo consciente de que «lo que nos cuenta un señor del siglo I puede que no sea verdad».

Portada del libro de Iban Martín, Roma Aeterna. El ascenso de la República. /La Esfera de los libros.

Martin ha podido comprobar, gracias a su podcast, que el interés por el Imperio romano entre hombres y mujeres no es muy desigual, y el porcentaje de sus oyentes se divide entre un 60% de hombres y un 40% de mujeres. «Conozco a mujeres interesadas en el mundo romano y que se dedican a ello, profesionales de la historia. Pero sí que es verdad que la balanza se decanta más por el lado masculino», reconoce Martín.

Esto sucede, como él mismo comenta, porque «cuando hablamos de Roma hablamos de guerra y de política, aunque yo intento ir un poco más allá, intento alejarme de la mitificación romana, que es por lo que el público masculino está tan fascinado con la antigua Roma y piensa tan a menudo en ella«.

Y él mismo señala que hay quien, en la cola del supermercado, se plantea cosas como «¿Y si no hubiera muerto Julio César, qué hubiera pasado?«. Por muy descabellada que parezca la idea, Martín sabe la razón: »Roma sigue viva en nuestra mente y ahora mismo está muy de moda. El Imperio romano está muy vivo«.

El Imperio romano en nuestras vidas

«Cuando pensamos en la antigua Roma», apunta «la gente piensa, normalmente, en lo que hemos visto en las películas, en Gladiator, en la serie de HBO Roma. Piensan en esa idea de Roma que está en nuestro imaginario actual. Pero no van más allá y no intentan indagar en cosas que no nos gustan tanto de ella».

Roma, recuerda Martín, «era una sociedad esclavista, eminentemente machista, si la vemos con el prisma de hoy tiene cosas que nos incomodan. Pero hay que asomarse a ellas porque estaban ahí, aunque se alejen del cliché. Es una sociedad mucho más compleja, con muchos más grises, no solo el honor o la gloria que nos venden algunas fuentes«.

Para el divulgador, que descubrió su amor por el Imperio romano tras un viaje a Roma en 2005, uno de los problemas sobre la idea que tenemos de ese mito es que la hemos formado a partir de unas fuentes que «no dejan de ser personas con su ideología, pero bajo la superficie hay muchas más cosas que se alejan del cliché«.

El Coliseo romano, símbolo de un tiempo pasado que muchos no olvidan. / Federico Di Dio Photography/unsplash

Y para explicar esos Tik Tok en los que los hombres reconocen el tiempo que invierten en el Imperio romano, Martín apunta que «seguro que lo que piensan es en Julio César o Trajano, en las legiones… Piensan en esa fantasía masculina de la guerra, de un pasado glorioso que ya no existe y que no deja de ser ficción en su cabeza. Porque Roma era mucho más que eso«.

«Yo tengo que pensar mucho en Roma porque me dedico a esto. En mi tiempo de ocio intento no pensar en el Imperio romano, porque si no me da algo», comenta riendo. Y cuando trabaja en su podcast trata de buscar nuevos enfoques que «la gente agradece porque descubre cosas nuevas».

Por ejemplo, «en el periodo arcaico de la República hay muchos conflictos sociales en los cuales nos podemos ver representados, ya sea por la posesión de unas tierras o por deudas. Se trata de cosas relacionadas con nuestro día a día, y el oyente lo agradece mucho«.

Así que el Imperio romano está muy presente en el siglo XXI, pero no exactamente por las idealizadas (y muchas veces violentas) razones que, de vez en cuando, asaltan la cabeza de muchos hombres en todo el mundo.