ingresos pasivos
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Suena a utopía pero, con esfuerzo, algo de tiempo y una buena estrategía de inversión y ahorro, vivir sin trabajar, no depender de un sueldo y conquistar la libertad financiera no es tan algo tan inalcanzable como suena. «Hay muchas más personas a nuestro alrededor que viven de los ingresos pasivos de lo que imaginamos. Aunque hay quien deja su trabajo y se dedica a viajar, muchos otros prefieren llevar el estilo de vida de antes, pero con la tranquilidad de saber que si un día les falla el trabajo, van a poder cubrir sus gastos», explica la experta en ahorro y finanzas personales Mapi Amela, fundadora de Ahorradoras, la mayor comunidad de ahorro para mujeres en español.
Pero para vivir de las rentas primero hay que asegurarse una buena fuente de ingresos pasivos. ¿Qué son exactamente? «Son los ingresos que no son fruto de nuestro trabajo activo. No necesitamos estar presentes para producirlos, porque provienen de activos que poseemos con la finalidad de que nos generen unas rentas o un aumento del patrimonio», explica la experta.
«El objetivo es conseguir un flujo de efectivo sin necesidad de hacer un esfuerzo adicional. Es verdad que, durante unos años, hay que trabajar mucho y estar muy enfocada hacia el objetivo de adquirir esos activos, pero a la larga suele compensar. La idea es invertir tiempo al principio y acumular ese capital que luego te permita generar esas rentas. En cierto modo, es comprar tiempo del futuro», añade Amela.
Si nos interesa apostar por esta estrategia de ahorro, lo primero es llevar un exhaustivo control de nuestros gastos que nos permita ver dónde podemos recortar. «A partir de ahí, podemos ir aumentando nuestro ahorro para crear un fondo de emergencia que nos permita cubrir nuestros gastos fijos de entre 6 a 9 meses. Una vez tenemos optimizados nuestros gastos para poder ahorrar lo máximo y hemos construido nuestro colchón de tranquilidad se trata de ir aportando a esa fuente de ingresos pasivos que hemos escogido». El siguiente paso es estratégico. ¿Qué tipo de ingresos pasivos existen y cuáles son los más interesantes?
Por un lado, y aparte de productos financieros clásicos como los depósitos o los bonos del estado, están los dividendos, que pueden recibirse cuando adquieres acciones de una compañía. «No todos los valores que cotizan reparten dividendo, pero hay algunos que sí», matiza Amela.
Sin embargo, la opción de ingresos pasivos más popular en nuestro país es la inversión inmobiliaria. Es decir: adquirir propiedades para después alquilarlas. Y no solo hablamos de pisos, sino también de oficinas, garajes, trasteros, bodegas… «Es probable que al principio tardes en generarlos, porque durante años usarás esos ingresos pasivos para pagar la hipoteca, pero a la larga es una opción muy interesante», explica la experta. Es una fórmula especialmente rentable si el inmueble en cuestión está bien localizado y en buenas condiciones. Otra alternativa es alquilar esas segundas viviendas en una plataforma de alojamientos vacacionales entre particulares como Airbnb, que permite incluso hacerlo por habitaciones.
Sin embargo, comprar para después alquilar no es la única fuente de ingresos pasivos a nuestro alcance. También hay opciones más imaginativas. Por ejemplo, los infoproductos. «Si creas un curso o una formación específica y lo subes a una plataforma que no te genera un trabajo extra de marketing, ese puede ser un buen ingreso pasivo. Igual que si publicas un libro. Todo suma».
Aunque a veces se suelen relacionar algunos negocios on-line con los ingresos pasivos (como la creación de contenidos y formatos digitales para Youtube, Instagram o Tiktok) Amela pone una pega. «Ese tipo de actividades requieren de tu tiempo. Sobre todo al principio, pero también para mantener después buenas posiciones en los resultados de búsqueda de Google o mantenerse visibles dentro de redes sociales. Pasivos del todo no acaban de ser».
Pero, ¿ se puede vivir de los ingresos pasivos? «Sí, se puede, pero se necesita mucho trabajo, mucha perseverancia y bastante tiempo. No es algo que se pueda conseguir de la noche a la mañana como aseguran en algunos canales de YouTube, cuyos consejos llevan más a perder dinero que a ganarlo. Pero sí se puede vivir de los ingresos pasivos», cuenta la experta en ahorro.
Para eso es importante evitar un par de errores comunes. «El primero es tener mucha prisa y tomar decisiones no acertadas. El segundo es no llevar un control de esas fuentes de ingresos», explica Amela. Pero lo más importante, en opinión de la experta, es no poner nunca todos los huevos en la misma cesta.
« El principal error es no diversificar. Si te lo juegas todo a una fuente de ingresos pasivos, esta puede verse afectada por circunstancias sociales o económicas difíciles de prever. Imagínate que solo tienes inversiones inmobiliarias y, de pronto, caen los precios de los alquileres y te quedas sin esas rentas. O que tienes inversiones en una compañía que cotiza en bolsa y que da dividendos, pero resulta que a la compañía ya no le va tan bien y los recorta. Si tienes diversificadas las fuentes de ingresos pasivos, una te puede ir mal, pero las demás lo compensarán. Así no te juegas todo a una sola carta», concluye.