Dime qué tono de piel tiene y te diré el colorete que te favorece y quita años de encima

El colorete es un producto controvertido para muchas, que no lo quieren ver ni en pintura y huyen del efecto recargado, quizás por la reputación que adquirió en los años 80 . La verdad sea dicha, un toque de color en la cara rejuvenece, porque aporta luminosidad, reaviva la piel y da ese aspecto saludable de mejillas rellenas. Este cosmético no solo marca la diferencia en un look de maquillaje , sino que hace que nos sintamos más atractivas y eso es muy importante a la hora de que el resto de personas nos vean mejor. La ciencia del colorete reside en encontrar el color y textura adecuadas para tu tono y tipo de piel

.Si quieres presumir de un efecto buena cara despierta y quitarte diez años de encima para que parezcas un querubín, no te niegues a encontrar tu rubor perfecto. Funciona igual que con la base de maquillaje. Los matices del tono deben ser parecidos a los que tienes de forma natural, ya sea cálido, neutro o frío. A la vez, debe ir acorde al color de los labios, por lo que, si lo pruebas y se ve más apagado, descártalo. Si deseas algo o tienes sequedad, opta por las fórmulas en crema, líquidas o minerales. Por el contrario, las pieles grasas buscarán cosméticos en polvo que matifiquen y no añadan un brillo oleoso a lo largo de las horas. En cuanto a la colocación, a todas las formas de rostro les favorece la aplicación en las manzanas de las mejillas . De todas formas, aquí te ayudamos a encontrar el colorete ideal según tu tono.

El rosa bebé con el que se ruboriza esta tez de forma natural es el que mejor va. Es sutil y femenino. Si tu subtono es cálido, elige aquellos que tiendan al coral. Los colores melocotón también realzan el brillo de las pieles con matiz amarillo. Si es frío, uno empolvado pálido que tire al malva o al marrón. Aunque, el rosa claro va bien para todas porque aporta mucha frescura.

La paleta de frambuesa, cereza y rosa medio resulta suave y delicada en esta tez. Iluminan y suben el color de las mejillas como si hubiésemos estado expuestas a los rayos del sol o al frío intenso, con un rubor vibrante pero natural. Por otra parte, los tonos albaricoque oscuro dejan una estela bronceada muy bonita, juvenil y sofisticada.

Aquellas con matices oliváceos disfrutarán de los rojos rosados que consiguen dar impulso al aspecto apagado por el que normalmente se caracterizan. Los cobrizos con subtono rosa hacen contraste y dan volumen al rostro, creando un efecto pómulos marcados que define y afina la forma de la cara, para que parezcamos más jóvenes.

Corales cálidos, rojos intensos, burdeos o morados profundos dan la dimensión, la luz y el equilibrio de color que necesitan este tipo de pieles. No importa lo saturado del color siempre que sea ardiente. Incluso los rosas muy pigmentados quedan de lujo.