Consejos y tratamientos para combatir la piel opaca y sin brillo que tanto envejece ahora que llega el verdadero frío

Todas las mañanas lo mismo, despertar, mirarse al espejo y ver una piel apagada, seca y con tono pálido y desequilibrado . Por mucho que hidratemos o usemos cremas despigmentantes, ese aspecto cansado y envejecido perdura. Lamentablemente, es parte de la edad y el estilo de vida. Los cambios internos que se producen en nuestro cuerpo tienen traducción en el cutis por lo que es importante mantener una rutina de cuidado saludable para que el órgano más grande que poseemos pueda verse bien.

La tez estará jugosa, resplandeciente y uniforme si todos los aspectos de su funcionamiento, como la renovación celular , la producción de colágeno y elastina , los aceites naturales, el manto ácido y la barrera protectora, se conservan en niveles óptimos. Para combatir los problemas de falta de brillo, machas y textura irregular, tendremos que seguir un régimen de belleza estricto basado en la dieta, los buenos hábitos, tratamientos de alta tecnología y una mezcla de cosméticos de uso tópico que trabajan juntos para desvelar un rostros radiante y joven. Sigue estos consejos y te prometemos que los resultados se harán visibles.

La piel apagada se produce, como factor principal, por la deshidratación y es más propensa a aparecer y mantenerse durante los meses fríos. Este aspecto sin vida lo provoca una insuficiencia de riego sanguíneo en la dermis, el clima seco y el frío que arrasa con la capa de aceites de la tez. Se ve incrementado si nuestra dieta no es equilibrada y rica en nutrientes, la exposición continua a las pantallas, si dormimos mal o si las células cutáneas muertas se acumulan.

De este modo, debemos ir a por una combinación de cuidado facial exfoliante e hidratante. El primer paso es deshacernos de las células muertas utilizando exfoliantes químicos suaves con alfahidroxiácidos o polihidroxiáxios (ácido láctico, glicólico, mandélico, gluconolactona...) o, físicos no agresivos, dos o tres veces por semana (depende de la concentración ya que hay productos que se pueden usar a diario).

Después, incorporamos algún sérum o crema con antioxidantes como la vitamina C, que trabaja para promover la luminosidad, erradicar manchas, alisar textura e impulsar la creación de colágeno y elastina. Las mezclas con vitamina E, ácido ferúlico, niacinamida o raíz de regaliz son las mejores.

Para una hidratación intensa y la retención de humedad durante tiempo prolongado evitando que el cutis se reseque (sobre todo al emplear exfoliantes), usaremos sérums o cremas untuosas que combinen activos humectantes junto a componentes de origen natural calmantes. Ácido hialurónico, escualano, vitamina E, ceramidas, aloe vera o cica son altamente hidratantes y antinflamatorios. Acompaña estos productos de un factor de protección mineral con amplio espectro, como siguiente movimiento.

En la noche, para finalizar, añade retinol aprovechando la activación de los mecanismos naturales de reparación del cuerpo para conseguir un efecto rejuvenecedor más potente, reafirmado, sin manchas ni arrugas. Cualquier retinoide derivado de la vitamina A es bueno, más si se incluye desde un 0,3% en adelante. Procura incorporarlos poco a poco en tu rutina para desarrollar tolerancia.

Como complemento para revitalizar el rostro, darte tratamientos láser, de microneedling o terapias de luz LED, ya que estos procedimientos llegan a las capas más profundas de la piel para fomentar la regeneración celular y aumentar la producción de colágeno. Tanto en cabina, como en casa con gadgets de micro agujas o máscaras de luz roja. Eso sí, lo más importante para asegurar la eficacia es la continuidad.

En lo que respecta a 'lifestyle', es clave para que el cutis se vea despampanante y luminoso. Una dieta rica en ácidos grasos esenciales como el omega 3 (en pescado azul, nueces, semillas de lino...) es esencial. De hecho, si complementas con suplementos de aceite de pescado u otro tipo, rico en omega 3, te ayudará bastante para conseguir un aspecto saludable. Azucares, alcohol, grasas trans y carnes procesadas quedan eliminadas.

Las proteínas son otro indispensable porque reutilizamos los aminoácidos para fortalecer o regenerar otras proteínas como el colágeno o la queratina. Buenos catalizadores son los alimentos ricos en vitamina C y A como el kiwi, las fresas, las hojas verde oscuro, los pimientos, el boniato, los tomates, la calabaza o la yema de huevo. Y, por supuesto, beber mucha pero que mucha agua.