Jabón de glicerina para la cara: qué es, cómo se aplica y cuáles son sus beneficios

La limpieza facial es el pilar fundamental de la rutina de cuidado de rostro. Si no mantenemos la piel limpia, padecerá de muchos problemas. Por eso, es hora de darle importancia con los mejores productos, como con un jabón de glicerina. Es la fórmula que muchas habrán usado toda la vida, pasando de generación en generación y puede incluirse perfectamente en el skincare moderno, como para realizar la célebre doble limpieza .

Los beneficios del jabón de glicerina para la cara son muchos, porque no solo consigue eliminar las impurezas y residuos que permanecen en la piel, de forma eficaz. También evita que la tez se reseque, quede tirante, se descame y pierda sus aceites, al tener un componente que retiene la hidratación. Aguas micelares bifásicas o espumas desmaquillantes son innovadores y de extendido uso para la limpieza. Pero, para tener una piel limpia y saludable tampoco hay que complicarse. Aun así, te explicamos las propiedades y para qué sirve el jabón de glicerina facial, para que aproveches su uso.

Este producto se remonta a siglos antes de Cristo, por lo que su uso tiene milenios. Se trata de una fórmula elaborada a partir de glicerina, un compuesto orgánico derivado del alcohol del azúcar que se encuentra en grasas animales o vegetales. Tiene una consistencia soluble que permite que sea mezclado con otros ingredientes (como aromatizantes y colorantes). Y, el jabón en sí se genera por un proceso de saponificación del aceite.

El jabón de glicerina sirve para limpiar en profundidad la piel, sin irritarla o resecarla ya que es un producto suave y con mucho poder hidratante. Esto sirve también para tratar las espinillas, acné, eczema, dermatitis, piel enrojecida, picazón, tirantez y descamación. Es decir, que es excelente para todo tipo de pieles y además favorece la regeneración de tejidos.

Las propiedades del jabón de glicerina son muchas, pero destaca su poder humectante y emoliente que retiene el agua de forma natural, garantizando la hidratación. También cuenta con acción calmante. Es capaz de suavizar la piel y reducir hasta las arrugas pequeñas, por su efecto exfoliante. Protege la barrera cutánea. Y, es antibacteriano.

Lo que es lo mismo, puede aliviar la sequedad y todos los problemas derivados de ella, equilibra la piel grasa y reduce la aparición de granitos, limpia las impurezas, tiene beneficios antiedad, reduce la irritación y el picor, mejora la uniformidad del tono, combate rojeces, es hipoalergénico, mantiene la piel protegida y saludable.

Utilizar este producto es muy sencillo. Lo único que tienes que hacer es frotar tus manos limpias con el jabón humedecido, sobre todo en las palmas, y extenderlo por toda la cara. Después haremos movimientos circulares con leve presión, por todas las zonas de la cara para que penetre bien y se eliminen todas las impurezas.

Por último, enjuagamos la piel y secamos con la toalla a toquecitos. Se recomienda usarlo dos veces al día, pero si lo empleas más tampoco tendrás problemas. Pero, procura siempre mojar el jabón antes para que no cause el efecto contrario en la piel y experimentes de sequedad, ya que favorecerá la absorción de agua con la que lo hemos humedecido y también facilitará el no pegar restregones a la piel.

En el caso de tener una herida abierta, el jabón de glicerina puede ser demasiado ácido (según el tipo que escojamos) y hará que la zona se irrite. Así que, al igual que con las pieles alérgicas, debes comprobar si su contenido tiene fragancias, aceites esenciales u otros componentes que puedan alterar la sensibilidad.

Para aquellas con pieles excesivamente grasas o acneicas, dependiendo de la persona, puede resultar demasiado graso y no limpiar bien la tez, sobre todo si se usar durante demasiado tiempo. Por eso, tendremos cuidado con el jabón que compramos (procura que sea no comedogénico y libre de aceites), para no causar brotes o empeorar esta piel.