El peligro de las redes sociales en los adolescentes y sus rutinas faciales

El creciente interés de jóvenes e incluso niños por el mundo de la cosmética es una realidad cada vez más normalizada. En las redes encontramos perfiles de entre 13 y 20 años que generan contenido diario de belleza acumulando millones de «me gusta». El fenómeno se ha extendido tanto que sorprende a los expertos en dermatología, además de coger desprevenidos a los propios padres.

Las redes sociales y la venta online han eliminado las fronteras de lo que antes era un territorio exclusivo de los adultos y el auge de las plataformas digitales ha facilitado el acceso a contenidos de belleza y cuidado personal a los más pequeños, que se sienten incitados a probar todos esos principios activos no sólo innecesarios para sus pieles, sino que, tanto a corto como a largo plazo, pueden tener efectos negativos para ellos.

«Antes de introducir activos con capacidad de producir irritación, como por ejemplo los retinoides o los alfa hidroxiácidos, es recomendable consultar con un dermatólogo. El producto más beneficioso, tanto en los pacientes jóvenes como en los mayores, es el protector solar », explica la dra. Marta González , especialista en Dermatología médico-quirúrgica, como advertencia inicial. «La cosmeticorexia en jóvenes puede provocar irritaciones en la piel, dermatitis de contacto y acné cosmético, entre otros problemas. Por eso es fundamental que utilicen productos adecuados para pieles jóvenes, de calidad y con respaldo científico», mantiene Júlia Santamaria Martínez , Medical Advisor de Isdin.

« Es un sinsentido absoluto que niños preadolescentes o adolescentes utilicen rutinas de belleza o antiaging», añade la dermatóloga. Sus pieles, más delicadas y finas, no los necesitan y su uso puede alterar la barrera cutánea y acarrear, como señalaba la dra. González, distintos tipos de problemas dérmicos, como los brotes de acné. Pero este fenómeno no sólo genera preocupaciones dermatológicas, también puede suponer desórdenes psicológicos, de ahí que los padres sean los primeros que deben estar atentos a estos usos indebidos y desmedidos para protegerlos de los riesgos serios que puede acarrear, como los problemasde autoestima y ansiedad.

En la era digital, las redes sociales se han convertido en un escaparate global donde la perfección estética es idealizada, y muy a menudo falseada, por el uso de filtros y retoques. Los «like» son objetos de deseo por los que se pueden hacer muchos excesos. Y a edades tempranas es difícil que los más jóvenes sean conscientes de estos peligros, ya que viven etapas de desarrollo personal en las que la imagen y la aceptación social juegan un papel aún más fundamental que entre los adultos, entre los que, a pesar de la experiencia y la confianza, también generan presiones y desórdenes.

Uno de los activos más utilizados en estas rutinas es el retinol, muy popular para las pieles maduras por sus propiedades antienvejecimiento, pero absolutamente innecesario y peligroso si se utiliza de forma prematura, porque puede causar irritación cutánea y daños a largo plazo. Los ácidos exfoliantes también son ingredientes habituales para el público joven y, aunque son excelentes para combatir el acné en adultos, pueden ser demasiado agresivos para pieles tan sensibles como las de los niños.

«La exposición a todos ellos desde una edad temprana altera la barrera cutánea natural y debilita su capacidad para protegerse contra agresores externos», asegura la dermatóloga Júlia Santamaria Martínez. En este punto, también hay que tener en cuenta que los productos formulados para adultos suelen contener fragancias y conservantes que pueden desencadenar alergias y sensibilidades en estas pieles de otras edades. «Es del todo desaconsejable que utilicen estos ingredientes y otros muchos y hay que concienciarlos y educarlos», añade.

Ante esta nueva realidad, las marcas de belleza han encontrado una nueva oportunidad para abrir mercado y presentan cada vez más productos específicos para estas edades, que eviten el uso de cosméticos con formulaciones para adultos. « El acné es el problema cutáneo más habitual en la adolescencia, por el aumento en la producción de sebo en esta etapa. Por eso la rutina de belleza de un adolescente debe ser sencilla. Pasos esenciales: la limpieza, que evita la obstrucción de los poros y retira el exceso de sebo; y la fotoprotección, que evita manchas e imperfecciones. Ambos son básicos», explica la Medical Advisor de Isdin.

Por su parte, la dra. Marta González puntualiza que, si se trata de pacientes con tendencia acneica, habría que añadir productos sebo reguladores. Las rutinas llamadas de cinco pasos, que están tan de moda, no son negativas, pero sí innecesarias a esas edades. En este contexto, los padres tienen un papel clave a la hora de educar y orientar, pero también toda la sociedad, por la propia salud colectiva.