Aquellas quienes han sido testigos de la magia del retinol ya no pueden pensar en otro activo que no sea este polifacético antienvejecimiento . Su amplia gama de beneficios lo hace inigualable: combate manchas, arrugas, textura desigual, acné, aspecto apagado y estimula la renovación celular, junto a la producción de colágeno y elastina. Poco es más efectivo en belleza para paliar los signos de la edad.
Existen muchos tipos de retinoides (derivados de la vitamina A) que aunque todos cumplen con las mismas propiedades una vez penetran en la piel, sí que hay ciertos rasgos distintivos. Unos actúan más rápido, otros tienen tal potencia que solo pueden ser prescritos por médicos y otros son alternativas naturales y con menores efectos secundarios, lo que lo hace ideal para todo tipo de piel. Dentro de este último grupo se encuentra el bakuchiol, que ha ido ganando reconocimiento estos últimos años. Sin embargo, hay una variante aún mejor, pero para muchos desconocida y poco extendida cuyas bondades son de otro mundo: el rambután.
El rambután es un árbol y un fruto tropical propio del sudeste asiático y muy parecido al lichi, que no solo está exquisito, sino que su extracto, en uso tópico, puede hacer maravillas antiedad. Al igual que el retinol o el bakuchiol, activa la regeneración celular y aumenta el colágeno, por lo que proporciona la misma eficacia.
Al ser una alternativa natural... ¿En qué se diferencia del bakuchiol? Bueno, pues resulta que es menos irritante si cabe, y lo hace ideal también para pieles especialmente secas o sensibles. Pero no todo acaba en que es un activo muy seguro. El rambután además es hidratante (retiene la humedad), favorece mayor elasticidad de la piel y un cutis super luminoso y, está cargado de antioxidantes como la vitamina C o el manganeso.
También es antibacteriano, protege contra el daño que provocan los radicales libres como contaminación y rayos UV y, revitaliza el rostro, actuando como una especie de efecto détox que elimina toxinas y desvela una piel más despierta, saludable, brillante y descongestionada.
Básicamente, el rambután es un retinol sin inconvenientes, apto para todo tipo de pieles, con beneficios adicionales gracias a su riqueza nutritiva y seguro en combinación con otros activos antienvejecimiento para que conseguir resultados visibles sea más fácil y rápido.
Aun así, siempre debes hacer un test de tolerancia y empezar poco a poco con los nuevos ingredientes que incorporemos a nuestra rutina de cuidado facial, y sobre todo conviene que lo hagas por la noche. Si pasas la prueba (no debería de haber ningún problema), disfruta su potencia rejuvenecedora y el cutis perfecto que siempre has deseado.
20 de enero-18 de febrero
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