El tratamiento de luz LED es uno de los más populares en el consultorio de los profesionales estéticos, ya que puede hacer que recuperes la juventud en tu rostro. El hallazgo se lo debemos a la NASA, que introdujo este tipo de terapia en los años 60, para ayudar a la curación de los astronautas, por las exigentes circunstancias a las que están expuestos. Si puede revitalizar esas pieles, con la tuya hará milagros. Pero, ¿Qué hace la luz LED para conseguir este beneficio de reparación? Entre otras cosas, tiene la capacidad de estimular la producción de colágeno. Así, consigue combatir ese declive que sufre el cutis y difuminar las arrugas o líneas de expresión, para un resultado brillante y rejuvenecido.

Se trata de un procedimiento no invasivo que aumenta la actividad metabólica de las células de la dermis, ocasionando que generen más colágeno y elastina. Esto se consigue mediante las emisiones de luces infrarrojas en sus diferentes longitudes de onda y espectros, y afectan a la piel de diferentes maneras, según su color. La luz azul está designada a eliminar bacterias, por lo que es la apropiada para combatir el acné. La luz roja, reactiva esas células para regresa la firmeza y tersura al rostro. Ahora, ya no es necesario acudir a una clínica para realizarse este tratamiento, al haber disponibles múltiples variedades de dispositivos que permiten hacerlo en casa.

¿Cuántas longitudes de onda hay? ¿Cuáles son sus beneficios? Como hemos mencionado anteriormente, la luz azul ayuda a erradicar los brotes y también previene la tez de futuros problemas de este tipo, ayudando a eliminar cualquier resto en los folículos pilosos y desactivando las glándulas sebáceas, así como cicatrices y marcas rojas. En el caso de la luz roja, la función es más amplia, ya que rebaja la inflamación, el enrojecimiento, la hiperpigmentación y mejora los signos de la edad, a medida que te aplicas más sesiones. La luz naranja regresa el brillo natural del cutis y lo impulsa a mantenerse sano, revitalizado y equilibrado. También existen otras en ámbar, verde o morado, de uso menos común por ser suficiente buenas las anteriores.

Cualquier tipo de piel puede someterse a este tratamiento, al no ser invasivo y permitir que el tejido se repare a sí mismo, no habrá que pasar por un periodo de inactividad o provocará reacciones como irritación intensa. A excepción de algunos casos, en lo que deberás antes consultar con tu doctor, como son la fotoalergia, la epilepsia, un trastorno cutáneo activo, una prescripción de medicamentos potentes para paliar algún problema de la piel o el embarazo y periodo de lactancia.

DRx SpectraLite FaceWare Pro de Dr Dennis Gross Skincare / LOOKFANTASTIC

Resulta evidente que el uso prolongado de esta terapia de luz LED incrementará el mejor aspecto de la tez y se hará más visible su eficacia. Aunque, justo después de estas sesiones ya podrás notar mucha menos hinchazón y mayor luminosidad, igualando el tono. Eso sí, si decides optar por una máscara de tratamiento casero, asegúrate bien de que eliges el dispositivo correcto porque las longitudes de onda (que se miden en nanómetros y suelen aplicarse entre los 600 o 750) son peligrosas si profundizan mucho en la tez, y un mal diseño puede provocar daños como inflamación o rosácea. Los mejores son los que traen un temporizador que se apaga automáticamente y un regulador de calor.

Optimizer Voyage Tri-Light ++ de Skin Inc / FEELUNIQUE

Para preparar tu piel ante la luz LED, es obligatorio desmaquillar muy bien todo el rostro, al contener estos cosméticos minerales que suelen desviar la luz. El cutis debe estar super limpio y evitar usar cualquier producto de cuidado antes del procedimiento o actuarán como bloqueadores y el Led no podrá penetrar en la dermis. A posteriori, se recomienda hidratar de forma exhaustiva la tez, ya sea con un sérum, una crema o un aceite.

Optimizer Voyage Glasses for Bright Eyes Custom LED Light Treatment + Daily Dose Eye Cream de Skin Inc / FEELUNIQUE

¿Cuál es la diferencia entre un tratamiento profesional y un dispositivo doméstico? La intensidad de la luz en las clínicas es mayor y esa frecuencia mantiene la energía que estimula el colágeno. Aun así, esta potencia no asegura nada si se aplica con demasiado espacio en el tiempo, por lo que es mejor acudir una o dos veces por semana para una eficacia real y constatable, más o menos en 10 sesiones, entre 15 o 30 minutos.

Sin embargo, las mascarillas caseras LED son de menor intensidad, pero se pueden utilizar a diario, durante el tiempo recomendado (más o menos 3 minutos) y sin ataduras, lo que al final supondrá una eficacia equiparable. Tardarás más en ver resultados, si bien los proporciona de igual modo. Los óptimos beneficios se obtendrían con una combinación de las dos técnicas. La clave de este tratamiento está en la constancia, al ser sus beneficios acumulativos.

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