¡Cuanto trabajo queda por hacer en el cuello y en el escote! Es la zona más olvidada y, de forma contradictoria, la más sensible al envejecimiento , a las posturas, a la exposición solar y al peso de la matriz cutánea del rostro. Además, su composición dérmica no juega a su favor.
« La piel de esta zona es muy delgada ya que produce menos grasa que la cara porque hay menos glándulas sebáceas, además de contener melanocitos limitados (células que le dan color a la piel y la protegen de los rayos ultravioleta)», asegura la Dra. Gema Pérez Sevilla.
Con esta premisa, y reconociendo que en muchas ocasiones no alargamos los sérums y las cremas para cubrir de una vez cara, cuello y escote, lo normal es que a partir de los 30 empecemos a notar un ligero descolgamiento de la papada y del óvalo facial, así como la aparición de las arrugas tech neck que tienen origen en las largas horas que pasamos mirando el móvil, trabajando con el ordenador, leyendo un libro... Todo ello, sin pensar en la postura que adoptamos mientras utilizamos estos dispositivos.
La parte buena de toda esta historia es que, según confirman los expertos facialistas que más saben sobre pieles y sobre cómo estimularlas para reafirmarlas, tensarlas y mejorar su aspecto, una vez que empezamos a trabajar en la zona y a hacer los deberes, los cambios comienzan a hacerse visibles rápidamente.
Vídeo. 7 cremas perfectas para cuidar y lucir cuello y escote sin arrugas.
El primer paso de primero de belleza es alargar el sérum o la crema que se utilice en la rutina habitual. Para ir más allá, los cosméticos específicos son como una salvación inmediata. Si añadimos las mascarillas tensoras, conseguiremos un efecto flash instantáneo perfecto para las ocasiones más especiales.
Pero nada como el truco diario de fondo que siempre te va a recomendar cualquier facialista. Se trata del uso del ridoki, una herramienta de belleza muy particular para realizar masajes faciales en casa y recibir todas sus propiedades. Que no son pocas.
Se trata de un instrumento de belleza que estimula los tejidos, reafirma, aumenta la producción de colágeno y oxigena la piel gracias a una mejor circulación de la sangre. Así, reduce arrugas, levanta el óvalo facial, minimiza la papada y facilita la absorción de sueros y cremas.
El ridoki de Cristina Coma «combina dos técnicas de belleza en una sola pieza. Un enérgico rodillo de masaje y una punta de acupuntura retráctil que permite activar adecuadamente diferentes puntos de presión faciales», explican desde la marca, que tiene más de 20 años de experiencia en tratamientos estéticos.
Su uso multifunción se puede utilizar para todo el rostro, pero nos parece lo más para estimular la producción de colágeno natural del cuello y el óvalo facial. ¿Cómo se utiliza?
Con el rostro completamente limpio, pasa el rodillo realizando una presión ligera siempre con movimientos ascendentes. De abajo a arriba del cuello, y desde el centro de la barbilla por todo el hueso de la mandíbula. La punta de acupuntura es perfecta para otros puntos faciales como las arrugas de la frente, los párpados, las patas de gallo o el surco nasogeniano. Lava después de cada uso con agua y jabón neutro y seca toda la pieza.