Cómo combatir los ojos hinchados y las ojeras que te está provocando la vuelta a la rutina

Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. No estamos de acuerdo. Dónde está esa relajación, ese cutis descansado y brillante de felicidad que nos habían dejado las vacaciones. Nos ha durado un segundo. Aunque la rutina nos viene bien a todos para mantener un equilibrio, también tiene la faceta de estrés, agobio, falta de sueño y prisas que se traducen en que nuestra piel reaccione. Como siempre, los primeros signos de malestar aparecen en los ojos. Sequedad, mayor pigmentación y un aspecto casi enfermizo . Todo provocado por los cambios y la readaptión al estilo de vida habitual.

Los ojos hinchados se deben a una retención excesiva de líquidos en la zona periorbital. No confundir con las bolsas , que normalmente son parte del envejecimiento, aunque pueden agudizarse por la inflamación. El contorno de los ojos es la parte más delicada de nuestro rostro, ya que tiende a la deshidratación (sí, la acumulación de fluidos también puede darse por esto, por muy contradictorio que suene), la pérdida de densidad y colágeno, el desvanecimiento de las almohadillas de grasa y el pausado flujo de circulación sanguíneo. Así, aparecen ojeras, arrugas e hinchazón. Tranquila. Siempre hay métodos y productos que mejoran la apariencia cansada y aquí te los mostramos.

Lo primero y más evidente es mantener unos hábitos saludables, algo que a muchas nos puede resultar difícil. Lo típico, beber mucha agua, no pasarse con el alcohol, llevar una dieta baja en sodio, dormir bien. Estos simples gestos se nos hacen cuesta arriba, pero son fundamentales para reducir el problema. Así que, oblígate.

Un truco que puede resultar eficaz es acostarse con la cabeza elevada, incluyendo una o dos almohadas extra, para prevenir las acumulaciones nocturnas. ¡Ah, sí! Y mucho, mucho factor de protección solar (nunca nos cansaremos de repetirlo).

Si estás en un punto en el que ya te provoca malestar, el remedio casero tradicional nunca falla. Compresas frías, rodajas de pepino o cuchara heladas se usan a modo de crioterapia para contraer los vasos sanguíneos, aumentando el flujo y así, minimizar la inflamación. Hay muchas herramientas de belleza como rodillos o globos de hielo o metálicos, que te ayudan a mantener la hinchazón a raya usando el poder del frío y los masajes. Los parches de hidrogel son otro elemento super beneficioso.

Los gadgets son el complemento perfecto al eje crucial de tratamiento para reducir ojeras, bolsas e inflamación, los cosméticos para contorno. Una buena crema o un sérum pueden hacer maravillas con tu mirada. Eso sí, para conseguir resultados visibles, hay ingredientes que deben aparecer sí o sí en las etiquetas.

Cafeína, té verde, aloe vera, péptidos, ácido hialurónico, antioxidantes (vitamina C, niacinamida...), extracto de raíz de regaliz, componentes marinos, colágeno, retinol o ceramidas son activos iluminadores, regeneradores celulares, hidratantes y que protegen la barrera cutánea. Claro que las fórmulas no los deben incluir todos, pero, al menos, dos o tres en porcentajes altos.

Aquellas a las que las bolsas les traigan de cabeza, antes de invertir en productos o dispositivos de diversa índole, es recomendable acudir al dermatólogo para averiguar cuál es el problema subyacente y a partir de ahí, que prescriba un tratamiento personalizado, ya que la genética o la pérdida de soporte estructural juegan un papel importante que no se corrige con cosmética.

Cuando la hinchazón, ojeras o bolsa persisten quizás el enfoque más práctico es cortar por lo sano con procedimientos de láser o luz led, rellenos dérmicos, tecnología basada en el plasma o exfoliación química. Siempre, con el aprobado de tu médico.