La desconocida vida amorosa de Alfonso Guerra: una amante de la aristocracia, una hija secreta y el perdón de su mujer

El pasado 30 de mayo Alfonso Guerra cumplía 80 años en plena forma física e intelectual. No en vano su último libro, La rosa y las espinas, le está llevando a promocionarlo de forma intensa y a recalar en los principales programas de televisión, entre ellos El Hormiguero 3.0. Muy alejado de las corrientes mayoritarias del actual PSOE y de los postulados de Pedro Sánchez , el que fuera vicepresidente del Gobierno desde 1982 hasta 1991 bajo el mandato de Felipe González , ha tenido también una vida privada muy intensa.

Alfonso Guerra se casó con Carmen Reina, madre de su hijo Alfonso 'Picho' Guerra Reina, con quien fundó la librería sevillana Antonio Machado en 1969. Juntos se opusieron al régimen franquista y compartían ideales. Fue, según palabras suyas recogidas por El País, un espacio de libertad y de reunión que cerró sus puertas en 2004. Su relación de pareja logró superar todo tipo de adversidades, incluida la relación extramatrimonial del político con María Jesús Llorente, que fue prácticamente silenciads por los medios de comunicación y no fue utilizado como arma arrojadiza por sus adversarios políticos.

Lo cierto es que se guardó un silencio bastante elocuente, que contrastó con lo ocurrido entre Isabel Preysler y Miguel Boyer , que acabaría en boda, después de que pusieran punto y final a sus respectivos matrimonios con el marqués de Griñón y la ginecóloga Elena Arnedo, ya fallecida, al igual que su hija Laura . En el caso de Guerra nos tenemos que remontar a los primeros años 80 y fruto de esta relación nacería su hija Alma, en Roma, en 1983. Al parecer, recibió este nombre en homenaje al músico favorito del expolítico, Gustav Mahler, cuya mujer se llamaba así.

Aun así sí no se pudo evitar que los paparazzi fotografiaran a Llorente en top-less y que perdieran el juicio, pues determinaron que no era una figura pública, o que surgieran titulares muy machistas en publicaciones como Tiempo en la que se afirmaba que era «la mujer que trata de manejar al vicepresidente». A principios de los años 90 se dio por terminada la relación sentimental y Jesús Mariñas recogía unas declaraciones de ella en las que afirmaba que no volvería con Guerra «ni loca».

Sobrina del marqués de la Puebla de Cazalla y fundador de Abengoa, Llorente tuvo posteriormente una relación sentimental con el escultor Eduardo Úrculo, fallecido hace ya 20 años y casado hasta entonces con Victoria Hidalgo, mientras que Alfonso Guerra regresó al lado de su mujer, de la que nunca se llegó a divorciar y con la que convive actualmente.

A propósito del tratamiento que recibió esta historia sentimental se pronunciaba Fernando Bruquetas de Castro, autor de El sexo y los políticos, en una entrevista publicada por El Mundo: «Alfonso Guerra tenía mujer y conocidas amantes, pero esto nunca se utilizó en su contra porque contaba con la complicidad de los periodistas. Los cuernos institucionales comenzaron a entenderse e incluso a verse bien en ciertos sectores del poder.»

Sea como fuere, Alfonso Guerra le dio el apellido a su hija extramatirmonial, quien tiene un brillante currículum. Licenciada en la Universidad Pablo de Olavide en Administración y Dirección de Empresas, después pasó por la Universidad de Amsterdam, posteriormente amplió su formación en ISDI, en Madrid, como community manager, y más tarde recaló en la Universidad Internacional de Andalucía, donde se formó en cuestiones como el comisariado de exposiciones, los museos y el público.

Alma Guerra Llorente, según hace constar en su perfil de Linkedin, lleva más de once años trabajando en distintos puestos en Acción Cultural Española, una agencia que se dedica a promocionar dentro y fuera de nuestras fronteras el legado cultural de nuestro país. Comenzó a trabajar allí en enero de 2011 como coordinadora de publicaciones y dos años más tarde pasó a ser coordinadora de proyectos culturales.

Distintas personas que han trabajado con ella validan sus cualidades en la mencionada red social y la definen como «una excelente compañera de trabajo que comparte información y resultados de trabajo, creando equipo». Otra usuaria asegura: «Tiene mucho talento, es flexible y comprometida, también muy responsable. Cuando las cosas se ponen difíciles no se rinde. Es un placer trabajar con ella».