Arantxa del Sol y su esposo, el torero Finito de Córdoba. /
Puede que los matrimonios de los toreros tengan fama de inestables (ahí está la ruptura de Cayetano Rivera y Eva González para recordárnoslo recientemente), pero también existe la excepción a la norma, y en este caso la excepción tiene dos protagonistas: Arantxa del Sol y Juan Serrano Pineda, Finito de Córdoba, una pareja torero-presentadora que lleva más de veinte años junta.
Como en el caso de Eva González, durante buena parte de los años 90 y 2000 Arancha del Sol era una de las estrellas de la televisión. Morena, jovencísima (debutó con tan solo 19 años como azafata de El precio justo) y guapa a rabiar, la ex Miss Madrid se reconvirtió en un tiempo récord en exitosa presentadora todoterreno de programas blancos blanquísimos (lo cual tiene mérito porque competía en las parrilla de Tele 5 con contenidos más morbosos como «Las noches de tal y tal» de Jesús Gil y Gil).
Presentar junto a Norma Duval, abrir una tienda de cosméticos, debutar en el teatro, participar en series de televisión de esas de mil capítulos o darle la réplica en el cine a Arturo Fernández hubo un tiempo en el que parecía que el mundo giraba entorno a Arantxa del Sol y que ella sola parecía capaz de cualquier cosa, hasta de enamorar al torero más guapo del momento. ¿Pero cómo fue esa historia de amor?
Juan Serrano Pineda nació en Sabadell y allí se crió hasta que cumplió los doce años, pero cuando su destino se cruzó con el de Arancha del Sol todo el mundo ya le conocía por su nombre de torero y su ciudad adoptiva: Finito de Córdoba.
El primer encuentro «oficial» de esta pareja se produjo en 1993, en un partido de fútbol benéfico en Vallecas entre toreros y artistas. Pero en aquel momento la presentadora no estaba para amoríos, su nombre apareció en una investigación a una red de tráfico de diamantes en Filipinas y con ese panorama poco espacio quedaba para el amor.
Arantxa del Sol y su representante emplearon sus energías ese año en limpiar su nombre y que el público entendiera que ella sólo declararía ante el juez en calidad de testigo y porque conocía al empresario investigado. Lo consiguieron.
Arantxa del Sol y Finito de Córdoba en una imagen de su noviazgo. /
Gracias a ello en 1999 el panorama era bien distinto. La carrera de la presentadora estaba bien afianzada y los paparazzis hicieron el agosto de su vida captando imágenes de Arantxa del Sol con el torero paseando juntos y acaramelados por las playas de Tarifa.
Hasta aquel momento a Arantxa del Sol solo se la había relacionado sentimentalmente con otro hombre, el rico pero ultradiscreto Álvaro Hachuel, hijo del financiero y coleccionista de arte Jacques Hachuel.
El torero, por su parte, había sido aún más discreto con sus relaciones anteriores y solo se rumoreaba que había sido la pareja de Marián Camino, la hermana del torero Rafa Camino. Puede que Finito de Córdoba tuviera menos pedigrí social que el ex de Arancha, pero sin duda poseía mucho más gancho para la prensa del corazón.
Sorprendentemente para todos la relación se desarrolló sin grandes sobresaltos hasta que la periodista Beatriz Cortázar destapó un «desliz» del torero con otra socialité televisiva: Ana Obregón . La periodista destapaba en su columna del Abc que el torero, la ex de Lecquio y su vestido verde de Versace habían coincidido en el mismo hotel de Barcelona.
El encuentro con la Obregón provocó una cascada de rumores, entre ellos que la pareja retrasaba la fecha de su boda, pero la pareja no le dedicó ni un minuto de su tiempo a desmentir el affaire. Lo que sí hicieron fue confirmar que no iban a retrasar su boda: la presentadora aprovechó una entrevista promocional de la serie «Esencia de poder» para desmentirlo.
Finalmente el 20 de octubre de 2001, en la parroquia cordobesa de Santa María (y no en Covadonga, como le hubiera gustado la actriz) la pareja se dio el «sí quiero» en una ceremonia que compartieron con 600 invitados. Por supuesto, hubo portada, exclusiva y fotos en el ¡Hola!.
Apenas un año después la pareja se estrenaba como padres: Lucía nació el 15 de octubre de 2002 y tres meses más tarde su madre ya volvía a trabajar. El segundo hijo de la pareja, Juan Rodrigo, nació en agosto de 2008.
A pesar de los clichés y de que pocos apoyaban por el éxito de su unión, el matrimonio de Arantxa del Sol y Finito de Córdoba ha cumplido 21 años. Y una de las razones es, sin duda, que han defendido con uñas, dientes y demandas su intimidad.
Por ejemplo, en febrero de 2005 una cadena de televisión afirmó que el torero había sido infiel a la presentadora. Una demanda y una sentencia del Tribunal Supremo más tarde (bastante más tarde, el asunto no se resolvió hasta 2011) la justicia le dio la razón a la pareja: se había vulnerado su derecho a la intimidad y su honor y el programa de Tele 5 debía indemnizar a la pareja con 100.000 euros.
Vídeo. Lo fracasos amorosos de los toreros más famosos
A la prensa rosa le costó aprender del error televisivo y el mismo año en el se publicaba esa sentencia la revista QMD publicó unas imágenes de Finito de Córdoba junto a una mujer. El diestro tuvo que aclarar entonces que la joven en cuestión era Vanessa García Soler, novia de su mozo de espadas, y que como no dejaran de inventarle relaciones hablaría de nuevo con sus abogados.
Además, de la discreción el secreto de su buen matrimonio lo dio el propio torero en una entrevista que concedió en 2018: «El secreto es el amor, pero no el amor romántico. Al principio hay un amor apasionado que es como un fuego. Luego eso cambia y se transforma en un amor a los valores que esa persona te ha ido transmitiendo con el paso del tiempo. Yo, sinceramente, con la edad que tengo y con lo que he vivido al lado de Arantxa, me quedo con el amor que existe ahora. Es mucho más especial. Aunque haya menos fuego me quema más». Quién dijo que el amor con un torero caduca.