Carmen Cervera celebra este fin de semana la mayoría de edad de sus hijas. / gtres

MAYORES DE EDAD

Carmen y Sabina, las hijas de la baronesa Thyssen cumplen 18 años: estos son los pintores íntimos de su madre que las han visto crecer

Alberto Soler-Miret y Mercedes Lasarte han pintado a diversos miembros de la familia de Carmen Cervera y han vivido con ella momentos importantes con Borja Thyssen y sus hermanas.

Carmen Cervera siempre ha estado muy expuesta mediáticamente. En los primeros años de su vida adulta por su carrera como actriz y sus pasados matrimonios con Espartaco Santoni, quien también estuvo casado con Marujita Díaz, y uno de los intérpretes de Tarzan, el estadounidense Lex Barker. Fue con su boda con el barón Thyssen y la traída a España de su colección, una de las pinacotecas privadas más importantes del mundo, y su incesable labor por la promoción del arte, lo que más relevancia le ha dado a nivel internacional.

Pese a ser una figura de enorme calado y aunque ha dado diversas exclusivas a lo largo de los años, la baronesa Thyssen es más celosa de su intimidad de lo que cabría creerse a primera vista. Ahora que sus hijas Carmen y Sabina cumplen 18 años, con una relación no muy cercana con su primogénito, Borja Thyssen y la mujer de éste, Blanca Cuesta, conviene que pongamos el foco en dos figuras que siempre ha conseguido pasar por debajo del radar, pero siempre ha sido importante para ella, los pintores Alberto Soler-Miret y Mercedes Lasarte.

Los artistas han estado al lado de Tita Thyssen en la adversidad, en los peores tiempos de confrontación con su hijo y su nuera, y en los de inmensa felicidad como el nacimiento de sus hijas que ahora cumplen 18 años, a las que han visto crecer. Alberto Solar-Miret, además, ha sido para la baronesa un pintor de cámara o de corte, si se nos permite la expresión, porque ha desplegado su talento para retratarlos.

El vínculo profesional con el matrimonio Thyssen, que le encargó un mural espectacular en el que los retrató y que conserva en la zona de la piscina cubierta de su casa de La Moraleja, se remonta a 1994. Fue entonces cuando comenzó su colaboración en el departamento de restauración del Museo Thyssen Bornemisza y cuatro años más tarde pasó a formar parte del staff. Estuvo vinculado a la empresa hasta el año de su jubilación en 2013. Entonces se instaló en Málaga y retomó su trabajo como pintor.

La baronesa Thyssen con su hija Carnen. / gtres

Los distintos encargos de la famlia Thyssen

No podemos olvidar que Soler-Miret pintó a Borja cuando tenía solo siete años y que las primera imagen que vimos de Carmen y Sabina, las hijas de Carmen Cervera, fueron en una pintura suya. A través de su retrato hemos podido ver la evolución de Borja desde su niñez hasta hacerse adulto y también Mercedes Lasarte, aunque con menor frecuencia, ha pintado a la familia Thyssen.

Fue precisamente en 2008 cuando descubrimos algunas de esas creaciones de Soler-Miret y Lasarte en una exposición que tuvo lugar en Marbella y a la que la propia Tita Thyssen acudió para dar fuste a la inauguración. El propio pintor explicaba al diario Abc el origen de los encargos que le habían realizado y cuáles habían sido los principales referentes que había tenido en cuenta para elaborarlos.

La baronesa Thyssen y la alcaldesa de Marbella, en 2008, ante el primer retrato de sus hijas. / GTRES

A propósito del mencionado mural que se conserva en Madrid, manifestaba lo siguiente: «Opté por recrear un 'conversation pieces', una escena familiar, puesto que todos los que aparecen en esta obra son miembros de la familia: los barones paseando a las dos panteras que años atrás compró el barón con su segunda esposa, y que solía pasear cuando eran cachorros por el Bois de Boulogne de París; el hermano de Tita, Guillermo, a caballo, su madre con Borja paseando detrás... Hasta el lorito que lleva Borja era de la casa».

En cuanto al retrato que realizó de Carmen y Sabina, que causó una enorme expectación, obedeció al deseo de la baronesa Thyssen de inmortalizar a sus hijas antes de que cambiara su rostro. Tenían solo un año. «Nunca había hecho un retrato de unas niñas tan pequeñas. Hoy están muy cambiadas, con su melenita. En el cuadro aparecen sentadas y de la mano. Son preciosas», manifestaba el pintor.

La mencionada muestra fue todo un éxito. La visitaron en torno a unas 5.000 personas, pues se exhibían cuadros que Carmen Cervera guarda en sus distintos domicilios. Son su verdadera colección privada. Como muy privada es la vida de sus dos hijas, que le llenan de orgullo. En una fecha tan redonda para ella y sus hijas, que van a celebrar por todo lo alto, no está de más tampoco recordar a las personas que le han apoyado en este periplo personal.