blake demanda a justin baldoni

Objetivo, «enterrar a Blake Lively»: cómo se manipulan las redes sociales en Hollywood para arruinar a las actrices que denuncian acoso sexual

El #MeToo que sacó a la luz la violencia sexual en Hollywood y metió en la cárcel a Harvey Weinstein no ha terminado. Una demanda de Blake Lively acusa una nueva trama tóxica que ya enterró a otra víctima: Amber Heard.

Blake Lively, en una de las fotografías promocionales de la película 'Cerrar el círculo', donde se produjo el acoso sexual que ahora denuncia. / instagram (@itendswithus)

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

La noticia se volvió viral hace algunos meses y llegó a las publicaciones españolas: Blake Lively, la rubia favorita de la alfombra roja , simpática, inteligente, felizmente casada (con Ryan Reynolds, padre de sus cuatro hijos) y actriz de taquillazos, caía en desgracia. En cuestión de semanas, una lluvia de noticias negativas sobre la estrella de Gossip Girl la pintaba insensible, interesada, difícil en el set de rodaje y hasta abusadora. Publicitaba sus propios productos en la promoción de su última película, Romper el círculo, en vez de hablar del maltrato a las mujeres, tema de la cinta. Lo peor.

Seis meses después, gracias a una investigación encargada por la misma Blake Lively y documentada en The New York Times, sabemos que su caída en desgracia y casi cancelación no fue ninguna casualidad. Fue el resultado de una campaña de odio diseñada e implementada desde una agencia de relaciones públicas contratada por Justin Baldoni, director y protagonista de la película basada en la novela de Colleen Hoover, y Jamey Heath, productor. Y aquí viene lo mejor: la persona que creó y llevó a cabo la intoxicación viral que debía enterrar a Lively ya había tenido éxito con otra famosa actriz.

Hablamos de Amber Heard, llamada a ser la próxima rubia explosiva de Hollywood hasta que decidió acusar públicamente de maltrato a Johnny Depp , su ex marido. A pesar de la verosimilitud de su relato, terminó con su reputación arruinada por una campaña de descrédito basada en lo de siempre: la imposibilidad de las mujeres para alcanzar el estándar de víctima perfecta que jueces y jurados pueden requerir antes de condenar a los violentos. Heard, hoy exiliada en Madrid y embarazada de su segunda hija, perdió el juicios por difamación que interpuso Depp tras una campaña viral que destrozó su credibilidad.

El 'modus operandi' del caso de Heard es similar al llevado a cabo en el de Blake Lively . De hecho, la maquinaria del fango diseñada para hundirlas responde a la misma causa: la preocupación de hombres con poder en la industria que temen que su reputación se destruya y su teléfono deje de sonar. En el caso de Amber Heard fue Johnny Depp quien contrató los servicios de una experta en crisis reputacionales para defenderse de la acusación de maltrato. En el de Lively fue un director poco conocido, pero tan seguro de su poder como para traspasar ciertas líneas con una de las actrices más poderosas de Hollywood.

Blake Lively y Ryan Reynolds tienen cuatro hijos y son, probablemente, el matrimonio más envidiado de Hollywood. / instagram (@blakelively)

Ninguna mujer está a salvo de la violencia sexual. Lo ha demostrado el escalofriante caso de Gisele Pelicot, 72 años y violada durante una década por múltiples hombres por el método de la sumisión química, perpetrado por su propio marido, Dominique Pelicot, quien la ofrecía a desconocidos en foros de internet. De hecho, una reciente investigación en Alemania destapó varios 'chats de violación' en Telegram dedicados a lo mismo y frecuentados por 70.000 hombres de distintas nacionalidades. A Lively no la violentaron en casa , sino en el trabajo. También fueron hombres que se presentaron como supuestos aliados.

El director quiso rodar escenas de sexo gratuitas

Según ha confirmado 'The New York Times', Blake Lively declara en su denuncia que sufrió acoso sexual durante el rodaje de Romper el círculo: tanto Baldoni como Heath invadieron su espacio personal y le hicieron comentarios sexuales e inapropiados. En realidad, la preocupación de la actriz acerca del comportamiento del director, también protagonista de la película, comenzó antes de rodar, pues este pretendió incluir en la cinta escenas de sexo gratuitas que Lively rechazó.

El productor, por su parte, llegó a mostarle un vídeo en el que aparecía su mujer desnuda y, pese a que Lively le pidió que no mirara, la observó mientras estaba en topless y le quitaban el maquillaje en su tráiler. Tanto Baldoni como Heath entraron en el tráiler de maquillaje sin avisar, mientras ella estaba desnuda. En una de esas ocasiones, la actriz le estaba dando el pecho a su bebé.

Blake Lively y Justin Baldoni, en una escena de 'Romper el círculo'. / INSTAGRAM (@ITENDSWITHUS)

A consecuencia de estos comportamientos, Lively pidió que se establecieran ciertas medidas en el set de rodaje para preservar la seguridad de todos. Pidió contratar a una coordinadora de intimidad, a un productor ajeno a la compañía de Heath y Baldoni y una serie de salvaguardas añadidas. Al terminar el rodaje, varios miembros del reparto además de Blake Lively anunciaron que no harían promoción junto a Baldoni.

También Colleen Hoover, autora de la novela superventas sobre maltrato machista en la que se basa la película, decidió no aparecer junto a su director y protagonista. El panorama se presentaba tan negro, que Baldoni y Heath decidieron contratar a Melissa Nathan, una experta en control de crisis reputacionales cuya cartera de clientes incluía al citado Johnny Depp o a los polémicos raperos Drake y Travis Scott.

Las noticias falsas sobre Lively invadieron las redes

Los mensajes publicados por The New York Times figuran en la denuncia de Blake Lively contra Justin Baldoni, Jamey Heath y la compañía de ambos, Wayfarer. Son intercambios entre Nathan, Baldoni y una publicista de Wayfarer, en los que se demuestra que trataron de dañar la reputación de Lively con el objetivo de que esta no lograra credibilidad para sus propias alegaciones contra ambos hombres, en caso de que decidiera hacerlas públicas.

Recordemos algo importante: tanto Baldoni como Heath se proyectaban como «aliados contra la violencia de género». El primero incluso daba charlas sobre masculinidad tóxica y escribió libros al respecto. Vemos de nuevo aquí la insostenible «contradicción entre la persona y el personaje», eso que tan poéticamente reconoció Íñigo Errejón, otro famoso acusado de comportamiento abusivo en su conducta sexual.

Justin Baldoni dirige e interpreta el papel protagonista en 'Romper el círculo', la película que además produce su propia compañía. / instagram (@itendwithus)

«Quiere saber que puede enterrarla», pidió la publicista a Melissa Nathan en agosto, poco antes del estreno de la película. «Podemos enterrar a cualquiera» respondió esta. Y, efectivamente, los rumores y noticias virales negativas sobre Blake Lively inundaron las redes sociales, los blogs y confidenciales y llegaron a los medios de comunicación, más o menos serios. Las ventas de la línea de productos capilares de la actriz, hasta la fecha un éxito, se desplomaron un 78%. Mientras, Baldoni fue premiado por luchar contra la violencia machista y promover la igualdad de género por la organización Voices of Solidarity.

Blake Lively contrató su propia consultora, Terakeet, para analizar el tráfico negativo que, en forma de tormenta tropical, estaba protagonizando. El reporte de investigación fue claro: había sido objeto de un «ataque online multicanal diseñado específicamente contra ella para dañar su reputación y similar al que había sufrido Amber Heard», relata The New York Times.

Claramente, el público online había sido manipulado para creer que la actriz era una persona poco creíble, caprichosa, abusiva, insensible y frívola. Hace dos semanas, cuando 'Romper el círculo' llegó a Netflix, Baldoni volvió a hacer promoción de su cinta. Dijo que no hay excusa para el maltrato a las mujeres, físico o emocional Y añadió: «Los hombres tenemos que dar un paso adelante y proponernos ser mejores aliados».

Temas

Blake Lively