LA PRIMERA NARIZ MODERNA
LA PRIMERA NARIZ MODERNA
La cirugía estética nació en Hollywood, a petición de los productores de cine que deseaban convertir a sus estrellas en mujeres de ensueño. Casi todas, de Marilyn Monroe a Marlene Dietrich, se sometieron a intervenciones para aumentar pecho, disminuir caderas o reformar narices, pómulos o mentones. Hablamos de los años 50, cuando procedimientos como estos eran impensables en la España de la posguerra. Hasta que llegaron las Franco.
Podemos referirnos a Carmen Franco, la única hija del dictador Francisco Franco y Carmen Polo, como pionera en recurrir a la cirugía estética, al menos en la alta sociedad española. Madre e hija adelantaron a la entonces actriz y 'socialite' Carmen Cervera, también aficionada desde joven al corta y pega del bisturí. Ninguna aristócrata lució sus operaciones como las Franco. De hecho, crearon escuela.
Carmen Franco, la niña de los ojos de su poderoso padre, se casó enamoradísima y para toda la vida con Cristóbal Martínez-Bordiú, una ingenuidad que cayó por su propio peso muy pronto. El marqués de Villaverde era mujeriego, frívolo y jugador, con dinero ajeno. Carmen tuvo siete hijos, pero no se preocupó demasiado por su crianza. Junto a su marido, se volcó en su vida social. Y, por supuesto, en su aspecto.
En las crónicas de la reciente democracia y en las que glosaron su fallecimiento en 2017, los periodistas se refieren a Carmen Franco como « adicta a la cirugía estética». De hecho, en las últimas décadas de su vida viajó un par de veces a Miami para apuntalar sus facciones, absolutamente inéditas en una mujer de 70 años. Así la describían: «Es la mujer mejor operada de España».
Tuvimos noticias de la estrecha relación de Carmen Franco con la cirugía estrecha a raíz de sus últimos 'liftings', aquellos que más evidentemente rejuvenecieron su aspecto. Se los hizo en Estados Unidos, donde en los años 80 se atrevían con las técnicas más agresivas para lograr los resultados más impactantes, del gusto de Hollywood.
Sin embargo, antes de estos famosos 'liftings' hubo otras operaciones que se observaron e incluso de admiraron en silencio, pues las revistas y periódicos bajo la dictadura no hablaban aún de las operaciones de estética, consideradas por gran parte de la aristocracia de mal gusto. Paradójicamente, una familia tan conservadora en lo moral como los Franco no tuvo problemas en acudir a técnicas aún cuestionadas socialmente.
La escritora barcelonesa Pilar Eyre menciona este aspecto en 'La soledad de la Reina' (Ed. La esfera de los libros), su biografía no autorizada de la reina Sofía, de reciente reedición. En ella se desgranan los años más significativos de la hija de Constantino y Federica de Grecia: su infancia, juventud y matrimonio, incluidos los años de relación con la familia Franco.
«Hablamos de una época en la que sí había mujeres, de familias ricas o de la alta sociedad, que ya se operaban la nariz», relata la escritora y periodista especialista en Casa Real, Pilar Eyre. «Lo que pasa es que se hacían unas narices muy pequeñitas, tipo garbancito, como la que tenía Nuria Espert o María Asquerino. Así las operaba un médico muy famoso de Barcelona, el doctor Mir Mir, al que acudían las estrellas». Todo cambió con las Franco, claro.
De repente, las señoras y solteras de la alta sociedad española comenzaron a acudir a las consultas de estética pidiendo la nariz de Carmen Franco y Carmen Martínez-Bordiú, pues ambas estrenaron apéndice nasal. «Ellas llevaron la primera nariz operada moderna, obra del doctor Vilar-Sancho, el cirujano de los Franco», confirma Pilar Eyre. Este doctor quitó a casi todos los nietos de Carmen Polo el caballete de la nariz que heredaron de su abuela.
Que se sepa, Carmen Franco operó a sus hijas Carmen y Mariola y a los pequeños Jaime y Arancha, además de a ella misma. Se borró así la huella estética de Carmen Polo en el físico de sus nietos y comenzó una afición a la cirugía estética que las dos Cármenes mantuvieron a lo largo de las décadas. No olvidemos la anécdota: Francisco Francis Franco, primogénito de los marqueses de Villaverde, se formó como cirujano estético, aunque no llegó a ejercer. Imposible encontrar pacientes en la democrático de la España posfranquista.