Carmen Thyssen , probablemente la coleccionista española más importante de su tiempo y, sin duda, la persona que más luchó por traer a España la colección de arte privada más importante del mundo, mantiene muy viva a Tita Cervera . A sus XX años, despliega un considerable encanto personal, junto a una beligerancia irresistible. Cómo no rendirse a una mujer que se encadenó a un árbol para ganarle la partida al arquitecto estrella (Álvaro Siza) que defendía la tala. La baronesa siempre gana.
Desde ese lugar, mitad complaciente mitad guerrero, tienen sentido los momentos más polémicos de su última entrevista en televisión, con un Risto Mejide inevitablemente entregado a su causa. Por un lado, la referencia velada pero incontestable a su nuera, Blanca Cuesta , aún su enemiga más íntima. Por otro, una pregunta sobre sus mellizas, Carmen y Sabina, que ha desaparecido del montaje final.
Había mucha expectación por ver la entrevista a la baronesa Thyssen, una mujer que ya no se prodiga en los medios de comunicación como antaño. El avance de la misma levantó no poca polémica, por plantearle a Tita la conocida pregunta sobre la paternidad de Sabina y Carmen. Se rumoreó que el padre era su hijo Borja , un extremo jamás aclarado.
Al ser las mellizas menores, muchos se extrañaron de que se hiciera, se admitiera y se contestara tal impertinencia. Y, al final, ese momento, acaso toda referencia a las jóvenes, ha desaparecido del montaje final. La baronesa solo mencionó que Carmen aspira a Harvard mientras que Sabina es más artista, «más romántica». No se puede descartar que Carmen Thyssen, con buen criterio, decidiera censurarla para proteger a sus hijas.
Sí habló Carmen Thyssen de su hijo Borja, y lo hizo como una «madre herida». «Tenerle cambió de vida. Cuando lo tuve fue lo más bonito. Lo quiero con locura. Y le he echado muchísimo de menos. Me hubiera gustado que estuviera a mi lado muchísimas veces. Pero qué puedes hacer. He sufrido mucho. Pero las madres siempre somos madres y esperamos que haya un cambio».
«Soy positiva», continuó Carmen Thyssen. «Espero que dé un cambio un día. Lo he intentado favorecer mil veces. Pero hay personas que están a su lado que tienen otra mentalidad. Otras personas que no son como era Borja ni como yo soy». Obviamente, esas personas que dificultan su relación con Borja, su primogénito, se resumen en una, su nuera Blanca Cuesta.
La baronesa Thyssen se opuso a la boda de su hijo, cuando este cumplió los 19, y hoy confirmamos que a pesar de las escenificaciones de reconciliación, la relación madre-hijo no se ha restablecido. Entonces, su presencia conjunta en las inauguraciones del Museo Thyssen, casi siempre sin Blanca, son pura coincidencia. «Es normal que cada cual elija su camino. Pero lo echo mucho de menos. Procuraba estar con él siempre. Todo el tiempo posible».
Escudriñando las contestaciones de Carmen Thyssen van saliendo las situaciones más que difíciles que enfrentan a la rama española de la familia Thyssen, con Tita y Borja distanciados por una fortuna heredada. «Es la libertad de decidir lo que haces», contestó la baronesa a la pregunta qué es ser rica. «Aunque el rico tiene muchas más obligaciones que el pobre».
«El rico tiene obligaciones con las personas que le rodean, con las personas que trabajan para ti», explicó Carmen Thyssen. «Si eres pobre procuras comer y se acabó. Pero si eres rico tienes muchos problemas con las personas. Los odios….». No es difícil inferir que esas enemistades pueden llegar a ser muy íntimas, incluso familiares. Y, por descontado, recíprocas.
Hubo otras menciones a personas importantes en la vida de Carmen Cervera, en especial su madre, a la que reconoce como Celestina. «Mi madre sabía que yo quería una vida internacional», desveló la baronesa Thyssen, cuando relató que había sido ella la que la había animado a pedirle un autógrafo a Lex Barker (Tarzán), su primer marido. «¿Que si mI madre quería un novio famoso para mí? Seguramente», reconoció Tita.
Carmen Thyssen también se refirió al playboy Espartaco Santoni, el único «pobre de solemnidad» del que se enamoró y con el que se casó, pese al enfado de su madre. «Fue un buen amante, un buen marido no. Era un hombre infiel por naturaleza», explicó.«Lo pasé bastante mal porque tenía otra forma de ser. Para qué insistir en que vaya una cosa que no va. Era otra mentalidad, otra educación, otro círculo. No puedes pedir peras al olmo».
«¿Te han acusado alguna vez de buscar un braguetazo?», le preguntó Risto. «No. Jamás he preguntado por el dinero», aseguró Carmen o, mejor, Tita. La baronesa Thyssen y miss España 1961 no se arredró ni ante las críticas de un artista contemporáneo que ha protagonizado algunas polémicas. «¡Mírame a los ojos!», le exigió al despedirse de él y advertir que el rebelde con causa le rehuía la mirada.
20 de enero-18 de febrero
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