EURODRAMAS

Hablamos con Karina sobre Blanca Paloma y su recuerdo de Eurovisión: errores, gatera y cómo le cambió la vida

Karina ocupó la segunda posición en Eurovisión 1971 con En un mundo nuevo. En la preselección tuvo como rivales a Nino Bravo y Rocío Jurado. Hoy recuerda su experiencia y valora el papel de Blanca Paloma.

La cantante Karina, en una imagen de aquel 1971 en el que quedó en segunda posición en Eurovisión. / GTRES

Juanra López
Juanra López

El historial de España en Eurovisión, certamen en el que esta año nuestra representante es Blanca Paloma, no es el de los más brillantes. Por eso es tan relevante el segundo puesto que consiguió Karina en Eurovisión con En un mundo nuevo, en 1971, una de las pocas veces que rozamos la victoria. «Ha habido cuatro segundos puestos y aún menos vencedores», puntualiza la artista. Así es, ganaron Massiel y Salomé en 1968 y 1969. La segunda posición solo la lograron Mocedades (1973), Betty Missiego (1979) y Anabel Conde (1995). «Mi experiencia fue muy bonita, muy buena, tengo unos recuerdos inolvidables y estoy contenta de haber pasado por allí. Así como hay gente que lo quiere olvidar, a mí me gusta recordarlo».

Por eso, ¿quién más indicada que ella para evaluar a la intérprete de Eaea?: «Es una gran artista. Creo que canta muy bien, lo hace muy bonito. Las comparaciones son odiosas, no tiene nada que ver con lo que se presentó el año pasado (Chanel y SloMo, que obtuvo la tercera posición) , es otro estilo muy diferente. Es un tema muy lindo, pero no te sabría decir en qué posición podría quedar».

Añade: «No he visto todas las canciones que se presentan y es muy importante para poder hacer una valoración. Hay verdaderos videoclips en directo. Lo que sí le deseo es uno de los mejores puestos. Ojalá que quede entre las cinco primeras y si no, entre las diez. Más abajo no… No se lo merece. Se merece un buen puesto».

La comparación de Blanca Paloma con Remedios Amaya

Preguntamos a Karina sobre las desacertadas comparaciones con Remedios Amaya, que quedó en última posición con Quién maneja mi barca en 1983 con un pasional tema flamenco que mezclaba elementos electrónicos y potentes guitarras que no fue entendido en ese momento. Un batacazo que propició una larga temporada de retirada de la gran cantante flamenca, que recibió críticas hirientes e infundadas.

Blanca Paloma, con el micrófono que le dio el pasaporte para Eurovisión 2023. / RTVE

«No le encuentro comparación a la canción. El flamenco de Blanca Paloma es muy dulce y el de Remedios Amaya más arraigado. Además, eran otros tiempos. El hecho de que saliera descalza no me pareció mal, porque ya lo hizo antes Sandie Shaw (ganó Eurovisión en 1967 representando al Reino Unido con Puppet On A String) porque le molestaban los zapatos. La canción de Blanca Paloma se merece un puesto bueno, que lo puedan entender en Europa, no lo sé. Hay canciones más folclóricas de otros países que tal vez nos choquen a los demás», asegura.

Cómo fue el proceso de selección de Karina para Eurovisión

No llegó Karina a Eurovisión por casualidad. Se presentó a un arduo proceso de selección, una especie de Operación Triunfo que se denominó Pasaporte a Dublín, emitido por TVE con un enorme éxito entre septiembre y diciembre de 1970. La competencia era feroz y, si no nos creen, juzguen el casting: Nino Bravo, Rocío Jurado, Los Mismos, Cristina (intérprete de la famosísima Tres cosas hay en la vida, salud, dinero, y amor), Junior, Jaime Morey, Encarnita Polo y Conchita Márquez Piquer.

«Fue un programa concurso en el que se elegía a través de votación popular. Me eligieron a mí, pero había voces extraordinarias y gente que vendía muchos discos y que estaban muy de moda. Yo tenía en el mercado Las flechas del amor y La fiesta, y estábamos de promoción con El baúl de los recuerdos. El público se volcó conmigo, no porque fuera la mejor, sino simplemente, en honor a la verdad, porque era la más popular en ese momento», dice con modestia.

El pasado 16 de abril se cumplía precisamente el 50 aniversario de la muerte de Nino Bravo, a quien recuerda con cariño: «Era una de las voces más importantes del panorama musical español y, además, tenía unos planes maravillosos. Lo que pasa que el pobre murió tan joven que no le dio tiempo a hacer ni la mitad de lo que tenía en proyecto», asegura.

«Cada programa estaba dedicado a uno de nosotros y se elegía un tema, por ejemplo, canciones de los años 40, de los Beatles, de música de cine... Y a quien se le dedicaba esa semana el programa era, por así decirlo, el maestro de ceremonias. Cada uno de nosotros elegía una canción del tema que tocara y servía para hacer la historia que montaban sobre el tema que se escogiera», nos cuenta.

Cómo nace En un mundo nuevo, la canción que llevó Karina a Eurovisión

En un mundo nuevo fue compuesta por el que fuera su marido, Tony Luz, responsable de algunos de sus mayores éxitos como El baúl de los recuerdos: «Tony compuso la letra y Rafael Trabucchelli (artífice de Himno a la alegría de Miguel Ríos) hizo la melodía. El arreglo musical, que en mi opinión fue muy acertado, fue de Waldo de los Ríos (que también dirigió la orquesta), otro mítico de la música en España». Un tema perfecto para ganar que, sin embargo, no pudo derrotar a la francesa Séverine, que se alzó con el triunfo representando a Mónaco con la balada Un banc, un arbre, une rue (logró 128 puntos y España, 116).

Karina, junto a su marido Tony Luz, compositor de muchos de sus éxitos. / GTRES

Tras su paso por el certamen, Karina grabó la canción en diversos idiomas: «En inglés, francés, alemán, italiano y portugués. En todos los idiomas que se presentaban. Creo que lo hice más o menos bien, con acento, como es natural, pero procuré hacerlo lo mejor posible. Tenía una persona nativa que me indicaba la fonética, cómo poner incluso la lengua y el paladar para que sonara lo más parecido posible».

Su impecable actuación estuvo marcada por un pequeño percance, no se escucharon las primeras palabras de la canción: «En el teatro sí se escuchó, pero no fuera. Lo más seguro es que entraría yo tarde en el ensayo y el técnico de sonido subió cuando me escuchó cantar. Eurovisión tiene sus pequeñas anécdotas o percances, llámalo como quieras», contesta entre risas.

Nervios y «la gatera»: la actuación de Karina en Eurovisión

¿Pasó nervios Karina en el Gaiety Theatre de Dublín, un impresionante edificio victoriano con capacidad para más de mil personas y ante una audiencia millonaria en televisión? La artista lo tiene claro: «Los nervios dependen de la experiencia que tengas. Tenía 24 años, era joven, pero ya había pisado muchos escenarios. Había hecho un par de viajes a América, a México y Venezuela. Tienes los nervios lógicos que tienes siempre antes de salir a cantar. No piensas en los millones de personas que te están observando. El cantante se centra en su trabajo y en hacerlo lo mejor posible, como pienses en otra cosa lo harás mal».

Uno de los elementos clave de su actuación fue el vestido que lució, en el que destacaba una abertura circular en la parte inferior, que popularmente se dio en llamar «la gatera»: «Yo quería ir con un traje corto, una faldita corta, y un top, pero me dijeron que no, que iba a ir de largo, con un diseño sencillo, de un diseñador español, Antonio Nieto. Finalmente fue un vestido precioso, de seda natural verde que aún conservo. Ha perdido un poco el color, pero la hechura sigue intacta. Los redondeles, los de las mangas, y el de la gatera a los pies, se correspondía con la tendencia op-art, tan de moda entonces».

La carrera de Karina en el cine y su vuelta a Benidorm

Tanto impacto tuvo el paso de Karina por Eurovisión que, inmediatamente después, se rodó una película titulada también En un mundo nuevo, dirigida por Fernando García de la Vega y Ramón Torrado, en la que intervinieron entre otros Pepe Rubio, Joaquín Prat, Marisa Medinay Andrés Pajares. Se estrenó el 13 de marzo de 1972 y recaudó la nada desdeñable cifra de 172.000 euros, que en pesetas de la época eran más de 28 millones.

Karina, en un momento de su participación en el festival de Eurovisión de 1971. / rtve

«Recuerdo que fue un rodaje muy ajetreado. Se empezó a rodar en junio, porque entonces Eurovisión se celebraba antes; mi año, en concreto, fue el 3 de abril, sábado. A partir de mediados de mayo tenía muchas fechas firmadas. El rodaje duró como seis o siete semanas, hasta la mitad de julio. Entre viajes y viajes iba a rodar. A veces no podía ni dormir y otras en el coche, como buenamente se podía. La única pena que tengo es que no pude poner mi voz, porque se dobló en agosto y en ese mes tenía 32 conciertos. Me fue imposible. Pusieron a una actriz de doblaje con una voz muy parecida a la mía, lo hizo fenomenal, pero no era yo», nos desvela.

No podemos pasar por alto que Karina mandó este año una canción al BenidormFest que no fue seleccionada y ella misma explica lo que significó para ella este gesto: «No me presenté con la intención de ir a Eurovisión, sino porque me apetecía mucho volver a Benidorm , donde empezó mi carrera artística con 16 años. A estas alturas de mi vida hay pocas que no me atreva a hacer. Además, no canté en el escenario estrella, canté en otro evento que se hacía en otro lugar. Me sirvió recordar los años de mi juventud, sentirme rejuvenecer, ver que gente muy joven que me aplaudía que quizás no haya seguido mi carrera y que me haya descubierto a través de las redes sociales».