Apenas queda ya nada en la viralidad de la tremenda ruptura entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, un espectáculo de revelaciones inconvenientes y acusaciones feas inédito en la vida de la 'socialite' . Esta se ha encargado de amansar las aguas mediáticas de la mejor manera: con indiferencia y silencio. El escritor peruano, sin embargo, no parece obrar igual.
El borrón de la ruptura, ya decimos que un escándalo inesperado , se vio eclipsado rápidamente por su ingreso en la Academia Francesa y una hospitalización por Covid (la segunda) que inquietó, y mucho, a todos sus hijos. Sin embargo, Mario Vargas Llosa ha comenzado a dedicar mensajes sutiles a su silenciosa ex novia Preysler, como algo de aquella relación no le dejara retomar su actividad habitual en paz.
Desde la familia y amigos íntimos de Preysler , las referencias a Mario Vargas Llosa han sido cero. El tratamiento de silencio al escritor con Nobel no puede ser más gélido. Al contrario no sucede lo mismo, pues el peruano sí suele contestar a las preguntas que se refieren a su antigua novia. «Le deseo lo mejor», dijo a los periodistas la última vez que lo encontraron en el aeropuerto.
Tras su alta hospitalaria el pasado julio, Mario Vargas Llosa publicó en su perfil de Instagram varias fotografías llevando una gorra de la marca Cocowi, creada por Fernando Verdasco y Ana Boyer. Un guiño a Isabel Preysler nada disimulado que, además, también remitía a la hija de aquella a la que menos le agradó el romance otoñal de su madre, iniciado poco después del fallecimiento de Miguel Boyer.
La reacción del Nobel ante la ruptura definitiva con Isabel Preysler fue, en todo punto, previsible: se refugió en la compañía de su ex mujer, compañera, secretaria y esposa durante más de 40 años. Patricia Llosa no tuvo inconveniente en volver a entrar y salir con Mario Vargas Llosa en bodas (la de su nieta Josefina), viajes y vacaciones. Y sus hijos felices, claro. Mucho más que de su etapa con Isabel.
Para el verano de 2023, Mario Vargas Llosa hizo un plan de vacaciones con su ex, Patricia Llosa, con la que podría haber acordado una reconciliación sentimental, además de una paz amistosa. Su primera parada tuvo lugar en la isla de Sicilia. «Fue muy bien el viaje y toda la familia está muy contenta porque ellos están más unidos que nunca», declaró Gonzalo, hijo pequeño de la pareja, a su llegada a Madrid.
Fue aterrizar en Madrid, y divulgarse otro mensaje encubierto a Isabel Preysler. Puede que desde el círculo íntimo de Mario Vargas Llosa se insista en que este ha culminado la reconquista de Patricia y la trata «como una auténtica reina», pero las indirectas a la 'socialite' filipina continúan. Esta, además, tiene calado literario, aunque menos sangrante que el del polémico cuento 'Los vientos', donde supuestamente se refería a ella.
Parece que el Nobel peruano cambió de título la novela que lanzará el próximo 26 de octubre, de forma que pudiera leerse como una indirecta a Isabel. El libro se titulaba '¿Un champancito hermanito?' pero, según rumores que los Vargas Llosa no han querido confirmar ni desmentir, ha pasado a llamarse 'Le dedico mi silencio'. La muy perspicaz analista Pilar Vidal, apunta en ABC que puede ser una estrategia de promoción de la novela: oportunismo «para aprovechar el tirón y vender más».
Vidal cuenta en una de sus crónicas un detalle más que curioso: Mario Vargas Llosa embarcó a Sicilia por la zona Premium, mientras que Patricia Llosa, esa mujer a la que supuestamente trata «como a una reina», embarcó en clase turista. Un distingo que no imaginamos perpetrado por Isabel Preysler en ninguno de sus viajes con el Nobel. Y eso que el escritor sí ha copiado algunas de las costumbres que definen el estilo de vida de la 'socialite'.
Resulta significativo: tras la escapada a Sicilia, Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa recalaron en uno de los santuarios de bienestar de Isabel Preysler. De hecho, el lugar donde cada año disfruta de un detox y donde acudió con Tamara Falcó para perder volumen antes de la boda y pasar algún tiempo de calidad madre-hija. Hablamos de la clínica Buchinguer, en Marbella. Territorio Preysler cien por cien.
Isabel Preysler acudió a la Buchinguer con Mario cada año de su relación y, ahora, el escritor peruano copia esta marca del estilo de vida de la 'socialite', acompañado de su ex. Un guiño más que directo a Preysler y lo mucho que disfrutó la vida a su lado. De hecho, Pilar Eyre sostiene que el escritor no la ha olvidado. «Isabel sabe que Mario la sigue amando», ha escrito la periodista. Por mucho que la exmujer corra a su lado a resolverle cualquier cuestión de intendencia».
20 de enero-18 de febrero
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