UN AMOR CONVULSO Mari Ángeles Grajal y Jaime Ostos: una relación tormentosa con peleas, infidelidades y un final inesperado

Mari Ángeles Grajal y Jaime Ostos vivieron una relación de más de 35 años, que concluyó por el inesperado fallecimiento del torero. Un año después, la viuda ha anunciado que publicará las memorias de su gran amor.

El torero Jaime Ostos y su mujer, Mari Ángeles Grajal. / gtres

Claudia Vila
Claudia Vila

A sus 90 años, Jaime Ostos era el que insistía a Mari Ángeles Grajal para que bailara sevillanas con él. Estaba disfrutando de unas apacibles vacaciones en Colombia con su mujer y sus amigos. Se divirtieron en Cartagena de Indias, organizaron una excursión a Barú (islas del Rosario) y visitaron la plaza de Santa María y el hotel donde él se quedaba después de torear. Falleció al día siguiente. En 2022 se terminó su larguísima historia de amor.

Se llevaban más de dos décadas y estuvieron juntos 35 años. Atravesaron innumerables infidelidades y celebraron dos bodas. Lo habían vivido todo cuando el diestro falleció inesperadamente de un ataque al corazón, el mismo día que iba a viajar de vuelta a España. Mari Ángeles se hundió y un año después ha encontrado una manera de salir a flote, más allá del apoyo de su familia y amigos.

A sus 68 años ha anunciado la próxima publicación de un libro de memorias del que fue el amor de su vida. Según la revista Pronto, lo empezó hace cinco años y se ha valido del apoyo de su mejor compañía; su hijo común, Jacobo. También ha aprovechado para desmentir la mala relación con sus hijastros; ha asegurado que alguno ha leído los capítulos inéditos con ella.

Quién es la doctora Mari Ángeles Grajal

La historia de Mari Ángeles Grajal es inusual, como lo fue su historia de amor con el torero. Nacida en la localidad zamorana de Villanueva del Campo, estudió primero magisterio y se hartó. Tenía otros sueños. Se trasladó a Salamanca para hacer la carrera de medicina.

El tiempo no ha logrado frenarla. A pesar de que podría pasar los días relajada y en un descanso merecido, sigue en activo. Es más, ocupa el puesto de directora de la unidad de neumología de la compañía Sanitas. Lo compagina con su amor por la escritura. Además de su próxima publicación, ha sacado cinco libros, como Yo me asomé al escote del Viti, Estupendas a los cincuenta o La noche que amé a Manolete.

Su gran afición fueron los toros. De hecho, el hombre con el que se casó en 1980, Antonio Vicente Marín Pérez Tabernero, venía de una larga dinastía de ganaderos. Casualmente, fue su suegra la que le presentó a Jaime, cuando ya había dejado los ruedos. Los dos estaban emparejados. Él, con Lita Trujillo.

Como contó en La Razón, la madre de su marido organizó su primer encuentro con Jaime por un motivo profesional: «Yo quería que me hablara de sus cornadas, pero en aquella primera cita me contó de todo menos lo que yo esperaba. Y a partir del día siguiente comenzó a llamarme a diario. Era una locura». Tanto se paseó por la finca que un día su marido no lo pudo evitar. «Jaime no viene a ver a mi madre, sino a ti», soltó. Era muy descarado con sus insinuaciones.

Jaime Ostos y Mari Ángeles Grajal dejaron a sus respectivas parejas para estar juntos. / gtres

Decidieron separarse y juntarse. Causaron un enorme revuelo en los primeros ochenta. Y se fueron a vivir juntos. Años después, ella pidió la nulidad matrimonial. En 1984 tuvieron a Jacobo y en 1987 volvió a vestirse de blanco en San Lorenzo de El Escorial. Sus testigos fueron Rocío Jurado y Antonio Garrigues Walker. Ella tenía 23 años menos que él.

Cómo fue la historia de amor de Mari Ángeles Grajal y Jaime Ostos

Empezaron un poco accidentados. Jaime Ostos ya se había casado en 1960 con Consuelo Alcalá. Tuvieron dos hijos con sus mismos nombres, Jaime y Consuelo. Pero la felicidad duró poco: la pareja terminó en batalla judicial y acabó con la nulidad nupcial. Luego, el torero pasó un tiempo con la actriz argentina Lita Trujillo, a la que dejó por Mari Ángeles.

Lo que empezó como un romance inevitable pasó a ser un drama. Los medios se hacían eco de sus tremendas y exageradas peleas. Se decía que ella era la que controlaba la situación y se empezó a rumorear que la doctora le había sido infiel cinco veces.

Fue solo el principio. La crisis real comenzó en 1992. Una mujer llamada Aurora Díaz anunció que estaba embarazada de Gisela, a quien la justicia reconoció como hija legítima del torero en 2003. Un revuelo, un varapalo y una oportunidad de remontar.

Lo que ocurrió entonces solo lo saben ellos, pero se obró un milagro. En 2015 dieron carpetazo a los rumores con una segunda boda. La celebraron de forma íntima en una apartada finca de Villaviciosa de Odón. «Tampoco quisimos dar importancia mediática a este acto», aseguraban a Vanitatis tras la ceremonia.

El torero y la doctora se hicieron inseparables, a pesar de las duras crisis matrimoniales. / gtres

Eran inseparables. En la salud y en la enfermedad. El torero superó el coronavirus, un edema pulmonar en 2019 o un ingreso en un hospital madrileño por una lesión de espalda en 2020. «Si el toro de Antequera no pudo con él, yo estaba segura de que este bicho no lo iba a matar. Jaime es un extraterrestre», aseguró su esposa a Mujerhoy.

Su última aparición pública fue una radiografía de su amor después de tantos años. Viajaban hasta El Puerto de Santa María para ver la faena de Morante de la Puebla. «Estoy muy bien gracias a Dios y a mi mujer, que me ha salvado la vida», afirmaba.

Bromeaba sin miedo a la muerte. «Llegué allí arriba, estaba San Pedro allí, me reconoció y dijo: ¿Usted es Ostos?, y le dije: sí; y me dijo 'Pues bájese rápido que usted no me estropea el cielo'. Y me bajé y aquí estoy, pero muy molesto», describía el torero.

«Esta es la segunda vez que he ido arriba, yo tengo un sentido que nadie se muere la víspera sino el día que le toca», aseguraba. Ya parecía tranquilo con su pasado: «Pocos habrán visto el mundo y habrán andado lo que yo he andado».

20 de enero-18 de febrero

Acuario

Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más

¿Qué me deparan los astros?