Natalia Figueroa y Marta Chávarri siempre estuvieron muy unidas. / gtres

Una vida llena de tragedias

Natalia Figueroa, una segunda madre para Marta Chávarri, desde que perdió a la suya con 38 años y a su hermano con 28

Marta Chávarri se apoyó en Natalia Figueroa en los momentos más duros. Para la mujer de Raphael, su muerte es una pérdida muy dura.

Marta Chávarri no tuvo una vida fácil. De hecho su juventud estuvo marcada por la prematura muerte de su madre cuando esta contaba solo con 38 años. Era hija de Tomás Chávarri y de Matilde Figueroa, hija del Marqués de Santo Floro, padre a su vez de Natalia Figueroa, mujer del cantante Raphael. Y sería esta una figura clave, porque siempre estuvo pendiente de ella y de sus hermanos.

Como su padre era embajador, vivió cierto desarraigo, porque pasó su infancia y juventud en países tan dispares como Estados Unidos o Suiza. Cuando contaba 17 años ya se estableció en Madrid, donde residiría hasta el final de sus días.

Marta, que había nacido el 1 de agosto de 1960, sufrió el golpe más duro de su vida, con la muerte de su madre, el 20 de agosto de 1979, en el hospital Puerta de Hierro de Madrid, a consecuencia de un aneurisma cerebral. Su marido, Tomás Chávarri, moría, también a consecuencia de un derrame, décadas más tarde, a los 76 años, en la clínica madrileña de San Camilo en enero de 2008.

La trágica muerte de su hermano Álvaro en un accidente de moto cuando tenía 28 años

El matrimonio tuvo cinco hijos, Marta, Isabel, Álvaro, María y Gonzalo, quien falleció en un trágico accidente de moto en 1991, otro terrible golpe familiar para una familia marcada ya por la tragedia. Tenía solo 28 años. El embajador se casaría en segundas nupcias con Carolina Tien, con quien tuvo dos hijos, Fernando y Carlos.

El marqués de Santo Floro, abuelo de Marta Chávarri, fallecido el 20 de mayo del 88 a los 86 años, se casó en 1928 con María Gamboa Lapaya, y tuvieron cuatro hijos. El primogénito, José Ignacio, ya falleció, después nacería Natalia Figueroa, en 1939, que alcanzó una enorme notoriedad pública al casarse con Raphael, Matilde, la madre de Marta Chávarri, y Agustín, el menor, que es quien ostenta en la actualidad el título de marqués de Santo Floro.

A la izquierda, una jovencísima Marta Chávarri asistiendo a la boda de Natalia Figueroa con el cantante Raphael. / gtres

Figura clave en el mundo de la jet set, el primer matrimonio de Marta Chávarri con Fernando Falcó, marqués de Cubas, no estaría exento de polémica, porque este ya tenía una relación con Beba Fernández de Longoria. Una relación de la que nacería su único hijo en común, Álvaro Falcó, que ha heredado el título de su padre, y es ahora protagonista de la crónica social por su matrimonio con Isabelle Junot.

Con esta boda se cerraba un curioso círculo, pues Marta Chávarri había tenido una relación sentimental con el padre de la que era su nuera, el empresario Philippe Junot, quien fuera el primer marido de Carolina de Mönaco. Fue precisamente en la boda de su hijo una de las últimas ocasiones que pudimos ver a Marta Chávarri, casi completamente retirada de la vida pública.

Un divorcio muy complicado en el que perdió la custodia de su hijo Álvaro

Marta Chávarri fue durante las décadas de los 80 y los 90 una de las figuras más codiciadas por la prensa del corazón, sobre todo por su relación estando todavía casada con el financiero Alberto Cortina, a su vez unido a Alicia Koplowitz, de quien se separó en 1990.

Fue el divorcio de Marta Chávarri con el marqués de Cubas (a quien se le atribuye una azarosa vida sentimental al lado de mujeres como Gina Lollobrigida, Nadiuska, Cristina Onassis o la emperatriz Soraya) complicado y de hecho le costó la custodia de su único hijo Álvaro, en unas circunstancias difíciles para ella por la presión mediática que supuso su historia de amor con Cortina, con quien fue fotografiada por primera vez en Viena.

Después vendrían otras relaciones junto al empresario Javier Salaverri y el escultor Richard Hudson, pero progresivamente su figura pública se fue desvaneciendo. Siempre estuvo a su lado su tía, Natalia Figueroa, para quien esta pérdida es irreparable por el gran cariño que tenía a su sobrina, para ella como una hija.