Así se convirtió Jesús Mariñas en el cronista del corazón más temido y poderoso que se llevó un puñetazo de Cela (por culpa de Marina Castaño), sacó del armario a Encarna Sánchez y escandalizó a España en Tómbola

Con la muerte de Jesús Mariñas, que ha fallecido de cáncer a los 79 años en Madrid, se pierde la memoria viva de la historia de la prensa rosa, desde la efervescencia ochentera que mezcló políticos y famosos a los salvajes programas de corazón de la tele. Fue el más temido, pero se lleva consigo suculentos secretos.

Imagen de Jesús Mariñas, el periodista fallecido a los 79 años en Madrid. / gtres

Silvia Vivas
Silvia Vivas

Jesús Mariñas, el periodista del bigote poblado, camisas estridentes, afirmaciones polémicas (como la de que no le daban miedo las demandas) y azote de las folclóricas, famosos y las casas nobles españolas (como comprobó Cayetano Martínez de Irujo que perdió su demanda contra el periodista) ha fallecido en Madrid a los 79 años de edad debido a un cáncer de vejiga. El periodista llevaba ingresado en un hospital madrileño desde el pasado mes de marzo por complicaciones relacionadas con la enfermedad. Sin temor a la polémica, Mariñas no dudó en compartir los detalles de sus idilios con personajes famosos como Rafael Amargo, aunque su última relación estable le unió al fotógrafo Elio Valderrama, con el que se casó en 2016.

Jesús Mariñas, fallecido hoy en Madrid a los 79 años debido a un cáncer de vejiga, lo sabía todo de todos. Conocía secretos de cama inconfesables, montajes matrimoniales interesados y hasta arreglos financiero, de los que no supimos ni la mitad. Era el jefe de la tribu de la prensa del corazón que tuvo su particular coronación en Tómbola, el programa más salvaje y polémico que se ha visto en la televisión española, producido por Canal Nou y despeñado de la parrilla por inconfesables cuestiones políticas o, sencillamente, por sentar el precedente de la telebasura.

Jesús Mariñas inventó la telebasura

La boda roja que descabezó Tómbola en 2004, tras siete años en antena, se llevó por delante al rey Mariñas, a la reina Karmele Marchante («¡Que te calles Karmele!»), a la entonces princesa Lydia Lozano y a secundarios de variada procedencia como Ángel Antonio Herrera, Paloma Barrientos, María Eugenia Yagüe, Antonio Montero o Josep Sandoval. El Sálvame de este siglo llevó a televisión el estilo descarnado, afilado y muchas veces agresivo de Mariñas, acostumbrado a hablar de lo innombrable en sus famosas páginas de crónica social de la revista Época. En los los 80 había quien aseguraba que se compraba Interviú por los reportajes de investigación, pero todos se compraban Época por Mariñas.

En realidad, Jesús Mariñas fue un trabajador casi a destajo que arrasó en multicanal: además de relatar los locos 80 en la revista Época, fue colaborador estrella en los años dorados de Protagonistas, el programa de radio de Luis del Olmo. El locutor del Bierzo le despidió en 1988 por haber viajado a Puerto Rico s in permiso de la dirección, aunque el indisciplinado periodista siempre lo achacó a sus comentarios sobre Carmen Romero, la mujer del entonces presidente Felipe González.

No le faltó espacio en la prensa, desde la contraportada de la Razón o la revista Diez Minutos, ni en las ondas, pero fue su paso a la televisión el que marcó su carrera. De hecho, no se puede entender la desfachatez irónica de Jorge Javier Vázquez sin el afilado precedente de Mariñas, mientras que las peleas e insultos entre los periodistas de Tómbola constan como antecedente directo de las crucifixiones más o menos pactadas de los 'valientes' que se atreven a colaborar en Sálvame.

Cuánto llegó a cobrar Jesús Mariñas

Pese a tratar con rumores y confidencias, Jesús Mariñas siempre llevó a gala proceder según las reglas del oficio: contaba lo que había visto (no se perdía un sarao, cuando los famosos aún los frecuentaban inocentemente) y contrastaba lo que le contaban, o eso decían sus amigos. Por eso, y porque se atrevía a contar lo increíble, era el mejor pagado de la tele rosa, con un sueldo que, según la prensa de la época, llegaba al medio millón de pesetas por cada programa de Tómbola.

Una importante valedora de Jesús Mariñas fue María Teresa Campos, que no se convirtió en la reina de las mañanas y la mujer más poderosa de la televisión por rehuir la peligrosa lengua del gallego. En una reciente aparición en televisión, Campos admitió ante Mariñas: «Dos cosas que pienso de ti. Siempre he dicho que cuando Mariñas se encuentra con un folio en blanco, en ese momento no es amigo de nadie».

Su estilo sin reverencias no siempre caía bien, y muchos famosos le llevaron ante lostribunales: Cayetano Martínez de Irujo, Isabel Pantoja, Rocío Carrasco, Belén Esteban, Mar Flores, Ana Obregón… Llegó a publicar que Marta Chávarri , entonces pareja de Alberto Cortina, en una discusión en un avión, acusaba al financiero de haberle pegado un herpes genital (fue condenado por difamación a pagar 21 millones de pesetas). De hecho, antes de que se destapara su escandaloso romance, él ya había escrito en plan acertijo «Marta corre una cortina de cemento».

Por qué Cela le dio un puñetazo a Jesús Mariñas

En 1991, recibió un puñetazo en la mandíbula propinado por el escritor Camilo José Cela en una fiesta de postín en Marbella. El periodista salió volando y terminó en la piscina porque al premio Nobel no le gustó cómo hablaba de su segunda esposa, Marina Castaño. Ese mismo año fue demandado por otra monstrua del periodismo, la locutora Encarna Sánchez, por afirmar que pagaba a políticos para entrevistarlos y sugerir en uno de sus artículos que mantenía una relación sentimental con Isabel Pantoja. Las sacó, literalmente, del armario, por lo que la revista fue condenada en 1993 a pagarle cinco millones de pesetas.

Mariñas trató con todas las reinas del corazón de los 80 y 90y cabeza visible de las sagas que todavía siguen coleando hoy: Isabel Preysler, Isabel Pantoja, Rocío Jurado. De todas habló sapos y culebras, también de su vida sexual. Su relación con Preysler tuvo que ver con su cercanía a Julio Iglesias, al que conoció al dedillo. «Mira, Jesús, eres un cabrón, tú eres un cabronazo», le espetó el cantante tras un controvertido concierto en Marbella, en 1988. «La prensa española es divina, pero tú no, eres un pedazo de hijo de puta. Respeto a todo el mundo pero a ti, no». Como observador de la metamorfosis de Isabel, el periodista constató: «Aparentaba ser una provinciana llegada de la selva filipina con aquella nariz de patata y barbilla hacia fuera. No tiene nada que ver con la Isabel de ahora».

Sí que fue íntimo amigo de Rocío Jurado, pero eso no evitó que contara lo más íntimo. «Todas las grandes tienen mala leche», escribió Mariñas tras la muerte de su amiga. «Pero yo creo que Rocío, además, tenía un complejo psicológico de irrealizada sexual. Era una España muy difícil». Durante mucho tiempo, el periodista especuló sobre una agenda oculta en el matrimonio entre Jurado y el torero Ortega Cano: sugirió que se trató de un montaje para acallar rumores que benefició a ambos.

Polémico y divertido, Jesús Mariñas tuvo muy buenas amigas en el mundo artístico, sobre todo Lola Herrera y Montserrat Caballé además de la Jurado, y especial predilección por el mundo de la interpretación (quiso ser actor). A pesar de su crudeza y su irreverente retranca gallega, también logró ganarse el respeto y la amistad de gran parte de la profesión. Con su fallecimiento termina de alguna manera la edad de oro de la prensa rosa y la crónica social, ese terreno chispeante en los 80 que se volvió oscuro, siniestro, oscuro y cruel en los 90 y ha ido perdiendo fuelle con el nuevo siglo. Ahora que, gracias a las redes, todos podemos ser Jesús Mariñas, nadie puede igualársele ya.

20 de enero-18 de febrero

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