La conjura contra Olivia Wilde: por qué todos atacan a la novia de (casi) 40 años de Harry Styles justo cuando presenta en Venecia la película que dirige, No te preocupes, querida

Si eres de las que define su estatus personal o profesional con el recurrente «es complicado», ya puedes ir quitándolo. Olivia Wilde le ha hecho un 'upgrade' tal a la definición de complicación, que difícilmente podremos ya usarla el común de las mortales. Vamos al grano, a ver si podemos contar con claridad esta retorcida historia. Primero, lo básico: Olivia Wilde despierta en la era de la generación Z tantas envidias como despertaba Angelina Jolie en el tiempo de la generación X. Encarna a la perfección la mujer 10 del siglo XXI.

Olivia Wilde (38 años) ocupa portadas, se la rifan las marcas más chic y ha sabido triunfar como actriz y como directora, con la multipremiada 'Súper empollonas' (2019). Guapa, inteligente y líder del movimiento Time's Up contra el acoso sexual en Hollywood, para más inri se ha echado un novio diez años menor que resulta ser el ídolo generacional del momento: Harry Styles . Juntos, forman unas de las parejas más retroestilosas de Occidente. Un sueño de Gucci hecho realidad en las calles de Nueva York o Londres, las ciudades por donde más pasean su amor.

Tanto y tan cool tiene un peligro: cualquier resbalón se paga, y muy caro. Y si encima se produce en agosto, justo cuando las noticias escasean, puede convertirse en un ciclón. Todo empezó con una entrevista de promoción de su película en 'Variety', en la que Wilde destapó un incidente con su ex, el actor Jason Sudeikis. Él es el actor principal de la serie 'Ted Lasso', el buenazo protagonista del título más feliz del streaming. Lasso es genial, pero parece que Sudeikis no lo es tanto.

En un episodio de acoso que ejemplifica cómo funciona la famosa violencia vicaria, Sudeikis se las arregló para que un mensajero le entregara a Wilde un sobre con una citación relativa a la custodia de sus dos hijos, justo en el momento en el que presentaba su última película a un grupo de importantes ejecutivos de la industria y los medios. Esto sucedió en abril. Olivia Wilde no habló del tema hasta agosto, en la primera entrevista de promoción de su nueva película, 'No te preocupes querida'.

«En cualquier otro lugar de trabajo, se hubiera considerado un ataque», dijo la actriz en la entrevista. « Intentar sabotearme de esta manera es algo realmente perverso. Desafortunadamente, no me coge desprevenida. Quiero decir… Yo rompí la relación por algo». Pocos meses antes, Jason Sudeikis había asegurado en una entrevista en la revista 'GQ' que aún no tenía claro por qué se había terminado su matrimonio. «Lo triste es que las víctimas de todo esto tienen ocho y cinco años», subrayó Wilde, refiriéndose a sus hijos.

No es casualidad que Sudeikis quisiera quebrar a su ex en una importante reunión de negocios: es complicadísimo para las mujeres del cine conseguir que los productores inviertan en sus películas. Cualquier drama o crisis reputacional puede echar a perder un trato, pues en este negocio cruel ellas pierden el favor del público al doble de velocidad y con el triple de brutalidad que los hombres. Jason Sudeikis sabe que la vulnerabilidad de Wilde no es personal, sino profesional.

Este resbalón, sin embargo, ha desatado una tormenta perfecta de la que quien puede saca rédito. Sudeikis, sin duda, por su orgullo herido de hombre despechado. Las redes y ciertos medios de comunicación, por descontado, que han movilizado con rumores viejos y misoginia sexista los clics del negocio de la atención, con el plus añadido de poder atraer a los millones fans de Harry Styles en todo el mundo.

Un post en la conocida cuenta de Instagram Deuxmoi soltó hace meses que una conocida directora se distraía tanto en el set de rodaje, que su segunda tenía que rodar gran parte de las escenas. En la misma línea sin confirmar, se ha publicado que Florence Pugh, protagonista de 'No te preocupes querida', no soporta a Olivia Wilde, aunque antes ya se hubiera declarado fan suya. Afirman que no pudo soportar el flechazo entre Harry Styles y Wilde durante el rodaje (¡¿?!), pero todo parece un nuevo intento de inventar rivalidades entre dos mujeres con talento.

Los rumores publicados este mes han llegado a un punto ridículo: han asegurado que Olivia Wilde pagó tres veces más a Harry Styles que a Florence Pugh, algo impensable en una mujer que lidera la lucha por la igualdad en la industria del cine. Pero lo peor no han sido las rocambolescas invenciones, sino la aparición del muy tóxico Shia LaBeouf en medio de todo este entramado de rumores malintencionados.

LaBeouf fue el primer protagonista de 'No te preocupes querida', pero Olivia Wilde le despidió. Lo contó en la entrevista de 'Variety': «Tiene un proceso que, en cierto modo, parece requerir una energía combativa y, personalmente, no creo que sea propicio para las mejores actuaciones», explicó. Seguramente este relato tiene mucho de eufemismo: unos meses después de desparecer del set, la novia de LaBeouf, la muy impresionante cantante FKA Twigs, le demandó por agresión sexual.

Ahora, en lo que parece otra pataleta de un hombre herido que trata de dañar, LaBeouf trata de imponer otra versión de su despido: «Renuncié a tu película porque tus actores y yo no pudimos encontrar tiempo para ensayar», sostiene. Y todo porque Olivia Wilde ya no admite depredación personal ni profesional. ¿De verdad no pueden los medios de comunicación reconocer las maniobras tóxicas de los hombres débiles? ¿Acaso no van a poder contar los nuevos relatos que exige la igualdad?