Así ha cambiado el patrimonio de Mario Vargas Llosa antes y después de Isabel Preysler: casas repartidas con Patricia Llosa y millonarios derechos de autor

Parece que este verano ha servido para acercar cada vez más a los divorciados Mario Vargas Llosa y Patricia Llosa . Han pasado juntos unos días en Sicilia y Santo Domingo, un viaje que ha transcurrido «muy bien», según habría comentado el propio escritor. Después han estado en Madrid.

Mario tendría el plan de reconquistar a su exmujer, tras todos los años que han compartido juntos y a pesar de la dolorosa ruptura que supuso para ella la aparición de Isabel Preysler en la vida del Nobel.

Mientras, la familia ha compartido muchos momentos con la expareja. El escritor invitó a Patricia al acto de ingreso en la Academia Francesa , en París, en febrero de 2023, y parece que fue, a partir de entonces, cuando se produjo un mayor acercamiento entre ellos, aunque hoy están divorciados. Pero el dinero ya no es un problema, porque el patrimonio se repartió en 2016 y ambos quedaron conformes.

La historia de la relación entre Mario y Patricia, que estuvieron casados cincuenta años, hasta que Isabel Preysler apareció en la vida del Nobel, en 2015, es digna de una extensa novela de amor. Coincidieron cuando Mario vivía en París con su primera esposa, Julia Urquidi , exmujer de Luis Llosa, hermano de la madre del escritor, y tía política del escritor.

Él tenía 19 años y ella era diez años mayor. La relación –que inspiró la novela de Vargas Llosa «La tía Julia y el escribidor»– fue un escándalo en la alta sociedad limeña. El divorcio llegó nueve años después, cuando Mario inició la relación con su prima Patricia Llosa, hija de Luis Llosa, tío del escritor, y sobrina política de Julia.

Eran mediados de los sesenta y Patricia había viajado a París, con dieciséis años, para terminar sus estudios de Literatura, en la Sorbona. Poco después, se casaban: él tenía 26 años y ella, 18. El escándalo continuó persiguiendo al escritor, por el hecho de que fueran primos y él hubiera sido infiel a su primera esposa. Pero la relación se asentó. Mario y Patricia tuvieron tres hijos, Álvaro, de 56 años, Gonzalo, de 55, y Morgana, de 48. Patricia se convirtió en el mejor apoyo Vargas Llosa.

Era una especie de «secretaria personal» y de asistente, que se ocupaba de las llamadas y del día a día, para que Mario pudiera pasar su tiempo leyendo y escribiendo. « Ella lo hace todo y todo lo hace bien», decía el escritor en una entrevista. «Resuelve los problemas, administra la economía, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, desde las citas y los viajes, hace y deshace las maletas, y es tan generosa que, hasta cuando cree que me riñe, me hace el mejor de los elogios».

Mario y Patricia estuvieron juntos 50 años, entre 1965 y 2015. Fue entonces cuando salió a la luz la relación del escritor con Isabel Preysler. Se conocían de antes, cuando Isabel le hizo una entrevista a Mario en 1986, para la revista «¡Hola!».

Mantenían una buena amistad, aunque ya entonces surgieron los primeros rumores de algo más entre ellos . Pero ella estaba casada con Miguel Boyer, que falleció en 2014. Fue un año después, cuando coincidieron en una reunión social en Londres, organizada por el príncipe Carlos de Inglaterra.

Los hijos del escritor se pusieron en contra, Patricia aseguraba que nunca habían roto su relación y que acababan de celebrar en Nueva York sus bodas de oro. Pero Mario aseguró que su relación con Patricia estaba rota desde hacía tiempo y se divorciaron en 2016.

El proceso fue complicado debido al gran patrimonio que habían acumulado durante su matrimonio. Pero, tras unos años de distanciamiento con ella y con sus hijos, parece que las cosas volvieron a su cauce, cuando se hizo el reparto de bienes, y el escritor decidió ser lo más generoso posible con Patricia. Patricia se quedó con los pisos de Lima, Nueva York y Punta Cana, que un día habían compartido.

Mario e Isabel nunca se casaron. Parece que fue él quien se negó en redondo. Gracias a esto, su separación no ha supuesto mayor problema para ambos, desde el punto de vista económico. Mario cuenta con el mismo patrimonio que tenía tras divorciarse de Patricia Llosa.

Entre sus propiedades figura una casa en Madrid, en la calle Flora, cerca del Monasterio de las Descalzas Reales, de casi 300 metros cuadrados y una gran terraza de 30. Es en esta casa en la que Mario pasa una gran parte del año, aunque pesa sobre ella una deuda con la Hacienda española, por irregularidades en la tributación entre 2011 y 2014.

Vargas Llosa se quedó también con los pisos que la pareja poseía en París y Londres, aunque éste último parece que lo ha vendido. Además, cuenta, entre otras, con una sociedad que gestiona en España sus derechos de autor, en la que consta como administrador su hijo Álvaro.

Si Mario y Patricia retoman formalmente su relación, disfrutarán, sin duda, de aquellas propiedades que, en su día, tuvieron que repartir. Pero no es el dinero lo que cuenta en una pareja que compartió medio siglo, sino el respeto mutuo y la complicidad intelectual.