Penelope Cruz nos ha roto el corazón en Venecia: por qué no acierta con (algunas) de sus elecciones estilísticas

Necesitamos darle sentido a la estrategia de Penélope Cruz en la alfombra roja más exigente del mundo. Parecía que reflotaba en Venecia, pero ha vuelto a rompernos el corazón.

Penélope Cruz nos ha dado una de cal y otra de arena en la alfombra roja del Festival de Venecia. / GETTY IMAGES

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Ser fan de Penélope Cruz es vivir con el corazón en un puño. No por sus películas, pues hace tiempo que vuela por encima y hasta en las fallidas logra deslumbrar con su inmenso talento. Nos referimos a sus apariciones en la alfombra roja, donde siempre debemos aguantar la respiración ante la elección de sus looks.

El escenario de la alfombra roja global vive, en realidad, su propio hundimiento. Cada vez son menos los desfiles de famosas que interesan sobremanera y las 'red carpets' que continúan emocionando tiran más del shock visual, caso de los Grammy o la anual Gala Met, que otra cosa. Puede que estemos viviendo el declinar de un dispositivo siglo XX y que el paseíllo de las estrellas deba evolucionar. ¿Hacia dónde? Quizá hacia un lugar con muchos efectos y filtros.

En realidad, este declinar del interés que nos produce la alfombra roja tiene todo que ver con un escaparate de la moda en 'stand by', aún perdido, rácano o cobarde a la hora de mostrar por dónde debe caminar la indumentaria del lujo en el siglo XXI. Aún así, la alfombra roja del Festival de Venecia puede ser una de las pocas que permite albergar esperanzas sobre el futuro de la 'red carpet'. La fuerte presencia de jóvenes talentos y señoras inteligentes asegura el avistamiento de algunos looks que no son únicamente bellos, sino también interesantes.

Son, ya decíamos, 'rara avis', pues la mayoría de las mujeres que caminan sobre rojo buscan únicamente el efecto de la gran belleza. Es la lógica que inauguró Armani en 1980 (génesis de la actual entente de marcas y actrices en la 'red carpet') y que continúan predicando la gran mayoría de las estrellas de Hollywood. Entre ellas, nuestra Penélope Cruz, la más grande hasta la fecha en términos patriotas y un bellezón de mujer que este año apareció en Venecia deslumbrante.

El suspiro se escuchó en todo el Mediterráneo: Penélope está guapísima. Pelo, cara, silueta, sonrisa y 'allure', todo se conjuntó para aliviar a la crítica de moda y a las fans de Pe. La culpa la tuvo un vestido ajustado de encaje negro y rosa firmado por Chanel que no es ninguna novedad, pero al menos favorecía enormemente a nuestra actriz emblema. Hubo aplausos generalizados y hasta sensación de bienestar espiritual.

Vídeo. 5 looks icónicos de Penélope Cruz / mujerhoy

Por qué Penélope Cruz no logra arrasar en la alfombra roja de Venecia

«Penélope nos ha dado por fin una silueta que no nos había dado en todo 2022, ha dictaminado Josie en su espacio de crítica de moda y celebrities en 'Zapeando'. «Hacía mucho tiempo que Penélope no transmitía con un Chanel y ahora parece, parece, que quiere volver a hablar ese mismo lenguaje, porque tiene que hacerlo por contrato, pero de otra manera. Es una Penélope distinta, a parte de que la veo estupenda facial y capilarmente. Está bastante potente».

Desafortunadamente, el placer no puede durar para siempre, y en su segunda aparición en la alfombra roja de Venecia tuvimos que volver a preguntarnos por qué, por qué Penélope se empeña en rompernos el corazón con vestidos que ni se mueven ni se notan ni traspasan. No interesan y, lo que es peor, no le hacen ninguna justicia a su silueta. ¿Quién manera esa barca que a la deriva la lleva?

Ni el enésimo vestido negro con escote y flequillo Audrey Hepburn ni el total look blanco con aretes XL está a la altura de nuestra Penélope, por lo demás tan guapa como siempre o incluso más. La madurez le sienta de maravilla a la actriz, aunque quizá continúa atrapada en unos códigos estéticos que, a fuerza de repetirse, nos resultan ya insoportablemente aburridos. No debe ser fácil despojarse del personaje que una lleva interpretando sobre la alfombra roja tantos años.

¿Cómo hubiera hecho Marilyn para actualizar su imagen si hubiera vivido más allá de los 36? Dificilísimo. Quizá por eso tantas intérpretes optaban por vivir su transición hacia el estadio señora en el ostracismo. Hoy, las actrices de Hollywood cuentan con la materia gris de los estilistas estrella para abrirse horizontes de moda y acceder a otros estilos y personajes. Siempre y cuando una no esté sujeta a contratos de imagen con firmas que imponen cada look.

¿Tienen las estrellas libertad total en sus apariciones en la alfombra roja? Unas sí y otras, no. Y es una pena, porque nos rompe el corazón cada estruendoso naufragio sobre fondo rojo. Está claro que a nuestra Penélope le interesa la moda lo justo y que, obviamente, prefiere ocupar su tiempo en interpretar y producir que en investigar sobre tendencias y vanguardismos. ¿Entendemos su recurso de apostarlo todo a una gran 'maison' para liberarse de carga mental? Sí. ¿Nos hace felices? No.

No podemos pedirle la luna a Penélope Cruz, cuya fuerza ni se crea ni se destruye, solo puede transformarse en interpretaciones inolvidables y, ahora, también en películas que prometen tanto como 'En los márgenes', su aventura como productora con Juan Diego Botto. Pero nadie nos puede impedir soñar con verla ejercer de gran jefa también en la alfombra roja. Estuvo poderosa en la fiesta que Chanel organizó en Venecia, con un look en las antípodas de su personaje habitual en la 'red carpet'. De esto sí queremos más.