Por qué Piers Morgan, el gran enemigo de Meghan Markle, es ahora el nuevo mejor amigo de Luis Rubiales

No parece casual que Luis Rubiales haya elegido a Piers Morgan, némesis de Meghan Markle, para anunciar su dimisión como presidente de la Real Federación de Fúbol Español. El periodista británico, uno de los más controvertidos del Reino Unido, tiene un gran predicamento en Estados Unidos en el ámbito del periodismo sensacionalista, con la pátina de un outsider o un represaliado por ejercer la libertad de expresión. No en vano, su podcast se llama Uncensored (Sin censura).

El clip que ya se ha hecho viral del encuentro nos muestra a un Piers Morgan entregado a Luis Rubiales, al afirmar que «vienes aquí después de tres semanas de feroz presión sobre ti mismo, sobre tu familia, sobre tus hijas, me lo puedo imaginar, porque yo también soy padre y tengo una hija de más o menos la edad de la tuya». Una enorme empatía hacia un comportamiento que ha propiciado que la futbolista Jenni Hermoso, a la que dio un beso en la boca , sin su consentimiento, a llevarle a los tribunales y que ha sido cuestionado desde enormes sectores de la sociedad, nacional e internacionalmente, y a nivel político, desde prácticamente todos los partidos de nuestro país.

Piers Morgan tiene una trayectoria con enormes y precoces logros profesionales, pero, quizás, no haya logrado el prestigio acorde a los puestos que ha ocupado. Con solo 29 años se puso al frente de The Sun, uno de los medios más sensacionalistas del Reino Unido, propiedad del magnate Rupert Murdoch, pero su gran oportunidad llegó cuando fue el encargado de ocupar el lugar que dejó Larry King en CNN. El programa llevaba su propio nombre, Piers Morgan, Live, pero quedó muy lejos del alcance del mito al que trató de emular. Más tarde fue jurado de America's Got Talent y ganó la séptima temporada de Celebrity Apprentice, el reality show de Donald Trump, antes de que este se convirtiese en presidente de Estados Unidos.

Morgan estuvo casado con Marion Shalloe, de quien se divorció en 2008, y con quien tuvo tres hijos, para posteriormente contraer matrimonio con la periodista Celia Walden, hija del exministro conversador George Walden, con quien tuvo una hija, Elise Pughe-Morgan, a la que aludió en la entrevista con Luis Rubiales, en señal de empatía y comprensión sobre la situación que estaba viviendo, poniendo el peso de la responsabilidad del sufrimiento de su familia no en sus actos sino en las reacciones derivadas de los mismos.

Piers Morgan, un gran desconocido para el público español es, sin embargo, una estrella de lo políticamente incorrecto en el Reino Unido, donde alcanzó unas enormes cotas de popularidad en el matinal Good Morning, Britain, que, después de seis años, abandonó voluntariamente en marzo de 2021. Ofcom, un organismo regulador de los medios de comunicación de Reino Unido. recibió en tiempo récord casi 50.000 denuncias por los ofensivos comentarios que había realizado contra Meghan Markle, contra quien mantiene una gran cruzada personal.

La cadena aceptó su renuncia sin oponer resistencia, después que una gran parte de su audiencia mostrara su indignación porque Morgan afirmó que no creía ni una sola palabra de lo que había dicho Meghan Markle sobre sus problemas de salud mental en la entrevista que Harry y ella concedieron a Oprah Winfrey. El periodista que no está acostumbrado a rectificar ni a dar su brazo a torcer, vivió con alegría cómo los días posteriores la audiencia del programa bajaba ostensiblemente, porque era un síntoma del enorme predicamento y popularidad de los que seguía gozando (y goza). De hecho, Ofcom tras analizar el programa al completo, falló a favor de Morgan y manifestó que estaba haciendo uso de su libertad de expresión.

La animadversión de Piers Morgan contra Meghan Markle echa sus raíces en la época en la que fueron muy amigos (de manera virtual) durante dos años. Según él mismo relató en un programa de la televisión australiana, en esa época mantenían una comunicación muy fluida y frecuente, pero después de que la actriz conociera a Harry en una fiesta esta dejó de llamarle. ¿Vanidad herida? ¿Ingratitud por parte de la intérprete de la serie Suits? Para comprender el asunto en la totalidad nos falta la versión de ella.

Piers y Meghan se conocieron en 2015, a través de las redes sociales y sus contactos fueron mayoritariamente a través de esta vía. El periodista comenzó a seguir en Twitter a varios actores de la serie Suits, Meghan se lo agradeció y comenzó entonces una larga relación, podríamos decir, epistolar, en la que hablaron de temas de enorme calado, no solo del mundo artístico sino también de cuestiones en las que la actriz siempre ha estado muy involucrada, como el feminismo, o la figura de Donald Trump. de la que la cuñada de la princesa de Gales es una gran detractora.

Su encuentro se produciría cuando Meghan le anunció a Piers que iba a pasar una semana en Londres, siempre según la versión de él. Después la acompañó a coger un taxi, pues ella tenía una cena en un club de Mayfair, y la ahora duquesa de Sussex le hizo un ghosting en toda regla. Rompió el contacto con él definitivamente y dejó todos sus mensajes en «leído».

«Fui utilizado por unos actores de serie B para crecer en sus carreras, pero cuando alguien más importante como el príncipe Harry apareció en sus vidas, fui desechado como un saco de patatas», manifestó en The Sun, donde se empleó a fondo contra la nuera del rey Carlos III: «Meghan Markle es una actriz obsesionada con ella misma. Ha logrado el papel de su vida y está decidida a sacarle todo el provecho posible. Ha pasado la mayor parte de los últimos veinte años acercándose a personas hasta que ya no le sirven más, y luego las expulsa de su vida como diciendo: ¡Adiós, perdedor!».