Pilar Rubio y Sergio Ramos viven una crisis de pareja que, según la crónica social, es grave: él vive ya en Sevilla, mientras ella parece preferir Madrid. /
Iban a ser los Beckham españoles, una pareja tocada por la fama, la belleza y el talento para los negocios, capaz de convertirse en una 'power couple' con 'branding' global. La relación fue, de hecho, una lanzadera y un refugio para Pilar Rubio, enamorada de Sergio Ramos, estrella en el Real Madrid , en el momento adecuado. Acababa de naufragar con 'Operación triunfo' y su primera gran serie, 'Piratas', había sido retirada por baja audiencia. Su mala suerte fue tal, que en 2012, se canceló su primer gran contrato con una cadena de televisión. En noviembre de 2013 anunció su embarazo.
La desdicha de Pilar Rubio en el terreno profesional, donde vivió un auténtico descalabro que ha abrevado cierta fama de gafe, se tornó alegrías en lo personal. En sus diez años de amor con Sergio Ramos todo han sido parabienes: la pareja ha construido una familia bellísima, con tres niños intensamente fotografiados en Instagram, distintas mansiones por hogar y un estilo de vida a imitación de los millonarios internacionales. De todo quedó constancia en las redes, donde ella figura como una canónica 'wag' o mujer de futbolista dedicada, mayormente, a sus labores.
Es cierto: Pilar Rubio ha intentado por todos los medios labrarse una carrera profesional. Se la ha jugado con emprendimientos propios (alguna línea de moda que fracasó) y otros programas de televisión que a nadie fascinaron. Se ha mantenido como colaboradora en 'El Hormiguero', el programa de Pablo Motos , pero más por su relevancia social que por la enjundia de su participación. Y eso que la pobre Pilar se sometió a todo tipo de pruebas físicas para recuperar el favor de la audiencia, más horrorizada que fascinada por ellas. Sabemos lo mucho que a su jefe le gusta angustiar con sus 'bromas' a las famosas: hace unos días, blandió agujas ante la influencer Lola Lolita solo porque le provocan fobia.
Así las cosas, Rubio ha ido profesionalizando sus redes sociales para labrarse en el mundo de la publicidad y las marcas lo que la televisión, su primer amor, le ha negado. Tampoco ha tenido demasiada suerte, pues sus contratos de imagen no han remontado hacia el codiciado mundo del lujo que ella misma habitó en París, mientras Ramos jugó en el Paris Saint Germain. Por algún motivo no ha podido sintonizar con la exquisitez de la alta costura ni del prêt-à-porter que adora, por ejemplo, a Georgina Rodríguez . Por algún motivo, la eterna novia de Cristiano Ronaldo, también una chica de barrio, resulta más creíble e inspiracional que la presentadora.
Aunque hasta la fecha ha sido Pilar Rubio la más interesada en proyectarse como imagen de firmas de moda, incluso con colecciones propias, es Sergio Ramos quien últimamente cierra los contratos más jugosos. Por ejemplo, como imagen de Tommy Hilfiger. /
La imagen pública de Pilar Rubio en Instagram ha ido virando hacia la madre perfecta y perfectamente entrenada y mantenedora de un hogar de revista de decoración. Mientras, Sergio Ramos ha ido construyendo su imperio empresarial, bien aconsejado por su padre, José María Ramos, y mejor orientado en una carrera futbolística que termina en esta década en el equipo de sus amores, el Sevilla. El futbolista vuelve a casa convertido en héroe y empresario de éxito, con 100 millones de euros en repartidos en distintas empresas, cuatro casas, una villa, avión privado y una colección de arte considerable.
Es aquí, en el relato económico de una biografía sentimental, donde se escribe la verdadera historia, esa que no cuenta ningún perfil de Instagram. Así lo destapa la revista 'Lecturas', en una exclusiva que enumera el alcance del imperio de Sergio Ramos y la fortuna de una Pilar Rubio que, como mandan los tiempos, se casó en separación de bienes. Dicho de otra manera: toda la inversión de la presentadora en el cuidado de sus hijos, el sostenimiento del hogar y la preservación de la armonía familiar que haya podido disfrutar la pareja queda compensado con el estilo de vida de millonaria internacional que ha sufragado el futbolista.
Según 'Lecturas', todo lo que Pilar Rubio tiene en su haber es un piso de 40 metros cuadrados en un barrio modesto de Madrid. Apenas nada si lo comparamos con la ostentosa vida que ha llevado hasta la fecha, según se narra en sus redes sociales. Recordemos que se publicó que la presentadora viajaba todas las semanas de París a Madrid en avión privado, para participar en el programa de Pablo Motos. Si esto es así, es probable que lo que Rubio recibía como emolumento por los pocos minutos que aparecía en televisión fuera menos de lo que costaba el vuelo. Una locura.
Ahora que la posibilidad de un divorcio acecha a la pareja, la situación económica se desvela cómo el meollo de la unión sentimental. De hecho, desde 'Lecturas' ya se apunta con cierta mala baba a que el matrimonio resistirá mientras Pilar Rubio quiera seguir disfrutando del estilo de vida de millonaria internacional que sufraga Sergio Ramos. No se puede decir que la presentadora no haya intentado por todos los medios triunfar y hacer su propia fortuna. Pero su situación, tan precaria económicamente, la convierte en un verdadero problema para los abogados que habrían de negociar su manutención.
Sergio Ramos y Pilar Rubio no solo idealizan su vida doméstica en las redes, sino que impostan cierta vida intelectual, como coleccionistas de arte contemporáneo y lectores de superventas filosóficos, como las 'Meditaciones' de Marco Aurelio. /
Pocos dudan de la generosidad de Sergio Ramos en un hipotético divorcio, también para ahorrarse un posible efecto Shakira que llevara a Pilar Rubio a hacer declaraciones polémicas al respecto de su relación. Ella, además, estrena en breve programa de maquillaje en Televisión Española , otro examen más de su capacidad para conectar o no con una audiencia especialmente esquiva en la cadena pública. Evidentemente, Rubio encandila a los responsables de las cadenas, pero quien finalmente debe sintonizar sus programas es la mucho más selectiva y sabia señora de Cuenca.
La debilidad económica y profesional de Pilar Rubio, como el de otras influencers que construyen sus marca alrededor de la maternidad perfecta, contiene una potente moraleja para las mujeres que se inspiran en ellas. Es algo que las mujeres mayores de 50 años saben muy bien: abandonar la vida profesional y el mundo del trabajo para quedarse en casa es siempre una trampa para las mujeres que pasan a depender económicamente de sus parejas. El mito de la madre que se queda en el hogar para cuidar que seduce en redes sociales es socialmente peligroso. Ya no puede ser ni inspirador ni aspiracional.
La irresponsabilidad de promover este modelo de maternidad exclusivamente volvada en lo doméstico es evidente: aunque famosas como Pilar Rubio puedan conseguir compensaciones en sus divorcios, a pie de calle lo habitual es quedarse compuesta y sin dinero. Ha sido el caso de la actriz Hiba Abouk, casada durante cinco años con el jugador del Paris Saint Germain Achraf Hakimi y madre de sus dos hijos. Ella aparcó la interpretación por la maternidad cuando él aún no firmaba fichas por 60 millones de euros y, de hecho, se casaron en régimen de bienes gananciales.
En el caso de Abouk, no fue el desgaste de la relación lo que provocó el divorcio sino una acusación de abuso sexual contra el jugador. Cual sería la sorpresa de la actriz cuando, al dirimir los abogados el patrimonio de ambos para la repartición, se encontraron con que el deportista había puesto todo su patrimonio a nombre de su madre. Tras cinco años de sacrificio profesional, Hiba Abouk vuelve a la casilla de salida.
Una de las muchas fotografías en las que Pilar Rubio y Sergio Ramos escenifican su idealizada vida doméstica. /
Evidentemente, no habría divorcios problemáticos si la pareja acordara un salario o una compensación para el cónyuge que se queda, por propia voluntad, en casa. Una cifra que tuviera en cuenta el impacto que tiene sobre una carrera profesional un parón de diez, veinte o incluso treinta años. En algunos casos, volver al mercado laboral se vuelve un imposible, una circunstancia que merece protección. Es algo que los tribunales comienzan a reconocer, para mujeres que se dedicaron al trabajo doméstico o incluso trabajaron sin salario en empresas familiares, mientras sus maridos hacían fortuna.
En 2018, el Supremo ratificó una sentencia de la Audiencia de Zaragoza por la que una mujer cobraría 46.000 euros por 20 años de entrega al hogar. Esta había dejado su puesto de funcionaria para dedicar su vida al cuidado de las hijas, mientras el marido trabajaba en otra ciudad. En marzo, un juzgado de Málaga condenó a un empresario a pagar 204.624,86 euros a su ex mujer, en compensación por su trabajo en la casa y en la crianza de sus dos hijas. Eso sí: a estas mujeres domésticas, la pesadilla judicial que implica llegar a estas sentencias no se la quita nadie.