Quién fue Amparo Illana, la mujer de Adolfo Suárez que nunca quiso ser una figura pública: cómo hizo de la Moncloa un hogar y afrontó la enfermedad de su hija (y la suya propia)

Amparo Illana fue la mujer de Adolfo Suárez, el primer presidente de la democracia española.

Amparo Illana junto a su marido Adolfo Suárez / D.R.

Elena Castelló
Elena Castelló

En España no podemos hablar de Primeras Damas , solo de las mujeres de nuestros presidentes. El término Primera Dama designa a la mujer o cónyuge del presidente de una república o a quien cumple con sus funciones protocolarias en viajes o ceremonias oficiales. España es una Monarquía parlamentaria y nuestro jefe de Estado es el rey y quien desempeña ese papel representativo es la Reina, tal y como estipula la Constitución.

Algunas esposas de nuestros presidentes han sido más visibles que otras, pero, en general, han jugado un papel muy discreto en la vida institucional. En otros países, como Estados Unidos o Francia, las «primeras damas» tienen agenda propia y forman parte de la credibilidad del presidente.

Hacen política a su manera. Las mujeres de nuestros presidentes contribuyeron, en segundo plano, a cambiar algunas cosas y dejaron huella a su modo, pero en cuestiones más relacionadas con la vida privada. La primera fue Amparo Illana, la esposa de Adolfo Suárez, primer presidente de la democracia (1976).

Ella vivió junto a él la época de la Transición y fue la primera en habitar La Moncloa y en criar a una familia entre sus muros. En 1977 se decidió trasladar la sede de la jefatura del Ejecutivo del edificio que ocupaba en el paseo de la Castellana 3 a la carretera de La Coruña.

Amparo se encontró un edificio frío, decorado someramente con algunas piezas de Patrimonio Nacional y fue quien contribuyó a convertir aquel lugar desangelado en un hogar para su familia y para las siguientes que llegaran.

De origen vasco, aunque había nacido en Madrid, en 1934, durante la Segunda República, Amparo Illana era una mujer de talante muy discreto y muy religiosa, y con elegancia sobria en la que destacaba su gusto por las perlas y los sombreros, en momentos señalados.

Adolfo y Amparo el día de su boda.

Ella, hija de militar, y Adolfo Suárez, que había nacido en la localidad abulense de Cebreros, se habían conocido en Ávila, donde ella pasaba los veranos con su familia. Se casaron el 15 de julio de 1961 y tuvieron cinco hijos: Mariam, Adolfo, Laura, Sonsoles y Javier.

La presidencia de su marido rompió la monotonía burguesa de su familia, y la convirtió en la mujer del presidente del Gobierno, algo que a ella nunca le atrajo y que hubiera preferido no tener que hacer, pero siempre acompañó lealmente a su marido en la sombra.

Era culta, amante del arte, de la literatura y de la música. Estudió inglés en Irlanda y francés en un internado en Francia. Un ejemplo de su labor silenciosa es el premio «Romi Lachi», que significa «mujer buena», que le otorgó la Asociación Secretariado Pro-Gitano de Torrente (Valencia), «por su servicio eficaz y callado en favor de los gitanos».

Hogareña y centrada en su familia, siguió igual de discreta cuando su marido dejó La Moncloa, algo que fue un alivio para ella, según los que la conocían, después de unos meses muy duros. La familia se instaló en un chalé del barrio residencial madrileño de La Florida.

Adolfo y Amparo con sus 5 hijos. / ABC

Le encantaba hacer de guía en Ávila para sus amigos y siempre demostró su sencillez. Dicen que, en un viaje a París, mientras recorría las calles donde se exhibían las grandes casas de alta costura, comentó: «Esto no lo ganaría Adolfo en un año».

Su historia personal, como mujer y como madre, fue dura. A finales de 1992, detectaron a su hija Mariam, la mayor, y ojito derecho de Suárez, un cáncer de mama estando embarazada de su segundo hijo y le dieron pocos meses de vida. Tenía solo 29 años.

El tumor se extendió al hígado, al pulmón y al cerebro. Se cuenta que Amparo había rezado para que el cáncer desapareciera del organismo de su hija y pasara al de ella. Dos años después, Amparo fue víctima de la enfermedad. Fue intervenida, en septiembre de 1994, en la Clínica Universitaria de Navarra. Después de ello, Amparo y su marido se dedicaron el tiempo a viajar por España.

Cuatro años más tarde, en 1998, volvió a pasar por el quirófano en la misma clínica para realizarle un trasplante de células periféricas, una alternativa al trasplante de médula. Murió el 17 de mayo de 2001, a los 66 años, tras siete luchando contra la enfermedad.

Mariam falleció en 2004, tras escribir el libro «Diagnóstico cáncer», en el que relató sus vivencias luchando contra la enfermedad. Sus hermanas Sonsoles y Laura también pasaron la enfermedad, y afortunadamente sobrevivieron a ella. Tanto Adolfo Suárez como su mujer están enterrados en el claustro de la Catedral de Ávila.

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