DEPORTISTA Y EN PARO
DEPORTISTA Y EN PARO
Continúan los terremotos en la familia Urdangarin, un clan admirado por su discreción en su ciudad natal de Vitoria que, además, está demostrando no poca resiliencia. Unidos frente a las adversidades que ha tenido que enfrentar Iñaki, 'Txiqui' para los íntimos y ya ex pareja sentimental de la infanta Cristina, ahora han de apoyar a Mikel, el tercero de siete hermanos muy unidos.
No han sido unos meses fáciles para Claire Liebaert, la matriarca de un clan que en 2012 se despidió del progenitor, Juan María Urdangarin. Fue una pérdida muy lamentada, pues no solo era influyente sino enormemente apreciado por su talante y bondad. Hasta ahora ha apoyado y se ha dejado apoyar por Iñaki, que pasa varias noches a la semana en su casa. Ahora, Mikel (Vic, 1963) también es motivo de preocupación, lamentablemente.
Aunque la primogénita de los Urdangarin es Ana, directiva en Nestlé, casada con un empresario y con cinco hijos, y a esta le sigue Clara, profesora en la Universidad del País Vasco, el chico mayor de esta familia numerosa es Mikel y el único varón junto a Iñaki. Da la casualidad que Mikel, Clara e Iñaki están especialmente unidos.
Ambos comparten la pasión por el deporte, aunque Mikel posee un temperamento que no aflige a su hermano: es el único de los Urdangarin que dejó ver sus nervios frente a la prensa en lo peor del caso Nóos. Había una razón para este nerviosismo en plena persecución mediática a su hermano menor: su padre, Juan María, se vio involucrado en el caso por unos contratos que firmó a principios de los años 2000 con el Instituto.
Sea como fuere, la complicidad fraternal no se interrumpió en ningún momento y menos durante el encarcelamiento de Iñaki. Mikel fue, como hemos apuntado junto a su hermana Clara, uno de los mayores apoyos del ex de la infanta Cristina y le visitó frecuentemente en la prisión de Brieva.
Nacido en Cataluña, pero criado y educado en Vitoria, Mikel Urdangarin se convirtió en uno de los hermanos que más directamente se benefició de la envidiable posición de influencia que tenía su padre, durante muchos años presidente de la entidad bancaria Caja Vital y muy respetado en su ciudad de origen.
Aunque en algún momento se planteó inicar carrera política vinculado al Partido Nacionalista Vasco (PNV), prefirió aprovechar la oportunidad de colocarse como director del Club Deportivo Estadio, dependiente del banco que dirigía en aquellos momentos su padre. Aquí solía jugar al pádel la infanta Cristina cuando visitaba Vitoria.
Padre de tres hijos ya mayores (su primogénita, Arola, se casó en 2021), Mikel Urdangarin está casado con Fabiola Ferreira, monitora de pilates precisamente en el club que dirige. O, más bien, que dirigía, pues el hermano de Iñaki ha sido destituido de su cargo, un puesto que llevaba desempeñando desde 1997: 27 años al frente de una institución con más de 30.000 socios.
Será a finales de este mes cuado Mikel Urdangarin abandone el despacho de director de Estadio, una posición que le reportaba 118.000 euros anuales, más una cantidad indeterminada en bonus. La indemnización que recibirá el ex cuñado de la infanta es de 350.000 euros, según han asegurado a El Mundo fuentes cercanas al presidente de la Fundación Vital, Jon Urresti.
Parece que han sido diferencias de criterio de Mikel Urdangarin con Urresti, decidido a iniciar unas considerables obras de reforma en el centro deportivo de la Fundación Vital, las que han motivado el despido. Esta destitución, sin embargo, podría simbolizar también cierta desconexión del clan Urdangarin de las redes de influencia del nacionalismo vasco.
En los años 90, cuando la familia Urdangarin se contaba entre los clanes vitorianos más activos en el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Mikel Urdangarin pudo entrar en política como candidato a la alcaldía de Vitoria. Al final optó por no presentarse, cosa que se celebró posteriormente porque habría sido un obstáculo para la relación de Iñaki con la infanta Cristina. Quizá ahora pueda montar algún emprendimiento propio junto a su hermano. En Vitoria sería, sin duda, un éxito.