Alejandro Romanov cumple un año: su madre nos cuenta todos los detalles de la fiesta familiar en Roma

El 21 de octubre de 2022 nacía Alejandro Romanov, primer hijo de Jorge Romanov y Victoria Romanovna (Rebecca Bettarini de soltera), una noticia que, como correspondía, comunicaba oficialmente la Casa Imperial y que llenó a toda la familia de alegría. Llegaba al mundo un año después de la fastuosa boda del hijo de la Gran Duquesa María y la hija del embajador italiano Roberto Bettarini en San Petersburgo, el primer enlace real en más de un siglo en territorio ruso. Ahora se ha celebrado un cónclave familiar en Roma para festejar los primeros doce meses del pequeño, destinado a suceder a su abuela y a su padre al frente de la dinastía.

«Estuvimos todos juntos en familia. El niño estaba contento y le divertía todo. Aun así, en el primer cumpleaños no se puede hacer demasiado porque son tan pequeños que no se enteran de mucho, pero lo pasamos muy bien», nos comenta en conversación telefónica Victoria Romanovna, quien nos explica los motivos de la elección de Roma para esta celebración: «Nos hemos juntado allí por razones de logística familiar. Era el lugar más sencillo para todos, porque, por ejemplo, tengo a mi abuela de casi 100 años y no podía viajar. Siempre estamos entre Moscú, Dubai y Madrid. Para nosotros era muy importante reunir a todos, porque es algo que pasa una sola vez en la vida y, obviamente, no faltó la Gran Duquesa», nos cuenta.

«Tener a mi abuela, que le separan casi 99 años de mi hijo, es un privilegio, porque ni mi marido ni yo hemos tenido casi abuelos. En cambio nuestro hijo tiene cuatro y a su bisabuela. Esperemos que dure mucho», asegura Victoria Romanovna. «Todo lo que mi marido y yo tratamos de decir que no, los abuelos dicen que sí», añade con humor.

Jorge Romanov y Victoria Romanovna desean repetir la experiencia de ser padres, según nos confiesa la escritora: «Sí, tendremos que ampliar la familia. Nos encantaría. Ahora estamos centrados en nuestro hijo, pero cuando llegue el momento por supuesto que tendremos otros. Nos gustan las familias numerosas. Tanto su padre como yo somos hijos únicos, por lo que sufrimos de niños no tener a nadie con quien compartir los juegos».

A propósito de cómo ha vivido la maternidad y el nacimiento de su bebé, Victoria Romanovna destaca: «El cambio más grande fue a nivel psicológico. Los cambios más importantes se manifiestan en el día a día. Lo llevé bien. Muchas veces surgen problemas físicos o psicológicos después de la llegada de un hijo. En ocasiones aparecen depresiones o crisis familiares. Nosotros, gracias a Dios, no hemos pasado por nada de eso. Seguimos muy unidos y contentos. Yo no he tenido ningún problema de depresión posparto, pero es un tema al que deberíamos prestar más atención».

Y añade: «Es cierto que los primeros días experimentas esos cambios, como se te cae el mundo encima. Es un tema en el que igual no se presta mucha ayuda a las mujeres. Vivimos en sociedades en las que las familias son muy diferentes a lo que eran antes, porque la gente vivía junta y ya no. Hoy en día se trabaja y en muchas ocasiones no se puede contar con los abuelos por la distancia».

Victoria Romanovna apela a buscar mecanismos para facilitar este trance a los padres primerizos: «Dos personas que van a tener un niño por primera vez no tienen experiencia. Se debería buscar la manera de ayudar a las parejas jóvenes que van a ser padres y entender también que las mujeres pueden experimentar cambios psicológicos importantes. Ya solo por el cambio hormonal, que te hace sentir muy rara. Se debería enseñar a los hombres a cómo ayudar a estas mujeres porque no siempre se tiene detrás a la madre de la mamá para ayudarla».

En cuanto al sentimiento maternal destaca la importancia de la empatía hacia los niños: «Obviamente, yo soy la mamá de Alejandro y pienso que cuando eres madre podrías serlo de cincuenta niños. En el sentido de que psicológicamente si ves a un niño, lo que le pase te toca como si fuera el tuyo. Antes no era un tema al que le ponía interés. Los niños me gustaban, pero no había ese feeling de pensar que si hay un pequeño que está atravesando dificultades también es mi problema».

Victoria Romanovna también evalúa como padre a su marido, Jorge Romanov: «Es excelente. Además, en estas edades se juega mucho con los niños, es un poco como un juego. Gracias a Dios no hemos tenido ningún problema significativo, más allá de un par de fiebres, para que tuviéramos que estar preocupados. Intentamos tomar la paternidad y la maternidad con naturalidad y soltura, no nos estresamos especialmente. No hemos corrido ninguna vez al médico por la noche si el niño no había comido… En este sentido ayuda que está muy sano y no da ningún problema. El padre es un poco más ansioso porque creo que el hombre lo tiene menos controlado, porque no sabe muy bien cómo reaccionar. Una madre tiene una relación más física e instintiva con su hijo. Nuestro niño es un amor, ríe siempre, está contento. Dicen que ahora que empieza a caminar requerirá mucho más esfuerzo y atención».