entrevista exclusiva Rebecca Victoria Romanovna, mujer del gran duque Jorge de Rusia, nos cuenta cómo es la vida en la Familia Imperial (y cómo educan a su hijo y heredero)

La mujer de Jorge Románov y nuera de la gran duquesa de Rusia, María Vladimirovna, jefa de la Casa Imperial, vive a caballo entre Bruselas y Moscú y se dedica a actividades filantrópicas y a la escritura.

Jorge Románov y su esposa, Rebecca Victoria Romanovna. / imagen cedida

Juanra López
Juanra López

Desde que Rebecca Bettarini se casara el 1 de octubre en la catedral de San Isaac de San Petesburgo con Jorge Románov , quien ha sido su pareja durante una década, la hija del embajador italiano Roberto Bettarini y Carla Virginia Cacciatore ha visto transformarse su vida por completo. Aunque si ha habido un acontecimiento disruptivo, ha sido el nacimiento el pasado 21 de octubre de su primer hijo, Alexander, que ahora tiene cinco meses.

« La maternidad trasforma más que el matrimonio. Es algo totalmente nuevo. Casarnos no ha cambiado las cosas porque llevábamos viviendo juntos muchos años. Por el contrario, nuestro hijo ha modificado nuestro día a día. Estamos todos encantados. El niño ha tenido mucha suerte porque tiene a su cuatro abuelos y hasta mi bisabuela está viva. Es algo que no disfrutamos mi marido y yo, que solo tuvimos dos. Es una gran alegría», dice en un perfecto español casi sin acento y una gramática impecable Rebecca Victoria Romanovna.

Han cambiado mucho las circunstancias desde que contrajeron matrimonio Jorge Románov y Rebecca Victoria Bettarini (Romanovna de casada), la primera boda en un siglo de los Románov desde la caída de los zares. En este gran evento se dieron cita un ramillete de miembros del Gotha entre los que se encontraban Siméon de Bulgaria, Manuel Filiberto de Saboya o Leka de Albania. Todavía en plena pandemia y con las pertinentes medidas de seguridad, no se había producido aún el estallido bélico entre Ucrania y Rusia , que ha transformado las alianzas geopolíticas mundiales y cuyo desenlace es incierto.

Jorge Románov y su esposa, Rebecca Victoria Romanovna, con su hijo.

Los Románov no intervienen en política, han declarado el gran duque Jorge y su mujer, y este es un asunto que dejamos fuera de nuestro radar para centrarnos en su vida personal. El matrimonio ha regresado a la capital de Bélgica, donde se conocieron en una fiesta de la embajada de Francia, pero también tienen puesto un pie en Rusia, donde pasan largas temporadas.

La vida entre Moscú y Bruselas de los nuevos Románov

«Ahora hemos decidido repartir nuestro tiempo entre Europa y Rusia, porque obviamente es mucho más difícil viajar por la situación actual. Muchas de las transacciones que podríamos hacer están ahora bloqueados. En la actualidad pasamos seis meses en Bruselas y seis allí. En el fondo, ese era el plan desde el principio. Cuando llegó el Covid nos quedamos una temporada fija en Rusia y ahora, desde Bruselas, seguimos también trabajando en nuestra fundación», nos cuenta.

«Yo estoy muy centrada en las fundaciones. Trabajo mucho, pero en remoto. Mi marido tiene sus viajes, a veces falta unos días, pero tenemos la gran suerte de poder estar mucho con el bebé, mucho más que otra gente a la que le pasaba lo que a nosotros antes, que no pisábamos por casa desde las ocho de la mañana a las ocho de la noche. Con la llegada del teletrabajo han cambiado mucho las cosas, la gente viaja menos. Se ha entendido que se puede trabajar de otra forma más compatible con la familia», explica.

La Fundación Imperial, en la que ambos trabajaron codo con codo desde los inicios, nació con dos líneas de trabajo, la búsqueda de tratamientos eficaces para conseguir la cura del cáncer y proyectos para el desarrollo. Entre sus labores actuales, una de las prioritarias es ayudar a la infancia más desfavorecida, además de dar a conocer el legado familiar.

Jorge Románov y su esposa, Rebecca Victoria Romanovna. / IMAGEN CEDIDA POR LA PAREJA

«Nosotros ayudamos allá donde haya problemas. No hacemos política y ayudamos a las personas que están en una mala situación. Contribuimos dando de comer a un millón y medio de personas al año. La nuestra es una fundación de banco de alimentos, la más grande del país. La semana pasada hicimos un evento en París para recaudar fondos destinados a los niños víctimas del conflicto entre Rusia y Ucrania», nos desvela.

Y añade: «Para este evento hemos trabajado con la Orden de Malta, que es una organización benéfica que tiene sedes en todo el mundo, y a la que se ha destinado todo lo recaudado. Además, tienen unos programas excelentes para los niños que están en una situación complicada. La hacemos cada año. No pensamos que sea bueno categorizar a las personas o a los niños. No se mira el pasaporte ni la religión, no se discrimina».

Así están criando a su hijo Jorge y Rebecca de Rusia

Rebecca Victoria, que se convirtió a la religión ortodoxa para casarse con el gran duque Jorge Románov, tiene muy claros los valores que quieren inculcarle a su hijo Alexander, a quien bautizaron en la catedral de Cristo Salvador de Moscú el pasado 6 de diciembre. También lo importante que debe ser la familia para él.

Jorge Románov y su esposa, Rebecca Victoria Romanovna, con su hijo el día de su bautizo. / IMAGEN CEDIDA POR LA FAMILIA

«Alexander es el primer hijo para nosotros y el primer nieto para todos. La gran duquesa María le dedica mucho tiempo a su nieto. Aunque ahora mismo no está físicamente, nos comunicamos a través de FaceTime. El niño ya la reconoce y es una inmensa alegría. Hemos pasado mucho tiempo también con el padre de Jorge, el príncipe Francisco Guillermo de Prusia».

Darle un hermano entra ya entre sus planes: «Estamos intentando que nuestro primer hijo viva con la más absoluta normalidad y que tenga una familia amplia. ¡Esperemos que lleguen más! Ahora vamos a intentar tener un segundo hijo, porque nos encantaría. Con calma, pero lo vamos a hacer», nos confiesa.

Respecto a los parecidos físicos del niño, nos comenta: «Le veo una gran mezcla. Hay cosas que reconozco de la familia y del padre. Está muy definido, se notan las semejanzas. Tiene mis ojos, mis orejas, y la nariz y el ombligo de su padre, que son idénticos. La cara irá cambiando lógicamente, pero hay rasgos que ya se notan mucho».

Crianza a la antigua, tradición y educación políglota

A propósito de su carácter, comenta: «Es un niño muy tranquilo, porque tanto su padre como yo lo somos. Siempre está con nosotros. No tiene que experimentar el trauma de quedarse con gente que no conoce. Le estamos criando de una manera muy a la antigua. Lo cuidamos mucho nosotros y eso influirá positivamente. Es un niño que no llora, pero tiene muy claras las cosas, sabe lo que le gusta y lo que no».

En un hogar que es como la Torre de Babel, resulta lógico preguntarse a qué idiomas les darán prioridad: « Le estamos hablando en todos los idiomas a la vez porque nos lo aconsejaron. El niño oye seis distintos en casa. Vamos a ver lo que sale de ahí. La familia de mi marido siempre ha sido muy internacional y entre otros se hablaba francés, que siempre ha sido el idioma de referencia de las familias nobles. Mi marido habla seis idiomas perfectamente desde su infancia y no le veo trastornado».

Jorge Románov y su esposa, Rebecca Victoria Romanovna, con su hijo en brazos. / IMAGEN CEDIDA POR LA PAREJA

Otro aspecto importante es cómo educarán a su hijo en relación con la dinastía a la que pertenece: « Es importante que conozcas tus orígenes, sean los que sean, porque te ayudan a entender tu presente y son tu equipaje cultural. Ya vendrá. Tiene cinco meses. Queremos que tenga un desarrollo normal como los demás niños, que sea feliz. De momento, lo importante es que coma, que duerma… Ya tendrá tiempo de conocer su historia y ya se la explicaremos adaptada a unos códigos propios para su edad».

Sobre la conciliación familiar y el reparto de tareas de crianza del bebé, Victoria Rebecca muestra una gran serenidad: «Cada uno se tiene que sentir cómodo con lo que está haciendo. No forzamos a nadie a que haga algo que no sabe o no quiere hacer. Yo hago un poco más que los demás, pero es normal porque entiendo más fácilmente lo que quiere mi hijo. A los hombres les cuesta más. Cada uno es útil a su manera. El padre hace cosas que yo no puedo, por ejemplo, subirle por las escaleras, porque pesa mucho para mí, pero no estamos mirando el reloj para ver cuánto tiempo le dedica cada uno. Somos muy prácticos».

En su nueva familia también desempeñan un rol muy importante sus mascotas: «Gracias a Dios tenemos a la familia cerca y nos ayudan. Estamos agradecidos de que nuestro niño tenga tanto amor familiar. Tenemos además tres perros y un loro. Es importante que se acostumbre a tener animales alrededor porque servirá para su educación y para que adquiera unos valores de compromiso con el planeta».

Rebecca Victoria Romanovna. Foto: imagen cedidapor Rebecca Romanovna.

Por último le preguntamos sobre su faceta como escritora. Ha publicado los libros 'La Dea Della Bellezza' y 'Aristocrazy', bajo el pseudónimo de Georgina Perosch, y pretende seguir abriéndose camino en el mundo literario: «Estoy escribiendo dos novelas. Durante el embarazo no estaba como para escribir y tuve que parar. Ahora tengo dos que van por la mitad. Creo que las acabaré pronto.»

Sin duda, su propia vida daría para una novela. Quizás algún día se anime a dedicarse a la autoficción… Es una sugerencia.

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