Sabemos cómo se llevan (de verdad) Alexandra de Hannover y sus hermanastros Andrea, Pierre y Carlota Casiraghi

En teoría, Alexandra de Hannover ha estado dividida entre su familia alemana y sus hermanastros Casiraghi. En la práctica, hace tiempo que decidió que sus favoritos estaban en Mónaco.

Alexandra de Hannover y su hermana favorita, Carlota de Mónaco, en una reciente aparición de la familia Casiraghi con ocasión del Gran Premio de Fórmula 1 del Principado. / gtres

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Alexandra de Hannover lleva camino de convertirse en la estrella tapada de la familia real monegasca, y no solo porque se insista en que es la hija favorita de Carolina de Mónaco . Lo cierto es que la biografía de la joven no puede ser más controvertida, razón por la cual su madre ha intentado protegerla por todos los medios posibles de la atención mediática. Lo ha conseguido solo a medias. Era imposible que no le salpicara la vida de escándalo de su cada vez más lejano padre, Ernesto de Hannover .

Aunque su más tierna infancia fue de cuento de hadas alemán, Alexandra de Hannover (22 años) supo desde muy pequeña que su padre no era como el de las demás niñas. Los escándalos con foto viral y a toda página comenzaron enseguida: orinando en el pabellón turco de la Expo de Hannover en 2000 o peleándose con la policía, como sucedió en Grünau im Almtal, en el norte de Austria, en 2020. Alexandra tenía seis años cuando su padre cayó en un coma debido a una pancreatitis ocasionado por el alcohol, algo que volvió a ocurrir cuando tenía 12. A partir de ahí todo ha ido cuesta abajo.

Punto y aparte merece la guerra judicial que Ernesto de Hannover ha mantenido con su hijo mayor, Ernesto Augusto Jr., al que convirtió en heredero en 2005. El conflicto por las propiedades de los Hannover no solo originó un nuevo escándalo en los medios de comunicación, sino que reforzó el celo con el que Carolina de Mónaco quiso proteger a su hija de la avalancha de publicaciones sobre la familia paterna de Alexandra.

Por qué Alexandra de Hannover es la hija favorita de Carolina de Mónaco

Aunque el rostro de Alexandra de Hannover no puede desmentir su herencia alemana, su corazón es cien por cien Grimaldi. Tiene sentido, ya que ha vivido toda su vida bajo la protección de su madre, Carolina, y las visitas de su padre en los últimos años de su adolescencia fueron disminuyendo conforme se complicaba su vida.

Vídeo. Quién es quién en la familia Casiraghi / mujerhoy

La influencia de Carolina de Mónaco sobre su hija es innegable, y no solo porque al fin haya logrado proyectar en ella sus deseos de realeza y rancio abolengo. Carlota Casiraghi, su inmediata sucesora, vivió una etapa rebelde similar a la que la propia Carolina experimentó a pesar de su sufridora madre, la princesa Grace. Alexandra, sin embargo, ha seguido sus consejos al pie de la letra.

Carolina de Mónaco y sus hijas, Carlota y Alexandra, en un concurso hípico y en compañía de sus respectivas parejas, Dimitri Hassam y Ben-Sylvester Strautman. / GTRES

Ni un solo escándalo ha podido empañarla vida de la joven, decidida en su adolescencia a triunfar como patinadora profesional y ganadora de varias competiciones. El deporte distrajo las tentaciones de rebeldía y, cuando su madre así se lo indicó, lo dejó para centrarse en sus estudios. No se puede ser una hija más obediente.

En el terreno sentimental, Alexandra de Hannover tampoco ha dado nada de qué hablar a los medios de comunicación, pues mantienen desde hace años una relación más que estable con Ben-Sylvester Strautman, hijo único de una millonaria familia de la Baja Sajonia, pero afincada en Mónaco. El altísimo novio de la heredera Hannover es DJ aficionado, pero no han trascendido fotos suyas más allá de la playa, el balcón de palacio o los actos oficiales. Son intachables.

Toda esta apariencia de perfección tiene mucho que ver con la inteligentísima envolvente con la que Carolina de Mónaco protegió a su hija pequeña, criada y educada como si fuera una Casiraghi más. Allí donde están Andrea, Carlota y Pierre existe un sitio para Alexandra, que más que hermanastra es hermana. La relación con ellos y sus respectivas parejas es más que estrecha.

La complicidad entre Alexandra, Pierre, Andrea y Carlota es lógica, y se extiende a Beatrice Borromeo y Tatiana Santo Domingo: para todos, la princesa de Hannover es una más del clan Casiraghi. Si en su niñez ocupó su sitio en el balcón de palacio desde el que los Grimaldi celebran las fechas señaladas en Mónaco, ahora protagoniza como una Casiraghi más el posado del Baile de la Rosa, del Gran Premio de Fórmula Uno o del desfile de Dior.

Sin embargo, es inevitable que Alexandra tenga su hermana favorita, y esa es Carlota Casiraghi. La una es presencia constante en los momentos más importantes de la vida de la otra, y no solo en bodas y bautizos. Alexandra ha apoyado desde el minuto uno los eventos relacionados con la filosofía que ha organizado su hermana, como los Encuentros Filosóficos de Mónaco.

Asistimos, en esta línea familiar que empieza en Carolina y termina en Alexandra, en un efecto contagio de intereses y aficiones que pasa de la madre a sus hijas. Tanto Carlota como Alexandra siguen los pasos de la hija de Rainiero y Grace sin salirse de su renglón. Las dos son apasionadas de la moda, como lo es Carolina. Las dos se formaron en filosofía, Carlota como su madre en la Sorbona y Alexandra, en Nueva York. Una es la heredera de Carolina y la pequeña, una versión corregida y mejorada. De momento.