La princesa Charlène de Mónaco y Andrea Casiraghi durante una competición de Fórmula 1 /
2021 fue el annus horribilis de la princesa Charlène de Mónaco : 365 días plagados de rumores, enfermedad y, de guinda, un misterioso ingreso hospitalario. Por eso su rentrée en los actos oficiales monegascos en 2022 puede ser considerada su mayor éxito como princesa. Una recuperación en la que ha contado con un aliado inesperado: Andrea Casiraghi, el primogénito de su supuesta «enemiga» en la corte monegasca, la princesa Carolina de Mónaco .
Cuando Andrea Casiraghi y Charlène de Mónaco se conocieron, allá por el año 2000, el hijo juerguista e ibicenco de Carolina de Mónaco apenas contaba con 16 años. Para más inri, era el heredero designado del trono monegasco hasta que su tío tuviera descendencia, pero por aquellas fechas andrea parecía mucho más interesado en ser pillado por los paparazzis en las playas de media Europa que en las responsabilidades de palacio.
El recibimiento que en aquellas fechas recibió Charlène al llegar a Mónaco no pudo ser más cálido. La princesa Estefanía y la propia Carolina se convirtieron en sus guías por las intrincadas normas de protocolo monegasco (no olvidemos que la actual princesa consorte ni siquiera hablaba francés).
Durante el noviazgo de Alberto y su actual esposa era fácil que las cámaras captaran a Charlène sonriente y enamorada compartiendo copas, cenas e incluso bailes con la mujer que ahora todo el mundo señala como su principal oponente en Mónaco, la princesa Carolina de Hannover.
Pero de todos los Grimaldi que habitan en La Roca los varones Casiraghi fueron los que acogieron a su «tía» sudafricana con mayor entusiasmo. Mientras Pierre optaba por un discreto segundo plano, a lo largo de los más de 10 años que Charlène lleva Mónaco ha sido sencillo comprobar la buena sintonía que la ex nadadora olímpica tenía con su sobrino político Andrea Casiraghi.
A diferencia de otros actos privados de los Grimaldi de los que Charlène ha decidido prescindir, se sabe que, en cambio, sí estuvo presente en la fiesta pre boda de Andrea Casiraghi con Tatiana Santo Domingo. Esa buena sintonía del pasado aún hoy se mantiene y fue evidente cuando Charlène retomó su agenda pública en el torneo de Fórmula 1 de este año: solo en su charla con Andrea a pie de pista Charlène consiguió relajarse y sonreír.
Parece que por mucho que le pese a su madre para Andrea Casiraghi que su tío se casara y Charlène y esta le diera un heredero fue todo un alivio. El marido de Tatiana Santo Domingo tenía más interés en contribuir a los negocios familiares y gestionar su rico patrimonio en la sombra antes que en convertirse en el regente del principado más caro de Europa.
Parece que fue esa buena relación que siempre ha existido entre Andrea y Charlène la que propició que, según un portal de cotilleo francés, en enero de este año Andrea Casiraghi cumpliera una misión «secreta» a petición de su tío: que cuidara de la princesa Charlène en Suiza.
Dicho y hecho, el hijo mayor de Carolina de Mónaco fue visto con su Porsche Cayenne en Küsnacht, a 20 minutos de Zúrich, la ciudad donde se encontraba la clínica en la que Charlène se recuperaba en secreto de su «cansancio mental extremo». Algunos portales de cotilleos galos afirmaban que incluso había acudido a visitar a su tía y chequear su evolución acompañado de los pequeños Jacques y Gabriella.
En aquellas fechas era la víspera de San Devota, una de las fiestas más importantes del calendario royal monegasco y una de las apariciones inexcusables de la familia principesca ante su pueblo. Y por esta visita, precisamente, comenzaron los rumores acerca del regreso inminente de la princesa a la corte monegasca, pero dicho regreso aún se hizo esperar.
Vídeo. Andrea Casiraghi: de hijo fiestero de Carolina de Mónaco a ejemplar padre de familia
Un mes más tarde el gossip galo volvió a barajar una nueva visita de Andrea a Charlène. En esta ocasión los tabloides franceses afirmaban que Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo, que habían sido fotografiados en St. Moritz, habían aprovechado sus vacaciones invernales para acudir a la clínica en la que la princesa se encontraba ingresada y que estaba a apenas a una hora en coche de su hotel.
Si todos los rumores son ciertos Andrea Casiraghi habría tenido un papel importante como apoyo de Charlène durante toda su convalecencia. No nos extraña que cada vez que lo ve, la princesa le dedique la mejor de sus sonrisas.
20 de enero-18 de febrero
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