La infanta Margarita y Carlos Zurita, la desastrosa boda que dio como fruto el matrimonio más exitoso de los Borbones

Al contrario que sus sobrinas Cristina y Elena, la infanta Margarita ha vivido uno de los matrimonios más felices de los Borbones (aunque su boda fue un desastre).

Imagen al completo de la familia real española en la boda de la infanta Margarita y Carlos Zurita. / getty images

Silvia Vivas
Silvia Vivas

Cinco décadas llevan juntos Carlos Zurita y la infanta Margarita , los padres de Alfonso Zurita y la mucho más conocida María Zurita , la prima de Felipe VI que lo mismo habla con el emérito por teléfono a diario que alaba públicamente a la reina Letizia.

La boda (y enamoramiento) de Margot (como llaman en casa a la infanta Margarita) fue una sorpresa para su propia familia. Nadie se esperaba que la hija ciega de los condes de Barcelona pudiera aspirar a ser la protagonista del matrimonio más exitoso de los Borbones en los últimos tiempos: 50 años llevan juntos la infanta y su marido.

Tanto era el prejuicio que el padre del rey Juan Carlos tenía sobre las posibilidades maritales de su hija que al principio llegó a dudar de las intenciones de su pretendiente, un joven cardiólogo, hijo a su vez de médico, de origen plebeyo pero de buena familia y con todo el futuro por delante.

Pero mientras los demás sospechaban, los novios se confesaban su amor y hacían planes de futuro en cartas escritas en Braille (que el doctor Carlos Zurita aprendió para comunicarse con la infanta). Juntos acabaron protagonizando una boda modesta en el exilio portugués de la familia real española que unió a dos personas que se querían frente a unos testigos que se peleaban entre ellos.

Quiénes se pelearon en la boda de la infanta Margarita y Carlos Zurita

Carlos Zurita y Margarita de Borbón y Borbón se casaron el 12 de octubre de 1972 en Estoril en una ceremonia discreta en presupuesto, pero rica en anecdotario. Para empezar, hubo desacuerdos sobre quién debía figurar y quién no en la escueta lista de 200 invitados.

El enfrentamiento de don Juan vivía con Franco y con su propio hijo, el entonces príncipe Juan Carlos, se encontraba en uno de sus momentos álgidos. Por pura torpeza o desconocimiento de las complejas relaciones que manejaba la familia de su futura esposa con quien gobernaba en España, Carlos Zurita cometió la torpeza de invitar a uno de sus amigos a su boda. Y se lió.

El invitado de la discordia era ni más ni menos que Carlos Martínez Bordiú, marqués de Villaverde, marido de Carmen Franco y apodado el «yernísimo» por su cercanía con su suegro, Franco. Cuando don Juan se enteró de esta invitación obligó a Carlos Zurita a rectificar y «desinvitar» al marqués para su vergüenza.

Al otro personaje disruptivo del enlace, don Juan Carlos de Borbón, obviamente, no había forma de «desinvitarle» de la boda de su propia hermana pequeña, por lo que acudió puntual a la cita en Estoril junto a su esposa doña Sofía, sus hijas las i nfantas Elena y Cristina y el futuro príncipe de Asturias, Felipe.

De hecho, la infanta Elena sería la encargada de llevar las arras hasta el altar el día de la boda y, de paso, de abrir la puerta a las personalidades que acudían a Villa Giralda a presentar sus respetos al conde de Barcelona con motivo de la boda de su hija.

El anuncio del compromiso, en enero de ese mismo año, había pillado a los entonces príncipes de España de viaje por Japón, pero nadie podía impedir que acudieran en octubre a la ceremonia en la pequeña iglesia de San Antonio en Estoril, ni siquiera el hecho de que por aquella época don Juan y su hijo pelearan a menudo.

Relata Pilar Eyre que eso mismo fue lo ocurrió el día de la boda de Margot, la ceremonia estuvo aderezada por una buena bronca entre don Juan Carlos y su padre. Ambos se negaban a posar juntos en las fotos y lo hicieron, finalmente, porque les obligó la matriarca de la familia, la condesa de Barcelona.

Carlos Zurita y la infanta Margarita el día de su boda / getty images

Donde no pudo mediar María de las Mercedes fue en la colocación de los invitados en el banquete, algo que decidió su marido haciendo un desplante más a su hijo y alejando a los príncipes de España de la mesa presidencial. Consiguió lo que buscaba y finalmente Juan Carlos y Sofía abandonaron la boda sin despedirse de nadie.

Cómo fue la boda de la infanta Margarita y Carlos Zurita

La boda sin grandes pretensiones de la infanta comenzó con una recepción el día anterior en el jardín de Villa Giralda para todos aquellos que demostraran que eran españoles. La anécdota de la jornada se produjo cuando la infanta le pidió un acordeón a uno de los tres tunos que habían acudido a rondarla y tocó para todos ante el pasmo del público.

Las expectativas de los que deseaban gossip royal mejoraron al día siguiente cuando se acercaron a la pequeña iglesia donde tuvo lugar la ceremonia. Entre los invitados había nombres ilustres y mucho monarca exiliado como era el caso del rey Humberto II de Italia (conocido como «el rey de mayo» porque sólo reinó 33 días) y su hermana Juana, la última zarina de Bulgaria.

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También acudieron la condesa de París, los duques de Braganza, el infante don Alfonso y el presidente de Portugal, Américo Thomas, que tuvo además el privilegio de sentarse con los novios en el banquete (un placer que le fue vetado a don Juan Carlos).

Por lo demás la boda fue sencilla y a pesar del ruido que generó la discordia a su alrededor, la protagonista absoluta fue la novia que se casó vestida con un diseño blanquísimo realizado en crepe de seda diseñado por Linka Babesca y absolutamente ninguna joya familiar.

La infanta Margarita no quiso adornarse el día de su boda con los símbolos de la realeza a la que había renunciado felizmente al casarse con un plebeyo y tras los arreglos de velo que le hizo su padre y los abrazos del banquete partió con su esposo a América, donde comenzaría su nueva vida.