La verdadera relación de la reina Sofía con sus cuñadas, las infantas Pilar y Margarita y su suegra, María de las Mercedes: soledad, desprecio, celos y reconciliación

La proclamación del rey Juan Carlos I y la renuncia a los derechos dinásticos de su padre, el conde de Barcelona, hicieron que los primeros años de relación entre doña Sofía y sus cuñadas fuera tensa y complicada. Pero, poco a poco, la reconciliación fue posible.

La reina Sofía y la infanta Margarita comparten confidencias./gtres

La reina Sofía y la infanta Margarita comparten confidencias. / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

La Reina Sofía conoció a sus cuñadas mucho antes de que lo fueran. Las tres pertenecían a la misma generación de la realeza y al mismo círculo y coincidieron en numerosas celebraciones familiares. Con doña Pilar, no hubo empatía al principio, pero con la Infanta Margarita fue instantánea. Ciega de nacimiento, sabía ganarse la amistad de los que la conocían por su espontaneidad y su sencillez. Sin embargo, cuando las tres ya eran familia, las cosas se complicaron .

El 22 de julio de 1969, el dictador Francisco Franco nombró a Don Juan Carlos de Borbón como su sucesor en la Jefatura del Estado y marcó un punto de inflexión en la historia de España, pero también en las relaciones de la familia Borbón.

El Conde de Barcelona era el Jefe de la Casa Real Española desde 1941, cuando muere el Rey Alfonso XIII, en el exilio, y no estaba dispuesto a renunciar a sus derechos dinásticos a favor de su hijo. Esto creó un conflicto que destrozó las relaciones familiares : padre e hijo representaban, a pesar suyo, intereses opuestos y quienes les rodeaban se veían obligados a tomar partido.

Así es como Don Juan Carlos se quedó solo, con el único apoyo de su esposa, la entonces princesa Sofía. Su madre y sus hermanas habían decidido mantenerse fieles a Don Juan . Las infantas Pilar y Margarita residían en Madrid tras casarse, la primera en 1967 y la segunda, en 1972, pero apenas tenían contacto con su hermano. Los príncipes de España habían puesto en marcha también un «cordón sanitario» para cuidar al máximo sus relaciones evitando que Franco cambiase de idea sobre su sucesión.

Por todas estas razones, la relación entre la joven princesa y sus cuñadas era fría y distante. «Ellas veían a Juanito como un usurpador«, según la periodista Pilar Eyre. En 1975, la Infanta Pilar y la Infanta Margarita acudieron a la proclamación de su hermano como Rey de España, tras haberlo consultado con el Conde de Barcelona y obtener su consentimiento: «Acudid y así luego me contáis cómo ha ido», les dijo.

El desencuentro familiar llegó a su fin el 14 de mayo de 1977 con la renuncia de Don Juan a sus derechos dinásticos a favor de su hijo tras años de negativas. Estuvieron presentes todos los miembros de la familia real española. Con el abrazo entre padre e hijo se puso fin al conflicto dinástico y se inició la reconciliación familiar. Sin embargo, según cuenta Pilar Eyre, el perdón no implica el olvido y «doña Sofía nunca olvidó aquellos desprecios de sus cuñadas», en los primeros años.

La relación con su suegra, doña María de las Mercedes , tampoco fue fácil. Mientras era novia de Juan Carlos, las dos mujeres apenas se vieron un par de veces en Estoril, donde vivía la familia real en el exilio. Su situación, como posibles futuras reinas de España era muy complicada, pero, además, eran de temperamento opuesto.

En la boda de don Juan Carlos y doña Sofía en Atenas, doña María de las Mercedes se sintió apartada. La reina Federica, que se había hecho cargo de todos los preparativos, había olvidado organizar el viaje a Atenas de Don Juan, doña María y sus hijas y la madre del rey tuvo que viajar con las dos infantas en un vuelo regular, mientras Don Juan llegó a bordo de su velero El Saltillo. Una vez en Atenas, nadie le hizo mucho caso.

Había un elemento que complicaba todavía más la relación entre doña María y la princesa Sofía. Se habían conocido en un momento triste y muy difícil para la futura suegra. Cinco años antes de que los futuros reyes de España se conocieran en la boda de los Duques de Kent, en Londres, había muerto, en 1955, el hijo pequeño de don Juan y doña María de las Mercedes, el infante Alfonso de Borbón, de 15 años, por un disparo accidental de don Juan Carlos. La tragedia destrozó a la familia.

María de las Mercedes de Borbón no lo había superado, y trataba de salir adelante con ayuda del alcohol. Estoril era un lugar triste y a doña Sofía nunca le gustó. Le dio la impresión de que sus suegros vivían muy aislados de los portugueses y del resto del mundo. Fue ella quien le dijo a su marido que no le gustaba la idea de pasar temporadas en una casa cercana a sus suegros.

La relación entre las cuñadas, sin embargo, fue evolucionando con los años, sobre todo con Doña Pilar. Aunque los roces continuaron durante un tiempo. Doña Pilar era una mujer de maneras bruscas, cuya única afición era la hípica, mientras que la Reina Sofía había sido educada en un palacio, y adoraba el arte y la música.

La reina Sofía y la infanta Pilar pasean cómplices. Foto: GTRES

Durante la boda de la Infanta con Luis Gómez-Acebo, en 1967, Juan Carlos y Sofía se sintieron ninguneados. En el banquete les sentaron en una mesa con invitados que no estaban a su nivel. Además, a Doña Sofía le irritaba sobremanera que Doña Pilar se presentará en La Zarzuela sin avisar, y hubiera querido que llamara antes de aparecer, mientras doña Pilar consideraba que no tenía por qué anunciarse para presentarse en casa de su hermano. Entonces doña Sofía pedía que avisaran a doña Pilar de que no podría recibirla. Ninguna dio su brazo a torcer, pero acabaron entendiéndose.

Marivent también fue objeto de tensiones. La familia «griega» navegaba a bordo del Fortuna, mientras doña Pilar y su familia se mantenían alejados, en la casa que también habían comprado en Mallorca, en Calviá. Sin embargo, poco antes de su muerte en los primeros días de 2020, la Infanta Pilar concedió la que sería su última entrevista a la periodista Carmen Duerto.

En ella, dijo de la Reina Sofía: «La quiero y la aprecio muchísimo. Ella ha aguantado mucho y es una magnífica mujer. Ustedes [los periodistas] se han inventado la rivalidad. Discutir hemos discutido muchísimo, pero nunca nos hemos llevado mal». Doña Sofía apoyó siempre a la infanta en su proyecto de El Rastrillo y la visitó constantemente durante su enfermedad.

La reina Sofía junto a la infanta Margarita en un acto institucional. / gtres

A Doña Margarita le unió, desde el principio, el amor por la música. De hecho, en los primeros años de reinado, los Duques de Soria iban con frecuencia a La Zarzuela y se dice que se quedaban charlando con Doña Sofía durante horas. Las dos estudiaron Puericultura y la ejercieron en su juventud. Tiene una relación cariñosa y cercana.