Boda el 9 de septiembre
Boda el 9 de septiembre
Los problemas matrimoniales parecen ser una constante en la familia Orléans, dinastía que aspira al trono de Francia. El anuncio del compromiso matrimonial de Carlos Felipe de Orléans, duque de Anjou, con la monegasca Naomi-Valeska Kern, de 42 años, viuda del diseñador Otto Kern, campeona de tiro y modelo y diseñadora (la pareja se casa este 9 de septiembre), volvió a poner sobre la mesa la distancia que existe entre el amor y las reglas que rigen en la dinastía.
El actual jefe de la Casa, Juan de Orléans, conde de París, emitió un comunicado en el que aseguraba que la Casa de Orléans se rige por los mandatos de la Iglesia Católica y que todos los matrimonios de la familia deben ser aprobados por él, algo que no ha ocurrido en este caso.
Carlos Felipe estuvo casado con Diana Alvares Pereira de Melo, duquesa de Cadaval. La ceremonia se celebró en la catedral de Évora en 2008 y tienen una hija en común, la princesa Isabella, nacida en 2012. La separación fue muy discreta y el divorcio de ambos fue anunciado en diciembre de 2022. A ojos de los aspirantes al trono francés, en el caso de una muy improbable restauración de la institución, Carlos Felipe, de 50 años, sigue casado con la princesa Diana de Orléans, que no perderá sus títulos y seguirá siendo duquesa de Anjou. Podrá seguir utilizando incluso los escudos de la Casa.
Naomi y Carlos Felipe se conocían desde hacía tiempo, pero se reencontraron en la primavera de 2022 en Mónaco, en un acto de la Fundación Alberto II, y oficializaron su noviazgo asistiendo juntos al Baile de la Rosa del pasado mes de abril. Al no estar anulado el matrimonio del príncipe, se casarán por lo civil este otoño. En una entrevista con la revista Point de Vue, la pareja se mostró profundamente enamorada y con la intención de fundar una familia.
Carlos Felipe es primo hermano del actual conde de París, Juan de Orléans. Su padre era el conde de Evreux, Miguel de Orléans, hermano del anterior conde, Enrique. El matrimonio de sus padres también estuvo envuelto en polémica. Miguel de Orléans se casó con Beatrice Pasquier Franclieu –muy conocida en España como Béatrice de Orléans– en Casablanca, en una ceremonia que no contaba con el consentimiento de su padre, el conde de París.
Beatriz de Orléans con su hijo Carlos Felipe y su primera mujer, Diana Alvares Pereira de Melo. /
Béatrice era hija del barón Bruno Pasquier Franclieu, y se consideró que no estaba a la altura de un matrimonio con los Orléans, por lo que no recibió la consideración de un matrimonio dinástico. La pareja tuvo cuatro hijos: Clotilde, Adelaida, Carlos Felipe y Francisco Carlos. Se divorciaron en 1994, pero en 1999 Enrique de Orléans, el nuevo conde de París y hermano de Miguel, reconoció a su esposa y a sus hijos como miembros de la Casa Real. Carlos Felipe recibió entonces el título de duque de Anjou. Miguel de Orléans volvió a casarse en 2017, en una ceremonia civil con Bárbara de Posch-Pastor.
Pero este desacuerdo matrimonial que duró años no es el único en el seno de la casa de Orléans, donde el divorcio es algo frecuente, a pesar de las rígidas reglas dinásticas. La biografía del actual conde de París, Juan de Orléans, que hoy no reconoce el matrimonio de su primo, esconde también un enlace polémico.
Enrique de Orléans, su padre, perdió sus derechos dinásticos como heredero en 1984 al separarse de su primera esposa, la princesa María Teresa de Wurtemberg, madre de Juan de Orléans, actual jefe de la Casa, tras 27 años de matrimonio y cinco hijos en común. Después contrajo matrimonio con Micaela Cousiño Quiñones de León. El mismo día de la boda civil supo que su padre, Enrique de Orléans, también divorciado, le había despojado del título de Delfin de Francia y había traspasado todos sus derechos como primogénito a su hijo mayor, Juan.
En 2009 la pareja se casó por la Iglesia. Un matrimonio que ninguno de los hijos de Enrique aprobó. Pero en 1991, el patriarca recapacitó, restableció los títulos de su hijo y eso permitió que Micaela fuese reconocida como princesa de Joinville y, posteriormente, condesa de París, en 2003.
Para la casa de los condes de París, lo que Dios ha unido no puede separarlo el hombre, a pesar del sufrimiento que ello pueda causar. Carlos Felipe perderá su tratamiento de alteza real al casarse de nuevo, aunque seguirá siendo príncipe y duque de Anjou, y su futura esposa será, simplemente, la señora de Carlos Felipe de Orléans. «Sus hijos no serán parte de la dinastía», explica el comunicado emitido por Juan de Francia. Es decir, no estarán en la línea de sucesión.
Juan de Orléans es tratado por los que reconocen su título como monseñor o príncipe. Es el aspirante a recuperar el trono perdido por Luis XVI el 21 de enero de 1793, cuando fue decapitado en plena Revolución Francesa. Juan es, según lo describen quienes le conocen, un hombre de gran curiosidad intelectual y siempre preocupado por ser útil a su país. Su pretendiente rival es Luis Alfonso de Borbón, que utiliza también el título de duque de Anjou.
Juan de Orléans nació el 19 de mayo de 1965, en Boulogne-Billancourt, cerca de París. Ejerce como jefe de la Casa de Orléans con el título de conde de París, desde la muerte en 2019 de su padre, Enrique de Orléans. De su pasado sentimental no podemos olvidarnos de la ruptura de su compromiso con la princesa alemanda Tatjana de Oldenbourg en 2001, para contraer matrimonio el 2 de mayo de 2009 con Philomena de Tornos y Steinhart, de origen hispanoportugués. Hoy son padres de seis hijos: Gaston (2009), Antoinette (2012), Louise-Marguerite (2014), Joseph (2016) y Jacinthe (2018).
La familia tuvo que dejar el castillo de Dreux, lugar de residencia tradicionalmente de los Orléans y donde están enterrados todos los miembros de la dinastía, tras una larga polémica, actualmente judicializada, sobre su derecho a utilizar los bienes de la familia, gestionados por la Fundación Saint-Louis.