Se pone en marcha la Operación Golden Orb, así va a ser, paso a paso, la sucesión de Carlos III y la reina Camilla

Operación Golden Orb: es el nombre en clave de los planes secretos para la coronación de Carlos y Camilla. Durante más de diez años, un comité se ha estado reuniendo en secreto para que todo esté preparado.

Carlos y Camilla, a punto de ser reyes de Inglaterra y el Reino Unido de la Gran Bretaña/getty

Carlos y Camilla, a punto de ser reyes de Inglaterra y el Reino Unido de la Gran Bretaña / getty

Elena Castelló
Elena Castelló

Carlos de Gales ya ha dejado de serlo, ahore es Carlos III de Inglaterra, del Reino Unido de la Gran Bretaña y soberano de la Commonwealth. La muerte de su madre, la reina Isabel II, lo coloca automáticamente en el trono. Pero el proceso de sucesión es complicado y ya se ha puesto en marcha. Es la famosa opreación Golden Orb que va a llevarlo al trono de su país y que culmina con la coronación de Carlos y Camilla . En sus primeras palabras, el ya soberano ha recordado a su madre: «Es un momento de gran tristeza para mçi y para mi familia. estamos inmersos en un luto profundo».

A pesar de que el nombre era también top secret, salió a la luz por el error de varios funcionarios del Gobierno británico, que no lo habían editado en un informe público, según explicaba el periódico británico Daily Mail. «Golden Orb» significa Orbe de Oro y hace referencia a uno de los símbolos del poder del rey de Inglaterra. Este orbe pertenece a las Joyas de la Corona y se utiliza en la ceremonia de coronación junto al cetro, el anillo y la espada imperiales.

Los miembros de este operativo han decidido cada detalle de la ceremonia de coronación del heredero y su esposa. Durante más de diez años, un comité formado por renombradas figuras de la aristocracia y de otros estamentos de la sociedad británica se ha estado reuniendo en secreto para discutir cada elemento de uno de los más importantes acontecimientos reales: la coronación del que es ya próximo monarca británico, el príncipe Carlos . Tan confidenciales son sus discusiones que ni siquiera se había hecho público su nombre.

Este comité está presidido por el duque de Norfolk, Edward Fitzalan-Howard, conde mariscal, que tiene la responsabilidad de la organización y coordinación de esta ceremonia, y de todas las ceremonias de Estado que involucran al monarca de Inglaterra, desde la Edad Media.

El comité funciona sin interferencia del Palacio de Buckingham o Clarence House –la residencia del príncipe de Gales–. El duque también preside un comité cuyo nombre en código es London Bridge, que está planificando el funeral de la Reina Isabel y trabaja de forma similar. Los planes para el entierro del Príncipe Felipe tenían el nombre en clave de Forth Bridge.

Vídeo. La vida de Isabel II de Inglaterra en imágenes.

El orbe, al que hace referencia el nombre en clave, es una bola de oro hueca, con piedras preciosas incrustadas en su ecuador y su meridiano y coronado por una cruz de con más gemas. Es un elemento cristiano de autoridad que significa el dominio de Cristo sobre el mundo y simboliza el papel de defensor de la fe del monarca. El nombre del comité recuerda que la coronación supone para el soberano la jura ante Dios de sus votos, no ante sus súbditos.

El orbe es un elemento cristiano de autoridad que significa el dominio de Cristo sobre el mundo y simboliza el papel de defensor de la fe del monarca.

Los detalles de la ceremonia de Carlos siguen bien guardados, pero será seguramente un evento menos grandioso y lujoso que el de la coronación de su madre, Isabel II, el 2 de junio de 1953. A aquel asistieron más de 8.000 invitados que se sentaron en la Abadía de Westminster –donde solo caben 2.000 personas–, lo que ocasionó grandes problemas de logística. La ceremonia duró más de tres horas. Los fastos costaron un millón y medio de libras, unos 46 millones de la actualidad (55 millones de euros).

Se especula con la idea de que, muy probablemente, la coronación de Carlos será más corta, y que una gran parte de los invitados –se dice que una cuarta parte de los que acudieron a la coronación de Isabel II– serán representantes de organizaciones benéficas.

Se reservará asientos a los pares –los nobles–, diplomáticos, cargos del ejército, personalidades religiosas y de países extranjeros y representantes de los países de la Commonwealth, de los que también será Rey el hijo de Isabel II.

Carlos será el monarca de mayor edad en coronarse y con toda probabilidad, la ceremonia contará con una mayor representación de grupos sociales y creencias religiosas. Es parte de la visión más contemporánea que tiene el Príncipe de Gales de cómo debe ser una monarquía más representativa. De hecho, la misa de coronación fue reescrita hace varios años para modernizar su lenguaje y hacerla más corta. El Reino Unido ya no es el Imperio que era cuando se coronó su madre. La Commowealth está compuesta por 54 país independientes y soberanos. Ya no existe el Imperio Británico.

La coronación de Isabel II fue una ocasión alegre y también triste para ella, porque se producía tras la muerte de su padre, Jorge VI, al que estaba muy unida, en febrero de 1952. Recibió la noticia estando de viaje por Australia con su marido, Felipe de Edimburgo.

Un desfile siguió a la ceremonia de coronación, en el que participaron en total 40.000 efectivos. Unos 27 millones de personas en todo el mundo pudieron ver la ceremonia por televisión, en blanco y negro, aunque se había grabado en color. Y 11 millones la siguieron por la radio. Se acreditaron más de 2.000 periodistas y 500 fotógrafos de 91 países.

El vestido de la joven reina era de seda blanca, con cuerpo ceñido, manga corta, escote corazón y falda acampanada, y fue diseñado por Norman Hartnell –hizo hasta nueve propuestas–, el mismo modisto que creó su traje de novia y los del resto de miembros femeninos de la familia real.

Al igual que en su vestido nupcial, todos los países de la Commonwealth estaban representados en los bordados en oro y plata de su vestido con símbolos florales: la rosa de los Tudor por Inglaterra, el cardo de Escocia, el puerro de Gales, el trébol de Irlanda del Norte, el zarzo dorado de Australia, el loto de India y Ceilán; o el trigo, el algodón y el yute de Pakistán.

Los bordados incluían perlas, diamantes rosas e incrustaciones de oro. Se necesitó el trabajo de tres modistas y seis bordadoras. Isabel llevó, además, unas sandalias doradas con rubíes incrustados, de Roger Vivier. Por encima, se recubrió, durante la ceremonia, con el manto de la coronación, de terciopelo carmesí bordado en oro y bordeado de armiño. Llevaba pendientes y collar de diamantes.

Isabel llegó a la abadía de Westminster a las 11.15 h. en punto, con una diadema de diamantes (que incluía perlas, plata y oro), antes de recibir la corona de San Eduardo. Se desplazó en la Carroza Dorada, construida en 1762, decorada con pan de oro y flanqueada por cuatro tritones que simbolizan el poder del imperio británico, y tirada por ocho caballos.

Hubo decenas de ensayos en los días previos, especialmente por la presencia de la televisión. La ceremonia fue oficiada por el arzobispo de Canterbury, como es preceptivo desde 1066. El duque de Edimburgo tuvo un inesperado gesto protagonista cuando se adelantó el primero a rendir homenaje a la reina, tras el arzobispo de Canterbury, a pesar de que los consortes masculinos no tenían tradicionalmente ningún papel en la ceremonia.

Isabel fue coronada con la corona de San Eduardo, la más importante de las joyas de la Corona, que solo se utiliza en la coronación y luego se reemplaza por la corona imperial –realizada para la coronación de Jorge VI, si padre– , debido a su enorme peso. La corona de San Eduardo fue realizada para la coronación de Carlos II, en 1630, porque la original, de la edad media, había sido destruida. Está adornada por piedras preciosas y semipreciosas, como zafiros turmalinas, topacios y amatistas, además de perlas.

Llevó también el llamado «anillo de bodas de Inglaterra», que se coloca en el dedo anular de la mano derecha. Fue confeccionado en 1831 para el rey Guillermo IV y, desde entonces, cada rey o reina debe usarlo el día de su coronación. En la foto oficial, Isabel aparece con la corona de San Eduardo, la tiara «fringe» como collar y los pendientes de diamantes «art déco» Greville, heredados por su madre de la millonaria Margaret Helen McEwan Anderson Greville.

Carlos ser á coronado junto a Camilla, que llevará el título de Reina consorte por expreso deseo de Isabel II, tal y como reveló hace unas semanas la Reina, coincidiendo con las primeras celebraciones de su jubileo. El antecedente más cercano de la coronación de una reina consorte es la ceremonia del 12 de marzo de 1937, en la que la Reina Madre Elizabeth Bowes-Lyon, se convirtió en Reina junto a su esposo Jorge VI, el padre de Isabell II, tras el escándalo que supuso la abdicación de Eduardo VIII, quien renunció al trono para casarse con la divorciada Wallis Simpson, en diciembre de 1936.

Con un reinado de solo 325 días, Eduardo fue uno de los monarcas de más corto reinado en la historia del Reino Unido y nunca llegó a ser coronado. El comité de coronación siguió los preparativos con Jorge VI donde los había dejado con Eduardo VIII.

Camilla desfilará junto a Carlos por el crucero de la abadía de Westminster. Una vez que la ceremonia de coronación del nuevo rey haya concluido, el arzobispo de Canterbury procederá a coronarla a ella en una ceremonia aparte, mucho más pequeña y simple, igual que ocurrió en la coronación de 1937.

Isabel, ​vestida con un traje de raso de seda con bordados de hilo de oro que representaban los símbolos del del Imperio británico, y un manto de terciopelo forrado de armiño con estampado floral y contorno dorado, se arrodilló en para rezar frente al altar bajo un dosel que estaba en manos de las duquesas de Norfolk, Rutland, Buccleuch y Roxburghe.

El arzobispo la ungió, colocó en su mano derecha el anillo real, y luego la coronó, momento en el cual las princesas y las nobles se colocaron sus propias coronas. A continuación le hizo entrega de su Cetro, coronado con la Cruz y la Paloma, antes de caminar hacia su propio trono, donde se sentó junto al Rey.

La corona de la reina Isabel fue un regalo del sultán turco Abdul Medjid.

La corona de la reina Isabel fue creada para la ocasión por la firma de joyeros Garrard & Co. Lleva 2.800 diamantes en platino, y estaba decorada con el diamante Koh-i-Noor –«Montaña de luz–de la corona de la reina María, su suegra. Este impresionante diamante tiene 108 quilates y está considerado el más grande del mundo. Está en manos de la familia real británica desde que la reina Victoria fue nombrada emperatriz de la India, en 1877. Se lo entregó como regalo el sultán turco Abdul Medjid. La joya ha pertenecido a monarcas persas, afganos y mongoles.

Lleva asociada una maldición: todos los hombres que lo portan pierden su trono, por esa razón solo pueden usarlo mujeres. La coronación de la reina Madre es la última ocasión en que fue visto. Lo habitual es que cada consorte lleve una corona nueva hecha para ella, pero parece que no es probable que esto ocurra con Camilla.

Son otros tiempos. Carlos ha revelado en más de una ocasión su idea de una monarquía «adelgazada», tanto en sus miembros como en sus fastos. Por eso, no sería extraño, por ejemplo, que en el balcón de Buckingham aparecieran solo los nuevos reyes y Guillermo y Kate con sus hijos.

Este será el anillo que utilizará Camilla, el llamado anillo de la reina consorte.

Lo que sí utilizará Camilla en la ceremonia es el llamado «anillo de la reina consorte», una joya de oro, diamantes y rubíes, confeccionada en 1831, para la coronación de la reina Adelaida, tía de la Reina Victoria, usado, desde entonces, por todas las consortes. ​

20 de enero-18 de febrero

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