La gran limpieza de Carlos III al estilo Letizia: todos los royals a los que va a expulsar de la casa real británica con efecto inmediato, de los Sussex a Sarah Ferguson

Todo apunta a que se avecina borrón y cuenta nueva en la corona británica, con un rey Carlos III que ha aclarado ya que no se meterá en política –«No soy tan estúpido», dijo–, pero que sí envió sus famosos 'informes de la araña negra' a varios ministros para 'ilustrarles' sobre sus deseos. De momento, sí ha confirmado el adelgazamiento exprés de la familia real. Una decisión que ha podido inspirarles Felipe VI y Letizia .

Felipe y Letizia decidieron en 2014 coincidiendo con su llegada al trono, limitar la agenda oficial de casa real a cinco miembros: los dos monarcas, sus hijas Leonor y Sofia y la reina emérita Sofía. De la misma manera, se espera que la familia real británica sea, con Carlos III, más austera, pequeña y manejable. Aunque, en su caso, la resta de personalidades no va a poder ser tan radical.

Carlos III va a comprobar que es del todo imposible llevar a cabo un recorte tan radical como el realizado por Felipe y Letizia en España, sobre todo porque la cantidad de actos protocolarios a los que asisten miembros de la realeza británica es infinitamente superior al español. Por no hablar de las visitas que requiere mantener bajo tutela los territorios de la Commonwealth, algunos en franca rebeldía republicana.

Aún así, la decisión de Carlos III de adelgazar al equipo de royals con agenda oficial puede reducir la familia real a siete miembros: el rey y la reina Camilla, la princesa real Ana, los príncipes de Gales y los condes de Wessex, Eduardo y Sofía. Se rumorea que el nuevo rey puede seguir los pasos de Gustavo de Suecia y despojar a todos sus nietos del título de Alteza Real.

Todo lo que queda fuera del paraguas de la familia real debe tener vía libre para emplearse de la manera que considere, pues la Corona ya no se implicará en sus vidas ni sufragará sus gastos. Tampoco quedará oficialmente empañada por los posibles escándalos que pueden sobrevenir por parte de estas personas, aunque en el fondo todo resbalón de una royal termina salpicando el clan.

Obviamente, los primeros en la lista de defenestrados de Carlos III son el príncipe Enrique, Meghan Markle y sos dos hijos, Archie y Lilibeth. Aunque los funerales de Isabel II ofrecieron la oportunidad de reconciliarse, solo pudo conseguirse una tregua. Lo cierto es que el rey Carlos llamó a su hijo para comunicarle el fallecimiento de su abuela solo cinco minutos antes de telefonear a la BBC. Y no le ha permitido despedirla con su uniforme militar, una humillación penosa para los duques de Sussex.

La frialdad y el disgusto hacia los Sussex que durante todos los actos de la despedida de Isabel II ha mostrado Kate Middleton se tornará en gelidez desde ya. Es algo que no quiso evitar Isabel II, quien habría suprimido de su testamento a Meghan Markle y su hija Lilibeth, para dejarle todas sus joyas a la princesa de Gales y su hija, Charlotte. La teoría que se apunta para explicar esta decisión es que no llegó a perdonar las acusaciones de racismo de Markle.

Por descontado, el príncipe Andrés será el otro gran damnificado en el reinado de Carlos III. El hijo favorito de la reina Isabel II es el blanco de todas las críticas y manifestaciones antimonárquicas que se han visto en estos días y todo el mundo tiene claro que su figura va a desaparecer rápidamente del horizonte royal británico. El escándalo sexual, con tráfico de menores incluido, no se va a perdonar jamás.

Carlos III deberá anunciar si permite a su hijo Enrique seguir utilizando Frogmore Cottage, una casa en Windsor, cuando están en Reino Unido. De la misma manera, tendrá que decidir si permite a su hermano Andrés vivir en Buckingham Palace, con el añadido de que su ex, Sarah Ferguson, también reside allí. Recordemos que la pareja se separó en 1996 y a continuación se publicaron varios escándalos sexuales que horrorizaron a los Windsor.

Aunque Andrés y Sarah fueron los elegidos por la reina Isabel II para ocuparse de sus queridos perros, no parece que el rey Carlos vaya a confiarles demasiadas misiones oficiales. De hecho, Sarah Ferguson ni siquiera recibió una invitación para unirse al cortejo fúnebre que despidió a Isabel II ni a la vigilia pública. Únicamente fue invitada al funeral. Además, Carlos III podría realizar una reforma de calado legislativo para expulsar de cualquier contacto con la Corona británica a su hijo Enrique y a su hermano Andrés.

Ambos pertenecen al consejo de Estado del rey en el que se sientan los cuatro miembros de la familia real mayores de edad que le siguen en la línea de sucesión. Eso significa que la princesa Beatriz entra en este consejo, pero el rey podría reformarlo por completo para expulsarlos. ¿Cómo? Admitiendo únicamente a miembros en activo de la familia real. Lo cual dejaría fuera a Andrés, Enrique y Beatriz y daría entrada a Camilla y los Wessex.