Nuevo drama para Kate Los malos negocios de Carole Middleton: por qué la empresa que la hizo millonaria amenaza ahora con llevarla a la ruina

Madre de una futura reina y abuela de un futuro rey, la muy plebeya Carole Middleton volverá a sus orígenes humildes si no reflota su empresa. ¿Dejarán los príncipes de Gales que se hunda?

Carole Middleton con su hijo, James Middleton. / gtres

Silvia Vivas
Silvia Vivas

Rose Hanbury no es el único problema que la princesa de Gales, Kate Middleton, tiene entre manos en este momento. Ahora los tabloides británicos tienen una nueva víctima de su entorno a la que hincarle el diente: Carole Middleton , su madre.

La relación entre los periódicos amarillistas de Reino Unido y la madre de Kate Middleton no ha sido siempre fluida aunque finalmente haya logrado hacerse un hueco más amable en los titulares gracias a su interacciones con sus nietos principescos y su facultad para aparentar que nada la afecta.

Cómo si de una Windsor se tratara, durante décadas a Carole Middleton le cayeron lluvias de críticas que ignoró olímpicamente. Como recordó un conocido suyo a Popsugar y el resto del mundo: «Realmente no podría importarle menos si la gente piensa que es una arribista o una trepadora social. No construyes un negocio como lo ha hecho ella siendo una flor sensible».

Y es precisamente su negocio el que se acaba de convertir en el talón de Aquiles de Carole Middleton. Party Pieces, la empresa que fundó en 1987 y que la hizo millonaria está en crisis y con ella peligra todo un estilo de vida al que no desea renunciar.

Desde que triunfó, a Carole le gusta dejarse ver en Wimbledon, veranear en la isla de las Antillas francesas de St. Barth (o en la también privilegiada Mustique), vivir en su mansión campestre de más de cinco millones de euros y disponer en su cuenta de unos 67 millones de euros (que según Town and Country es el montante al que asciende su fortuna). Eso sin contar con el placer de poder jugar con sus nietos royal a «los tenderos» en las instalaciones de su empresa. Pero este plan de vida podría estar a punto de colapsar.

La ruina de Party Pieces, un riesgo para los príncipes de Gales

Como muchos negocios, el de la madre de Kate Middleton tuvo problemas durante la pandemia para sobrevivir siendo 2021 su peor momento. Dos años más tarde Party Pieces no acaba de remontar y en enero de 2023 la propia cuenta de Instagram de la firma anunciaba su expansión a Estados Unidos. Un plan para sobrevivir que parece no estar dando el resultado esperado.

The Telegraph ha dado a conocer que Carole Middleton ha contratado a un costoso equipo de asesores que estarían barajando la posibilidad de vender la empresa. El descenso en la ventas y la huelga del servicio de correos birtánico parece que dieron la puntilla al negocio de Carole Middleton en las pasadas navidades y la madre de Kate Middleton busca desesperadamente un inversor para que Party Pieces sobreviva hasta su venta.

El riesgo de que esta crisis económica de los Middleton acabe salpicando a la familia real británica es real. La influencia que Carole Middleton ejerce sobre los herederos de la corona es enorme. The Sun la considera «el poder tras el trono» (especialmente desde que el príncipe Harry y Meghan Markle abandonaran sus funciones oficiales) y The Mirror la califica como «indispensable» para la crianza de los hijos del príncipe Guillermo. De hecho Carole Middleton fue la razón por la que los príncipes de Gales no usaron niñeras durante buena parte de la infancia de sus hijos.

La relación entre los príncipes de Gales y Carole Middleton es estrecha e intensa. Ella ejerce de abuela y a menudo es la confidente de la pareja y su mejor apoyo. Hay expertos, como la periodista de la NBC especializada en la casa real británica Ashley Pearson, que aseguran que el príncipe Guillermo se enamoró de Kate Middleton y de su familia casi al mismo tiempo.

En el documental ​​William and Harry: Brothers In Arms, Ashley Pearson describe cómo el heredero al trono disfrutaba de las veladas en casa de los Middleton en Bucklebury alargando las sobremesas con su suegro e, incluso, «se acostaba en el sofá con la cabeza en el regazo de la señora Middleton».

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A esta dependencia afectiva se añade la presión que pueden sentir los herederos de la corona de devolver a los Middleton los favores económicos del pasado. Como cuando Carole Middleton pidió a la cabecera Good Housekeeping que no promocionaran la entrevista que les había concedido porque el lanzamiento coincidió con el ingreso en el hospital de Felipe de Edimburgo. Una decisión que le hizo perder miles de euros en promoción y marketing indirecto.

«Carole es una mujer muy fuerte que proviene de un entorno bastante humilde, y el hecho de que haya trabajado en un negocio exitoso le ha dado una determinación de acero», explica el escritor Phil Dampier, famoso por sus obras sobre los Windsor.

¿Conseguirán los príncipes de Gales no mezclarse en los negocios y no ceder a la tentación de socorrer a Carole Middleton en su peor momento empresarial? ¿Logrará Carole Middleton adormecer su mentalidad de tiburón de los negocios y no pedirle favores a su poderosa familia política? Estamos, quizá, ante el inicio del siguiente escándalo de los Windsor.