Carolina de Mónaco, junto a su hermano Alberto, Charlène y los pequeños Jacques y Gabrielle. / Palaisprincierdemonaco

Pero no revueltas

Carolina de Mónaco y Charlène, juntas de nuevo: cómo el efecto Rainiero acerca a las dos primeras damas del principado

Las dos primeras damas de Mónaco, Charlène y Carolina, han coincidido en un nuevo acto y es posible que lo vuelvan a hacer en breve. El centenario de Rainiero puede estar acercando posturas.

Tal vez solo sea un espejismo, pero es raro ver a Carolina de Mónaco y a la princesa Charlène (menos hierática que de costumbre) juntas en la misma foto. Y eso ha vuelto a suceder solo unos días después de que las dos primeras damas del principado ya aparecieran juntas a finales del mes de mayo. En aquella ocasión fue para conmemorar el nacimiento del príncipe Rainiero que este año habría cumplido 100 años.

Fue el pasado 31 de mayo cuando la familia Grimaldi al completo se volcó en un gran homenaje para recordar el día en el que venía al mundo, hace ya un siglo, el hombre que marcó la historia reciente de Mónaco. En aquella ocasión pudimos ver a las dos princesas posando junto a Estefanía, Alberto y los pequeños Jacques y Gabrielle. Es cierto que cada una en su sitio, guardan las distancias y sin intercambiar contacto alguno. Pero posar, posaron.

Solo un mes antes, todo el clan había vuelto a compartir espacio con un fin similar: honrar la memoria del príncipe fallecido en 2005. En los primeros días de abril, la princesa Estefanía, organizadora de los actos que homenajean a su padre, lograba reunir en una misa de recuerdo a su figura a toda la familia, con la única excepción de su hijo Louis y su nuera, que acababan de ser padres. La ceremonia tuvo lugar en la catedral de Mónaco y conmemoraba el 18 aniversario de la muerte de Rainiero pero también el arranque de los actos del centenario de su nacimiento.

Los hermanos Grimaldi junto a Charlène, elpasado 31 de mayo. / gtres

Y como no hay dos sin tres, este mismo sábado, 10 de junio, las dos han vuelto a posar para la foto en un día (otro más) muy importante para los royal monegascos: se inauguraba la cuarta edición de Sitios Históricos Grimaldi en el Place du Palais. Aunque las dos princesas volvieron a juntarse, Charlène parecía más volcada en sus hijos, los caballos, las aves y los puestos que formaban parte del evento. En la imagen, la distancia física entre ellas no puede evidenciar más una rivalidad que viene de lejos.

También en el momento de ocupar sus sillas, Charlène y Carolina dejan una larga distancia de seguridad. / Palaisprincierdemonaco

Tampoco las princesas combinaron sus estilismos: mientras que Charlène apostaba por un pantalón palazzo de tiro alto en tonos verdes y una blusa básica de rayas verticales, su némesis acudía con un vestido estampado 'midi' y manga francesa con volantes.

Charlène de Mónaco, acompañada del pequeño Jacques. / Palaisprincierdemonaco

Por qué el Baile de la Cruz Roja, la prueba de fuego

Dentro de un mes se celebra en Mónaco uno de los actos más representativos del principado: el Baile de la Cruz Roja. El evento, uno de los favoritos de la desaparecida Grace Kelly, es también una de las citas marcadas con mayúsculas en el calendario de los Grimaldi junto con el del Baile de la Rosa.

El año pasado, Charlène fue, pero Carolina no. El anterior sucedía lo contrario: la hija mayor de Rainiero acudía pero la sudafricana se ausentaba. Eran los tiempos en los que la primera dama de Mónaco no pasaba una buena época, los de su estancia en Sudáfrica y los rumores sobre su estado de salud.

Es muy probable que para la nueva edición, que se va a celebrar el 29 de julio, vuelva a pasar lo mismo: que Chàrlene reine y Carolina haga bomba de humo. Esta será la edición número 74 y el cantante británico Robbie Williams será la gran estrella.

La Cruz Roja de Mónaco se fundó el 3 de marzo de 1948 por el Príncipe Luis II, antes de ser reconocida por el Comité Internacional de la Cruz Roja y admitida en la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Solo unos meses más tarde, el 10 de agosto de 1948, se celebraba la primera gran noche en el Sporting d'Été, organizada por el célebre cantante Maurice Chevalier, con el objetivo de recaudar fondos para sus actividades benéficas. Desde entonces, se ha venido celebrando con regularidad, excepto en 2020 por culpa de la pandemia.

Ahora solo queda esperar algo más de un mes para comprobar si el efecto Rainiero obra el milagro y si esta edición, que coincide con el centenario de su nacimiento, es también el del reencuentro de las dos supernovas monegascas.