La duquesa Cayetana con la familia Alba casi al completo: solo falta Luis Martínez de Irujo. De izquierda a derecha: Fernando, en el suelo; Alfonso, en el brazo del sofá; Eugenia, en los brazos de su madre; Cayetano, con los brazos cruzados; Jacobo, detrás mirando a cámara y Carlos, con corbata. /
La Navidad de 2013, Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba , fue noticia en todos los periódicos. Reunía por primera vez en bastante tiempo a todos sus hijos, Carlos (74 años), Alfonso (72), Jacobo (68), Fernando (63), Cayetano (59) y Eugenia (54), para la cena de Nochebuena, prueba de que la familia estaba lo suficientemente reconciliada como para celebrar juntos. La reunión del día 24 de diciembre en el palacio de Liria era y es una institución en la Casa Alba y, por supuesto, se pasa lista.
En realidad, la relación entre los seis hermanos, los seis hijos de Cayetana Fitz-James Stuart y Luis Martínez de Irujo, depende tanto de motivaciones emocionales y afinidades como de la estrategia de gestión empresarial y financiera de las propiedades y emprendimientos de la millonaria Casa Alba. Es fascinante seguir las idas y venidas de los encuentros y desencuentros de estos seis aristócratas a lo largo de los años. Eso sí: de unos sabemos mucho más que de otros.
En principio, el hijo díscolo por antonomasia en la familia de Cayetana Fitz-James Stuart fue Jacobo, el tercer retoño de la duquesa de Alba. No estuvo ni en el grupo de los mayores, Carlos y Alfonso, ni en el de los pequeños, Cayetano y Eugenia, con lo que iba un poco por libre, más bien a su aire.
Vídeo. Quién es quién en la Casa de Alba /
«Me cree mi mundo», desveló en una entrevista reciente en 'EPS'. Además, confirmó una infancia difícil. «Al vivir en un palacio la vida familiar es más distante. Recibí una educación victoriana, dura. Igual en una familia humilde hay una felicidad basada en el calor que no había en la mía. Nuestra niñez no fue fácil. En la cumbre de la sociedad he visto verdaderos desgraciados».
Otros miembros de la Casa Alba se han quejado de su infancia, incluido Carlos Fitz-James Stuart, actual duque de Alba, y por descontado Cayetano y Eugenia Martínez de Irujo, que han abundado sobre ella en varias entrevistas. Curiosamente, no todos los hermanos llevan los mismos apellidos.
«Mi madre nos dijo que su apellido se iba a perder y preguntó quién quería cambiárselo», contó Jacobo. «Lo hicimos Carlos y yo. Algún hermano dijo que yo estaba rechazando a mi padre. Para nada. Me siento más identificado con los Fitz-James Stuart, la casa de mi infancia es el palacio de Liria».
Unidos por una infancia complicada y separados por los apellidos, los seis hermanos que hoy defiende el legado de la Casa Alba no han logrado ocultar los problemas que suelen aquejar a las familias adineradas. Aunque, en vida de la duquesa Cayetana, el hijo díscolo por antonomasia era Jacobo, emancipado a los 23 años, conde de Siruela desde los 25 y divorciado de María Eugenia Fernández de Castro, madre de sus dos hijos Jacobo y Brianda, a los 44.
Inka Martí y Jacobo Fitz-James Stuart, conde de Siruela. /
Hubo quejas sobre el reparto de la herencia de la duquesa y, como sucede tantas veces, se responsabilizó de las mismas a Inka Martí, la nueva pareja de Jacobo. «Estoy muy feliz con Alfonso y con mis hijos... El problema es solo con Jacobo y con su mujer, que es muy mala y muy mentirosa», dijo entonces Cayetana, en lo que Jacobo llamaría «una desafortunada declaración».
Trascendió en ese momento que la duquesa de Alba había donado casas a todos sus hijos menos a Jacobo, que 'solo' había obtenido fincas rústicas. Se adujo que ya se le había ayudado a montar su primera editorial Siruela, aunque el conde sostenía que la había sacado adelante con préstamos. Sea como fuere, la reconciliación se produjo en 2013 y Jacobo e Inka se sentaron en la cena de Nochebuena en Liria.
Eugenia Martínez de Irujo, duquesa de Montoro, junto a su pareja, el ejecutivo de la industria musical Narcís Rebollo. /
Jacobo quiso desvelar recientemente quiénes son sus c ómplices entre sus hermanos: el mayor y duque de Alba y la pequeña Eugenia. «Me siento muy próximo a Eugenia. Y a Carlos, que es muy generoso. Cuando voy a Madrid me quedo en la misma habitación en la que dormía de pequeño», contó el conde de Siruela.
De los seis hijos de Cayetana de Alba, Eugenia y Fernando Martínez de Irujo aparecen como los más conciliadores y los que parecen ejercer de mediadores o pacificadores en los conflictos familiares. «Estamos unidos parcialmente. Siempre unidos del todo nunca se está, pero no pasa nada, es cuestión de tiempo», se lamentaba Fernando hace un año, a la salida del Teatro Real.
Soltero, residente en el palacio de Liria y empleado del banco Santander, además dirige la Fundación Casa de Alba. Sería el heredero Alba más desconocido si no fuera por la proverbial discreción de Alfonso Martínez de Irujo, duque de Híjar, separado en 1987 de María de Hohenlohe (hija de los príncipes Hohenlohe), con la que tuvo dos hijos, Luis, duque de Aliaga, y Javier, marqués de Almenara.
El varias veces Grande de España duque de Híjar y sus hijos llevan una vida absolutamente anónima, muy en consonancia con su carrera en la banca (Morgan, Banco Saudí) y, ahora, como directivo de IE Business School. Es el principal asesor financiero del duque de Alba, con el que ha tenido también sus discrepancias. De hecho, junto a su hermano Jacobo vendió su participación en la gran empresa familiar, Euroexplotaciones Agrarias, por no recibir los correspondientes dividendos.
«Con Alfonso y Jacobo no hay relación, ni tan siquiera nos vemos», confesó Cayetano Martínez de Irujo el pasado noviembre, en una entrevista en 'Egos'. «Jacobo es el eslabón perdido. Era el más pasota, el más reivindicativo, y al final es pura contradicción y mi pobre madre lo sufrió los últimos años», manifestó en 2021 en 'Semana'.
El duque de Arjona es, de largo, el hermano más incómodo de la Casa Alba, y no solo por unas memorias en las que narró con todo lujo de detalles la tristeza de su infancia. «Mi relación con Fernando es muy cercana. Y con mi hermana Eugenia no es como antes, pero es buena. Fernando es mi hermano del alma», abundó. Como este, se lamenta de la desunión familiar que jamás hubiera querido su madre Cayetana.
El duque de Aliaga, Cayetano Martínez de Irujo, es un gran aficionado a la hípica. /
Su enfrentamiento más público se produjo con el duque de Alba, al que acusó en 'EPS' de dejarle «sin sueldo. Me dejó en la calle». Sucedió en enero de 2015, un mes después de fallecer la duquesa. Carlos Martínez de Irujo se hizo cargo del patrimonio familiar que, hasta la fecha, había gestionado (con dificultades y endeudamientos) Cayetano. Además, le pidió que abandonara Liria, donde se había instalado tras su divorcio de Genoveva Casanova.
Tras el fallecimiento de la duquesa de Alba en noviembre de 2014, han sido pocas las ocasiones en la que los aristócratas han aparecido en público juntos. Entonces, trascendió que Cayetana había pedido a sus hijos que se mantuvieran unidos, pero ese objetivo ha ido alejándose con los años.
A la boda del duque de Huéscar con Sofía Palazuelo en 2018 y en la del duque de Osorno con Belén Corsini en 2021 acudieron todos, pero no hubo foto. Tampoco en la presentación del ensayo '«Luis Martínez de Irujo. El peso del nombre' el pasado septiembre, a la que también asistieron todos los hermanos.
Parece que en los eventos familiares y los eventos sociales que ya los han reunido son menos exigentes que las Navidades, pues este año, una vez más, no todos los Alba se sentarán a la mesa de Nochebuena en Liria para cenar. Según datos de Informalia, el jefe de la casa no ha invitado a Cayetano Martínez de Irujo y tampoco acudirá Jacobo Fitz-James Stuart. La desunión en la Casa Alba, más que disolverse, se enquista.