Por qué Luis Martínez de Irujo, el primer esposo de Cayetana de Alba, escribió a los royal europeos en contra del barón Thyssen

El 'allure' de gran casa que continúa teniendo la casa Alba tiene mucho que ver con la personalidad y el trabajo de Luis Martínez de Irujo, primer marido de Cayetana. Fue, sobre todo en su vida personal, justo lo contrario que el barón Thyssen.

Luis Martínez de Irujo, el primer esposo de Cayetana de Alba junto a ella y su hijo. / getty images

Elena de los Ríos
Elena de los Ríos

Las memorias se llaman «El peso del nombre» y desgranan la biografía de Luis Martínez de Irujo, primer marido de la duquesa Cayetana , sobre todo desde un punto de vista profesional. El duque de Alba hizo suyo el trabajo de preservar el patrimonio familiar y hacerlo rendir en los difíciles tiempos del franquismo, una modernización que ya había vislumbrado el padre de la duquesa, Jacobo Fitz-James Stuart . Su labor fue clave, lo que explica que toda la familia olvidara sus diferencias para asistir al unísono a la presentación del libro.

El libro es interesantísimo, aunque es cierto que enumera con detalle tanto los movimientos terratenientes como las fintas (o, como se diría en la era viral, las 'cobras') que el duque de Alba le hacía a los ministros y enviados franquistas. La casa de Alba estuvo siempre al lado de la monarquía, también en los tiempos en los que esta era una posición incómoda por haber caído don Juan de Borbón , el padre del rey emérito Juan Carlos, en desgracia ante Francisco Franco.

Sin embargo, las memorias escritas por José Miguel Hernández Arrabal abundan en otros aspectos de la vida de Luis Martínez de Irujo, también en comunicaciones, cartas, fiestas y viajes que desvelan cómo era la vida de una de las pocas parejas españolas que podía competir con las 'power couples' de la época. Algunas anécdotas son de lo más jugosas.

Luis Martínez de Irujo se quedó en un segundo plano, tras Cayetana de Alba

Nos situamos en el año de la muerte del duque de Alba, Jacobo Fitz-James Stuart, padre de Cayetana: finales de 1953. Los nuevos duques de Alba tuvieron que viajar a Londres para hacerse cargo de las gestiones del testamento, Allí, Luis Martínez de Irujo ya dio muestras de cierto cansancio social: recibió muchísimas visitas de amigos del fallecido.

Esta falta de paciencia para lo social o, quizá, de aburrimiento ante los rituales de la aristocracia se mencionó en la presentación de las memorias de Luis Martínez de Irujo. Fue su hijo menor, Jacobo Fitz-James Stuart, conde de Siruela, quien dio en la clave de este rasgo de su carácter. «Mi padre no estaba en un segundo plano, pero era una personalidad discreta y una personalidad de acción. No de figurar, de hacer«.

Al comienzo de 1954, Luis Martínez de Irujo ya vio claramente que la cantidad de correspondencia, de peticiones, socorros y propuestas que recibía Jacobo Fitz-James Stuart y ahora debía resolver él mismo era ingente. Y como muchas veces no conocía al solicitante, debía emplear un tiempo precioso en enterarse de quién era cada uno y si su petición era legítima.

Hernández Arrabal describe al nuevo duque en esa fastidiosa situación como un «imán de aprovechados». Sin embargo, también recibía otro tipo de misivas que debían ser tan desconcertantes como las de los desconocidos que le escribían para pedirle las cosas más peregrinas. Cartas de otros aristócratas que también pedían cosas.

Por qué Luis Martínez de Irujo censuraba la conducta del barón Thyssen

Fue en enero de 1953, al poquísimo tiempo de volver de Londres, cuando el nuevo duque de Alba recibió una carta del príncipe de Liechtenstein. El contenido no podía ser más sorprendente: contaba cómo había acudido al Corviglia Club de Saint Mortiz y había visto allí al barón Thyssen con su novia, ¡al mismo tiempo que estaba presente su mujer!

El escándalo estaba servido: al príncipe de Liechtenstein la situación le parecía «inaceptable» y buscaba apoyo en su censura. «Luis no tardó en sumarse a la reprobación como miembro destacado del club», escribe José Miguel Hernández Arrabal. «Aparte de la reconvención entre los conocidos, no hay noticia de que aquella actitud del barón tuviera consecuencias».

El autor de las memorias de Luis Martínez de Irujo explica que el duque había tenido una educación «eminentemente conservadora» y este tipo de comportamientos «no cuadraban para nada con su pensamiento». De hecho, esta es una de las pocas referencias directas a las convicciones morales o religiosa del duque.

«Apuntes como este dejan a las claras su postura ante determinados comportamientos. La pertenencia a un club tan selecto no podía ser simplemente cuestión de tradición o dólares. También había que ser respetable o, por lo menos, parecerlo», explica José Miguel Hernández Arrabal. Puede que sea esa otra clave de la casa Alba: la irreprochabilidad como exigencia, al menos, en apariencia.

20 de enero-18 de febrero

Acuario

Con el Aire como elemento, los Acuario son independientes, graciosos, muy sociables e imaginativos, Ocultan un punto de excentricidad que no se ve a simple vista y, si te despistas, te verás inmerso en alguno des sus desafíos mentales. Pero su rebeldía y su impaciencia juega muchas veces en su contra. Ver más

¿Qué me deparan los astros?