Alberto y Charlène de Mónaco, en el balcón de palacio junto a sus hijos, los mellizos Jacques y Gabriella, de 9 años. /
Podemos robar el inicio de Ana Karenina para hablar de los Grimaldi y decir, con Tolstói, que «todas las familias se parecen, pero cada familia infeliz lo es a su manera». Los tres hijos de Rainiero y Gracia de Mónaco se encontraron con la desgracia muy jóvenes, en aquel polémico accidente de tráfico en el que falleció su madre. La biografía de Alberto, la elegante Carolina y Estefanía no puede calificarse de ortodoxa, entre fallecimientos dramáticos, escándalos sexuales y experimentos vitales varios.
La tercera generación Grimaldi hace tiempo que vive su propia vida, aparentemente de una forma más serena y menos dramática que sus progenitores. Solo Carlota, la hija mayor de Carolina, parece zozobrar con la misma inestabilidad sentimental que vivió su tía Estefanía, aunque la cubra con una capa casi impenetrable de discreción. ¿Se habrá conjurado por fin la tendencia al escándalo de una familia? ¿Es este el fin de las polémicas protagonizadas por los cachorros de Mónaco ?
La incógnita, en realidad, solo podrá ser despejada definitivamente por los hijos de Alberto y Charlène de Mónaco , jefe de Estado y primera dama del Principado. Los mellizos Jacques y Gabriella son el producto del misterioso matrimonio de los jefes de la familia Grimaldi, permanentemente rodeado de especulaciones acerca de su estado de forma. Hoy los cuatro se muestran en público compenetrados y felices, pero nadie ha olvidado los seis meses que Charlène se pasó en Sudáfrica, alejada de su familia. También de sus hijos.
La peculiar trayectoria del primer matrimonio de Mónaco , asaeteado por la aparición de dos hijos no reconocidos del príncipe Alberto y sus respectivas madres, se proyecta inevitablemente en sus hijos. ¿Cómo serán esos niños, destinados al mayor de los privilegios y, a la vez, despojados de su madre? Recordemos aquellos extraños flequillos que lucía la pequeña Gabriella, aparentemente imitando los que lucía su propia madre. ¿Clonaba la niña la tensión que Charlène liberaba a fuerza de raparse?
Gracias a una extensa entrevista de Alberto de Mónaco en la revista francesa 'Paris Match' conocemos algo más de Jacques y Gabriella, los mellizos que heredarán los destinos financieros del Principado. Han cumplido 9 años, con lo que ya se puede vislumbrar algo del carácter y la personalidad que determinará su futuro. O, al menos, eso parece opinar su padre, quien no ha tenido inconveniente en desvelar cómo son, de verdad, sus hijos.
No lo olvidemos: desde muy pequeños, los príncipes Jacques y Gabriella acompañan a sus padres en actos oficiales e incluso en viajes al extranjero. Alberto lo dice abiertamente en esta entrevista: los están preparando desde una edad muy temprana para asumir los deberes institucionales que les esperan. «Los dos han comprendido qué papel especial desempeñarán y qué deberes tienen», ha explicado el príncipe.
Jacques y Gabriella Grimaldi tienen 9 años. /
Ahora, además, sabemos que los temperamentos de Jacques y Gabriella son particularmente distintos. Casi se podría decir, con su padre, que están en las antípodas. «Gabriella no ha cambiado demasiado, tiene más o menos la misma personalidad que tenía cuando era más niña», desveló el príncipe Alberto en la revista 'Paris Match'. Siempre ha sido una niña muy independiente, que sabe expresarse de manera muy libre. Es muy auténtica».
Jacques, sin embargo, no tiene esa soltura. De hecho, su padre confesó que cuando era aún más niño se veía dominado por su hermana. «La gente pensaba que Jacques era más introvertido, pero desde hace un tiempo se ha vuelto más seguro de sí mismo», explicó Alberto de Mónaco a la revista francesa. «Sigue siendo muy bueno con su hermana, pero ya no se deja llevar Tanto. Gabriella ya no lo domina. Él puede ponerle freno y decirle que no. Es muy divertido observarlo».
¿Podríamos apuntar que Gabriella ha sacado el temperamento de su tía, la princesa Estefanía? Parece que ella era la más rebelde e independiente de la familia. Jacques, sin embargo, puede parecerse a su propio padre. O, quizá, a Charlène, de cuyo carácter sabemos apenas nada. El niño necesitará de toda la sensatez que pueda reunir. Alberto de Mónaco tiene 66 años, con lo que cuando termine la universidad su padre ya tendrá 80. Será, sin duda, el jefe de Estado más joven de Europa.