La princesa Charlène de Mónaco ha sabido hacerse un hueco en el principado. /
La sudafricana Charlène Wittstock es hoy en día miembro de una de las familiares reales más ricas de Europa, es la royal que más gasta al año en ropa del viejo continente y, según reveló el antiguo asesor del príncipe Alberto, tan solo en 2023 recibió una asignación de un millón y medio de euros. Pero esta opulencia en la que vive instalada la princesa de Mónaco está a años luz de las penurias por las que tuvieron que pasar sus antepasados.
En un curioso nexo con Kate Middleton , que también tuvo ancestros mineros, los choznos de Charlène, es decir, los padres de sus tatarabuelos, pasaron de ser humildes jornaleros en Alemania a buscadores de diamantes sin éxito en Sudáfrica. Es reseñable que el príncipe Alberto también tiene antepasados alemanes por parte de madre. El empresario Karl Majer huyó a Estados Unidos endeudado hacia 1881. Allí vio la luz en 1929 su bisnieta, una tal Grace Kelly .
Como hizo la antigua nadadora abandonando su país natal en busca de una vida mejor, lo mismo hizo en 1861 Gottlieb Wittstock, tatarabuelo de Charlène, que se embarcó con su mujer, sus padres y sus hermanos en un barco llamado San Francisco que les llevó de Hamburgo a Ciudad del Cabo.
A su llegada, la familia se instaló en la región de la Cafrería, pero a los emigrantes no les fueron mejor allí económicamente las cosas. Debieron sobrevivir en la miseria, trabajando como jornaleros. Una de las razones de su fracaso inicial fue que aquellos campesinos alemanes, que dependían de los terratenientes en su país de origen, apenas poseían los conocimientos necesarios para la agricultura. Además, las granjas se encontraban en su mayoría en tierras infértiles, por lo que volvían a depender de los latifundistas, ahora británicos.
Charlène y Alberto de Mónaco. /
Tras el hallazgo de los primeros diamantes en Kimberley en 1866, se desató una auténtica fiebre por esta piedra preciosa en toda la región. Gottlieb Wittstock también intentó encontrar diamantes en las minas durante un tiempo, pero no tuvo suerte y murió en la pobreza el 11 de febrero de 1915 en King Williams Town, en el sudeste de Sudáfrica.
Charlène nació 63 años más tarde como hija de Michael Kenneth y Lynette Wittstock en Bulawayo, el actual Zimbabue, que entonces aún se llamaba Rodesia del Sur. A partir de 1990, la familia –la princesa tiene dos hermanos, Gareth y Sean – vivió en Benoni, una ciudad al este de Johannesburgo, en Sudáfrica.
A diferencia de otras royals, criadas entre oropeles, la princesa Charléne de Mónaco no nació con un pan bajo el brazo. En todo caso, sus raíces nos revelan un mundo de lucha y sacrificio. Nacida durante la guerra de independencia del país africano, la futura royal monegasca pasó gran parte de su infancia rodeada de violencia. Además, sus padres eran de clase media baja, lo que significaba que no tenían los medios para protegerla de todo lo que ocurría.
Charlène no ha tenido una vida fácil. /
«En el momento del nacimiento de Charlene, Rodesia seguía inmersa en la sangrienta y feroz Guerra de Liberación y no se independizaría hasta abril de 1980», explica Arlene Prinsloo en la biografía 'Charléne: en busca de una princesa' . «La violencia no terminó con la independencia y ella recuerda su infancia como despreocupada, pero también llena de miedo».
A medida que la nadadora olímpica crecía, su familia tuvo que enfrentarse a una tragedia tras otra, debido a problemas como el incendio de su granja, la inestabilidad financiera y la muerte de una de sus primas pequeñas. A pesar de todo o quizá por culpa de ella, la princesa desarrolló un gran sentido de la resistencia. Como uno de los amigos íntimos de la princesa dijo una vez en la revista 'People': «Es una chica dura».