Charles Spencer, hermano de Diana de Gales, junto a su esposa Karen. /
El conde Charles Spencer , el hermano menor de la fallecida Diana de Gales, ha revelado que sufrió abusos sexuales cuando era niño en un internado. En un impactante extracto de sus memorias publicado en el diario británico 'Mail on Sunday', el aristócrata que acaba de ser abuelo por primera vez tras dar a luz su hija, Lady Kitty Spencer , afirma que una empleada del internado de Maidwell Hall abusó sexualmente de él en los años setenta. Spencer, que ahora tiene 59 años, alega que los abusos empezaron cuando solo tenía 11 años.
En su nuevo libro 'A very private school' (Una escuela muy privada), alega que fue una trabajadora del centro, a la que describe como una «pedófila voraz», abusaba de él y de otros jóvenes en sus dormitorios por la noche. El escritor aclara que ha comprobado que esta persona ahora vive en el extranjero o ha fallecido.
También expone cómo el entonces director de la escuela, John Porch, le infligía «brutales palizas» y afirma estar convencido de que el profesor obtenía «placer sexual de la violencia». Porch murió en enero de 2022, según una esquela publicada en el boletín informativo de su antiguo colegio. Spencer añade que revivir su época en Maidwell ha sido una «experiencia absolutamente infernal».
Ahora, el ahijado de la reina Isabel II espera que el libro saque a la luz lo que él considera una «gran conspiración de las clases altas», según ha declarado en una extensa entrevista a 'The Times'. «Éramos como corderos llevados al matadero», recuerda el conde. «Se trataba de atemorizar lo más posible a los chicos. Todo el proceso de castigo era ritualista y bárbaro. Cuando un chico perdía el control de esfínteres y tenía que ir a limpiarse, llevaban a uno de mis amigos que estaba allí como testigo y le pegaban en su lugar«.
Durante su investigación para el libro, Charles Spencer descubrió que los efectos sobre el desarrollo emocional del cerebro de los niños son los mismos en los internados que en los centros de acogida. El autor, que ingresó en el colegio cuando tenía ocho años, recibió palizas hasta el punto de hacerle sangrar y comparte que fue testigo de castigos que incluían «cortar las nalgas [de niños pequeños] varias veces con un bastón y seguir adelante como si nada».
Otros antiguos alumnos a los que entrevistó revelaron que habían sido violados en múltiples ocasiones en el internado. Un enfermo terminal incluso estipuló en su testamento vital la negativa a ver a sus padres, ya que no podía perdonarles por hacerle pasar por aquella experiencia.
Tras haber vivido la bullimia de niño en el colegio, Spencer afirma que siente la experiencia como «un grito de ayuda». Los chicos que «ya habíamos sido despojados de nuestras madres y hermanas no teníamos a nadie que nos diera un abrazo. Pensé que si presentaba mi vómito en un cuenco alguien sería maternal conmigo y cuidaría de mí. Pero, por supuesto, me rechazaron por ser un pequeño hipocondríaco«.
Aunque el aristócrata espera que el libro sea «redentor» para él y para quienes han sufrido en silencio como él, no cree que las heridas se vayan a curar fácilmente. «Aquello mató una parte de mí; mató la parte más amable de mí. Para sobrevivir en ese entorno, una pequeña pero importante parte de nosotros tuvo que morir».
En un comunicado hecho público tras la publicación del adelanto de 'A very private school', Maidwell Hall ha asegurado que es «aleccionador leer sobre las experiencias que Charles Spencer, y algunos de sus compañeros, tuvieron en la escuela, y lamentamos que esa haya sido su experiencia».
«Es difícil leer sobre prácticas que, tristemente, a veces se creían normales y aceptables en aquella época. En la educación actual, casi todas las facetas de la vida escolar han evolucionado significativamente desde los años setenta. En el centro de los cambios está la protección de los niños y la promoción de su bienestar«, añaden en el texto.
«Aunque no hemos recibido directamente ninguna reclamación de antiguos alumnos, teniendo en cuenta lo que se ha denunciado, la escuela ha seguido el proceso reglamentario y ha remitido el caso al funcionario designado por la autoridad local. Animamos a cualquiera que tenga experiencias similares a que se ponga en contacto con nosotros o con la Policía», han afirmado por último.