el nobel enamorado Divorcio, tragedia y escándalo: así empezó la historia de amor de Isabel Preysler con Mario Vargas Llosa (que llevaba 30 años enamorado de ella en secreto)

Se conocieron hace más de cuarenta años. Mario Vargas Llosa sintió una fuerte atracción por Isabel Preysler, pero ambos estaban casados. Décadas después, su relación se convirtió en una historia de amor. El escritor no dejó escapara esta vez a Isabel.

Isabel Presyler y Mario Vargas Llosa, a los pocos meses de inicar su relación / gtres

Elena Castelló
Elena Castelló

Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler acaban de hacer pública su ruptura . Pero cuando hicieron oficial su relación, en mayo de 2015, en realidad su historia de amor no había comenzado entonces, sino más de treinta años atrás . Era mediados de los años ochenta, y ambos estaban tenían pareja: él estaba casado con Patricia Vargas Llosa y ella, a punto de hacerlo con Miguel Boyer.

Parece que la atracción de Mario hacia Isabel fue inmediata, pero se convirtió entonces en una larga amistad. Isabel había roto con Carlos Falcó en el verano de 1985 y acababa de iniciar su relación con Miguel Boyer, del que estaba profundamente enamorada.

Mario ya conocía a Miguel Boyer –el exministro de economía socialista le asesoró en sus aspiraciones a la presidencia de Perú, en 1990– y se convirtió en un gran amigo de la pareja.

Cómo se conocieron Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa

Isabel y Mario se habían conocido en 1986, durante la entrevista que ella le hizo al escritor para la revista «¡Hola!». Isabel colaboraba entonces con la revista y había entrevistado a grandes personajes, como Clint Eastwood o Robert Redford. Isabel se desplazó a Estados Unidos, donde Mario trabajaba como profesor invitado en la Universidad de Princeton, y se vieron en San Luis, en Misuri, donde había sido invitado por la Universidad George Washington para dar unas conferencias.

Mario Vargas Llosa besa a Isabel Preysler al comienzo de su relación. / GTRES

El escritor no sabía, en aquella época, quién era Isabel, ni su proyección en la sociedad española, y aceptó hacer la entrevista porque se lo pidió un periodista amigo que hizo de intermediario. Hoy hace más de cuarenta años de aquel encuentro.

Ese verano de 1986 los dos matrimonios, Mario y Patricia y Miguel e Isabel, coincidieron en Marbella. Desde el principio, la prensa especuló con la atracción de Isabel y Mario. De hecho, son numerosas las fotos en las que aparecen las dos parejas en cenas y reuniones sociales. Isabel era la «socialité» más importante de la época y su separación de Carlos Falcó y su historia de amor con Miguel Boyer había copado las portadas durante meses. Era «la reina de corazones». Hubo rumores crueles.

Se llegó a decir que Miguel Boyer había intentado suicidarse al descubrir que Isabel le había sido infiel con Mario Vargas Llosa. También se dijo que el escritor había sido el paño de lágrimas de Isabel cuando surgió una crisis entre ella y Miguel. Se decía que Isabel quería convertirse en la Primera Dama de Perú y que veía en Vargas Llosa a su cuarto marido.

Por supuesto, Isabel negó todos aquellos comentarios malintencionados. Mario y Patricia y Miguel e Isabel continuaron su amistad. Miguel Boyer falleció en 2014, tras un ictus que sufrió en 2012. Mario y Patricia hacían vidas separadas desde hacía varios años.

El inicio de su relación

Fue entonces cuando esa atracción que siempre había sentido Mario hacia Isabel se convirtió en una relación amorosa. Tras varios años distanciados, Isabel y Mario habían retomado su relación, en un viaje a México y Perú, en el que habían coincidido durante un crucero, en compañía de uno de los hijos del magnate mexicano Carlos Slim.

Isabel Preysler, de blanco. / Gtres

Quienes les vieron visto de cerca aseguran que la química entre ellos era evidente. Seis meses después de la muerte de Miguel Boyer, comenzaron su noviazgo, en un viaje a Londres, patrocinado por Porcelanosa, en el que ambos participaron.

Coincidieron en el mismo hotel y aquella noche fue especial para los dos. Pero la relación permaneció en secreto. Isabel no quería que una revelación temprana acabara con aquel amor incipiente. Parece que Mario comentó a sus amigos íntimos: «Esta vez no voy a esperar treinta años». Fue una atracción común, «maravillosa», según dijo Isabel en una entrevista con la revista peruana «Caras», poco después.

Mario obtuvo el divorcio de su esposa Patricia y entonces se instaló en la casa de Isabel en Puerta de Hierro, en Madrid. Juntos disfrutaron de numerosos viajes a la Costa Azul o a Portugal, de cenas con amigos y de noches de estreno en el Teatro Real. La relación se descubrió cuando un paparazzi localizó a la pareja en la terraza de la casa de Enrique Iglesias, en Miami. Poco después, en junio de 2015, fueron fotografiados a la salida de un restaurante de Madrid. Entonces, decidieron no esconderse.